España: país lleno de Marbellas. Artículo de Jesús Cacho.
Es lo que pensamos todos. No nos vengan con operaciones de lavado de cara. ESTO APESTA EN TODOS LOS HAY-UNTAMIENTOS.
"España es un país lleno de Marbellas. Un país anegado por la corrupción, fundamentalmente urbanística, desde hace décadas. Las grandes fortunas españolas, con honrosas excepciones, no provienen de la industria, ni de las nuevas tecnologías, ni de la investigación farmacéutica, no. Por desgracia, casi todas tienen que ver con la especulación del suelo. Nuestros nuevos millonarios son casi todos promotores urbanísticos. No pocos de ellos presiden equipos de fútbol. Me escribe un amigo desde Marbella para explicarme el drama de tanta corrupción. "Si el rotulador del concejal de urbanismo de tu pueblo puede hacer el milagro de que la finca de la que eres propietario pase de valer 1 a valer 100, ¿no le daríamos 10 al dibujante? Y si no acepta, ¿no subiríamos la apuesta hasta 20?".
Pero, ¿no sería posible hacerlo al revés, es decir, construya usted donde le dé la gana, adaptándose a unas normas, salvo en aquellas zonas especialmente protegidas por los ayuntamientos? Pues no señor, nadie está interesado en tirar del hilo, nadie en parar esta gigantesca bola de nieve que todo lo arrasa. Las Marbellas españolas son innumerables, ¿o es que no hubo que repetir unas elecciones en la Comunidad de Madrid por este motivo? ¿Qué ha pasado con el famoso 3%; usted tiene un problema, con el que Maragall puso en evidencia a Artur Mas? ¿Qué está pasando ahora mismo en Orihuela, Alicante...? La lista podría ser infinita.
Pero, para no irnos por las ramas, tal vez nada mejor que reproducir unos párrafos de un libro donde queda meridianamente clara la vinculación del urbanismo con la corrupción en toda España. Se trata de Corrupción Municipal, obra de José Manuel Urquiza, Editorial Almuzara, 2005. Imposible superar la calidad y concisión de un texto digno de conservar. Ahí va:
"La Constitución Española ordena a los poderes públicos que promuevan las condiciones necesarias para hacer efectivo el derecho de los españoles a una vivienda digna y adecuada, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general, para impedir la especulación (artículo 47). Sin embargo, a día de hoy, la actividad urbanística (función pública que comprende la planificación, organización, dirección y control de la ocupación y utilización del suelo, así como la transformación de éste mediante la urbanización y edificación, función que corresponde a las Comunidades Autónomas y a los ayuntamientos, puesto que la competencia del Estado en esta materia es prácticamente inexistente) es, quizá, la función pública más proclive a la especulación de la que se deriva, inevitablemente, la corrupción.”
"El boom inmobiliario que se ha generado en nuestro país en las dos últimas décadas ha desbordado todas las expectativas, haciendo ineficaces, en muchos casos, los controles legales en la materia. En este sentido, de poco ha servido hasta ahora la introducción en el Código Penal de 1995 (artículos 319 y 320), del delito específico sobre la ordenación del territorio (confiriendo rango delictivo a lo que hasta entonces eran meras infracciones administrativas), que penaliza con cárcel e inhabilitación la conducta de promotores, constructores y técnicos que lleven a cabo una construcción no autorizada en suelos destinados a viales, zonas verdes (...) y la actividad de autoridades y funcionarios públicos que, a sabiendas de su injusticia, hayan informado favorablemente proyectos de edificación o la concesión de licencias contrarias a las normas urbanísticas vigentes.”
“Los Ayuntamientos han descubierto en la gestión urbanística una gran fuente de ingresos y la quieren rentabilizar al máximo, sin importarles demasiado que sea racional o equilibrada, haciendo caso omiso, en muchos casos, de la legislación urbanística. Olvidan los responsables municipales que están construyendo la ciudad en la que viven y vivirán sus descendientes. D