Firmar un crédito a los 93 años
La historia de deshaucio comienza el 22 de enero de 2006. Ese día sus padres, nonagenarios, firman en la citada sucursal un crédito abierto con garantía hipotecaria sobre su vivienda por un importe de 90.000 euros. La pareja de pensionistas no necesita dinero en efectivo, pero su hijo pequeño les pide el favor. El pacto es sencillo: Miguel Pozo y Teresa Pérez consiguen el crédito y el vástago abona las cuotas mensuales. Pero la segunda parte del compromiso no se cumple. Miguel Pozo liquida los intereses del préstamo, pero su sueldo de pensionista no alcanza a pagar unas cuotas mensuales que superan los 1.500 euros. Exige a su hijo el pago de las letras del crédito y la respuesta es definitiva: "No tengo dinero". El banco reclama el importe endeudado hasta que la vivienda es embargada.La Caixa y el hijo engañan a los ancianos y los deja sin vivienda