Copio y Pego del último informe trimestral de AzValor
La conferencia de la Asociación Nuclear Mundial celebrada en Londres el pasado mes de septiembre presentó el último Informe de combustible nuclear que mostró claramente que la caída en demanda tras el accidente de Fukushima ya se ha recuperado. Y no sólo eso, sino que, además, la generación de energía nuclear a nivel mundial se encuentra en expansión.
Se trata de una industria en crecimiento, crucial para mantener una energía limpia (no genera emisiones de CO2), y segura para el mundo. La previsión de crecimiento de generación de energía nuclear para los próximos años es del 2%, de forma que el parque nuclear alcanzará los 569 GW en 2040 o un aumento de más del 50% con respecto a los niveles actuales.
La energía nuclear es, por supuesto, la segunda mayor fuente de generación eléctrica libre de emisiones, con un 10%, por detrás de la hidroeléctrica, con un 18%, y es la fuente de generación no intermitente que proporciona estabilidad a la red y es esencial para la transición energética hacia el objetivo de descarbonización de las sociedades desarrolladas.
El desarrollo de la humanidad, históricamente, ha estado íntimamente relacionado con el aumento en la densidad de las fuentes de generación energética; según Vimy Resources, una sola pastilla de combustible nuclear tiene el mismo contenido energético que 564 litros de petróleo, 1.000 kg de carbón y 481 metros cúbicos de gas natural.
Para competir con la energía nuclear, dejando de lado la generación continua y estable de ésta, las energías renovables requieren de unas instalaciones de molinos de viento absolutamente inviables para una base de producción equivalente.
Según NexGen, el mayor parque eólico del mundo, con una superficie de 375 km2, genera 1,75 MW por km2 de energía, mientras que en la mayor planta nuclear del mundo se producen casi 2.000 MW por km2 de energía, lo que supone una mejora de la productividad en la generación de energía de más de 1.100 veces.
Las centrales nucleares consumen aproximadamente 170 millones de libras de U308 (uranio enriquecido) al año, que actualmente se obtiene mediante un suministro primario de 120 mn de libras y un suministro secundario de 20mn de libras; el déficit de producción resultante se cubre con inventarios.
La disponibilidad de suministros secundarios está progresivamente agotándose y la disciplina (con importantes recortes de producción) de productores como Cameco y Kazatomprom obliga a “tirar” de inventarios, eliminando así la sensación de abundancia de las reservas de uranio.
La cantidad de inventarios es un punto de discusión, pero es muy probable que la cantidad verdaderamente comercial (disponibles y móviles) sea sustancialmente menor de lo que se pensaba, situando su mercado en una eventual situación de escasez.
Con alrededor del 70% de la curva de producción primaria global vendiendo por debajo de coste y con precios de incentivo para nuevas inversiones de al menos 3 veces los precios spot actuales, creemos que sigue habiendo un gran potencial de reversión en el valor de las acciones de las mineras de uranio.
Cameco es una de las mayores compañías mineras de uranio y con las mejores minas en Norteamérica, pero consideramos que está claramente infravalorada y más siendo un productor occidental en un mercado en el que la procedencia del uranio puede ser más importante que nunca.
Esperamos ansiosamente la conclusión del grupo de trabajo de EE.UU. en lo que respecta a la política energética del país y concretamente en cuanto a la producción de uranio “autóctono”, en un año 2020 en el que también está pendiente el acuerdo de suspensión que prohibiría el uranio procedente de Rusia, y de si Occidente seguirá pasando por alto el programa de uranio de Irán a través de la ampliación de las exenciones.