A mí me parece que hay varios tipos de avalistas.
Modelo a) El confiado
Modelo b) El que no tiene ni idea
Modelo c) Al que le cuentan la mitad de la historia
Modelo d) El que lo sabe, pero si van mal dadas se apunta al carro de los perjudicados
Modelo e) Personas que por su perfil no se les debería permitir avalar.
Modelo f) La persona que piensa … yo por mi familia ……todo, todo y todo
Modelo g) Supongo que habrá algún otro “modelo” pero ahora no se me ocurre.
Esto tiene una solución bastante sencilla, en mi opinión, pero es un brindis al sol, porque nadie me va a escuchar, bueno al margen de los rankianos …..
Solución 1: Y vaya por delante que no me gusta mucho, porque tiene bastantes riesgos de funcionamiento deficiente . Seria aplicar un test de idoneidad tipo MiFID a los candidatos a avalar, con la obligatoriedad de que el test fuera recabado de manera individual, y sin la presencia del avalado.
Solución 2: Todos sabemos que si bien las hipotecas se formalizan ante notario, no todos los préstamos personales se firman ahí, pues se trataría de hacer una normativa obligando a la intervención notarial cualquier operación bancaria con avalista, y la obligación notarial de explicar a los avalistas, las responsabilidades y riesgos incurridos, mediante un test de obligado cumplimiento. Por si alguien no lo sabe, cuando se firma un contrato ante notario (en las hipotecas creo que no) es solo en los préstamos no hipotecarios, el arancel notarial se incrementa un 50%, por tanto al notario le es más rentable una firma de un préstamo con avalistas que sin ellos, con lo cual supongo que ya no sería un problema de necesidad de incrementar el precio, y bueno si fuese necesario aumentarlo, yo creo que habría más ventajas que inconvenientes.
¿Se evitarían casos como el presente? Seguro que no al 100%, pero tal vez un buen porcentaje, si.