No sería tan suicida. Incluso, en un ejercicio un poco de cinismo-gestión, puede ser conveniente para la hacienda pública.
Justifico.
Uno. El mercado inmobiliario está quebrado. Del todo. No hay mercado. Es un muerto que (aparenta) caminar. Por tanto, ya que el mercado está muerto, no hay nada que hacer para salvarlo. Solo intentar salvar órganos para trasplantes.
Dos. Los propietarios-promotores saldrán TODOS con pérdidas del asunto. Sean inmobiliarias vocacionales, o entidades bancarias. Se puede discutir si solo unas pérdidas "razonables" y administradas en el tiempo, o ya puestos, dejarse de hipocresías y regularizar todo de golpe (o lo más rápido posible). Arrancar una tirita adherida en una zona sensible y peluda, es mejor hacerlo rápido y con decisión.
Tres. Las pocas operaciones REALES que se registran en el mercado lo son por parte de una mínima clientela que aun queda y puede. Se trata de adquisiciones basadas en dos premisas: A.- Necesitan la vivienda. B.- Pueden pagarla. Por tanto, ya que lo poco que se vende es por necesidad y posibilidad, una subidilla no obstaculizará las pocas ventas realizables.
De hecho, ni subiendo el IVA, no al 18 %, sino esa que dicen de quizás incluso hasta el 21 %, los precios finales pagados por los adquirientes aun serán sensiblemente inferiores a los que se pagaban los años 2007-2008.
Cuatro. El Estado está famélico de recaudación tributaria. Sacarse el pan de la boca no sirve para nada. Por mucha renuncia a recaudación que haga, el mercado inmobiliario, y el sistema banca-inmobiliaria, están condenados. La decisión es si "suicidamos" al Estado con ellos, o al menos, intentamos hacer algo por salvar al Estado. Con un Estado funcional, aunque enfermito, la cosa mejor o peor puede funcionar. Sin Estado, no habrá nada que hacer.
Así que al final es una cuestión de quien devora a quien. Si el Estado al sistema banca-inmobiliaria, o viceversa.
¿Y la personita cliente final? Pues puede que ni siquiera salga perjudicado, ya que una subida fuerte del IVA sería la señal de liquidación a saldo de las carteras inmobiliarias. Puede que al final, pagando un 18 % (o incluso un 21 %) de IVA, acabe pagando MUCHO MENOS por adquirir vivienda que no a los precios e impuestos actuales.
Yo preferiría pagar 150.000 + 21% de IVA (PVP = 181.500 €), que no 200.000 + 4% (PVP = 208.000 €).
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!