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Efectos de la sobreprotección del inquilino
Desde hace unos meses vamos escuchando reiteradamente en los medios de comunicación, y leyendo en el BOE, información y normativa orientada a proteger al inquilino en el caso de los arrendamientos urbanos. Que si prohibición de cortes de suministros, que si flirteos incomprensibles con el movimiento okupa, trámites y más trámites para desahuciar frente a un impago, informes que no llegan y se retrasan meses y meses de unos servicios sociales que trabajan poco, para poder liberar la vivienda, plazos interminables en los juzgados…y ya, directamente, (hoy será el covid, mañana será la covad, y pasado el covod) empezar a prohibir los desahucios. Por supuesto con dinero ajeno.
Ciertos colectivos se alegran de ver que hay un gobierno que protege al inquilino, que le proporciona un arsenal de trámites y normativa para alagar hasta el infinito el no pagar la renta mensual, y en definitiva que les está haciendo un bien porque con esos planteamientos todo funcionará mejor.
La realidad es tozuda, y paso a exponeros lo que está sucediendo en una capital de provincia, de tamaño medio, universitaria, y turística.
Hay dos factores estrangulando la oferta, y todos sabemos qué sucede cuando no hay oferta. El BOE no controla los precios, ni controla los planteamientos de negocio en los arrendamientos urbanos. El BOE puede prohibir que se aplique la ley de la gravedad, y podría haber prohibido la nieve en la comunidad de Madrid este mes de enero, pero las cosas no funcionan así. Dos cuestiones se están viendo, de forma muy agresiva gracias a esta sobreprotección del inquilino:
PRIMERA: Muchos propietarios, directamente abandonan la idea de sacar en alquiler la vivienda que tenían de soltero, o la de sus padres que heredó, o aquella pequeña vivienda que pagó con mucho esfuerzo hace años. El dinero es miedoso, y la vivienda es muchas cosas, pero una de ellas es dinero. En resumen los indecisos propietarios se decantan por el no. Efecto: menos oferta.
SEGUNDO, El grado de solvencia que se está exigiendo está ya, tan alto, que hay una bolsa de gente, que podrán pagar un alquiler, que no van a tener la oportunidad de encontrar vivienda. Lo que antes se permitía, a ciertos perfiles, que más o menos trabajaban, eran voluntariosos e iban pagando, ahora no se les permite ni siquiera visitar la vivienda, de hecho, antes de concertar visita, ya se está pidiendo acreditar la solvencia, y los anuncios en las plataformas son cada vez más claros, y si no aparecen, en la primera llamada se deja claro: Seguro de impago, aval bancario, avalista funcionario con nombramiento, o jubilado con pensión superior al mínimo inembargable. Así de clarinete, sin paños calientes. Usted me lo justifica, y después le doy cita para ver la vivienda.
Como ejemplo os pongo una conversación (omitiendo datos personales) de alguien buscando una vivienda, de hace escasamente 24 horas, y cómo se resuelve el asunto:
Futura inquilina: Hola, XXXXXX.
¿Aún está disponible el piso?
Propietario: Buenos días xxxxxxx. Si, el piso está disponible, te doy algunos detalles…
(se omiten datos no relevantes), se añade párrafo interesante…
¿Aún está disponible el piso?
Propietario: Buenos días xxxxxxx. Si, el piso está disponible, te doy algunos detalles…
(se omiten datos no relevantes), se añade párrafo interesante…
Propietario: Respecto al contrato, es un contrato estándar, conforme a la actual Ley de Arrendamientos Urbanos, por un año. Por motivos obvios, y tal como indica el anuncio, somos muy estrictos con el perfil de persona que accede a la vivienda, siento IMPRESCINDIBLE Y NO NEGOCIABLE aportar garantías de pago suficientes. Bien aval bancario, bien avalista solvente (funcionario, nómina con antigüedad suficiente), jubilado, empleado de empresa privada con antigüedad… etc, que puedan garantizar los pagos en fecha y forma.
Futura inquilina: no cuento con avalista ni contrato. seguramente no te interesa. cómo está la cosa ...
Futura inquilina: no cuento con avalista ni contrato. seguramente no te interesa. cómo está la cosa ...
Propietario: No entiendo muy bien lo que significa “cómo está la cosa”. Las garantías de pago son necesarias para poder firmar el contrato. Sin avalista ni contrato de trabajo, y considerando que entre la vivienda, luz, agua, butano y internet, fácilmente superará los xxx euros mensuales, es lógico que yo como propietario tenga que tener certeza sobre el pago del alquiler, tanto en fecha, como en forma.
Como este ejemplo tengo varios de personas que alquilan pisos, y las condiciones han pasado al máximo nivel de exigencia de solvencia. Conclusión, el mercado se está cerrando para todo aquel que no tenga un 10 en solvencia. Ya no es que se queden fuera los del 3 o del 4, es que ni con un “notable” te van a dejar, ni siquiera visitar la vivienda.
Estos son los efectos reales, a pie de calle, de lo que ya está sucediendo en muchísimos sitios.
Método, disciplina y tiempo