Hola 8, ¿qué tal?
Lo que pasa es que se nota que la gente que opina en estos foros sobre temas que siempre nos remiten al pasado próximo para comparar está bastante preparada pero, en general, parece muy joven, por lo que ejemplos como el que tu pones pienso que hasta les costará creérselo.
De todo lo que yo he leído estos días sobre lo que yo llamo "El fenómeno Podemos" lo que me ha parecido más serio y realista es este artículo, con el cual yo estoy de acuerdo, y del que extraigo un par de párrafos para no ponerme pesado, y el que quiera puede leer el enlace completo que es este:
http://www.otraspoliticas.com/politica/sobre-las-pasadas-elecciones-europeas
“… Un segundo aspecto a destacar es el sorprendente resultado de Podemos, una formación constituida legalmente hace cuatro meses y que, con muy escasos medios, ha sido capaz de obtener 1,2 millones de votos. Aunque aún es pronto para valorar adecuadamente lo que puede significar este resultado para el futuro del sistema político español, sí se pueden hacer algunas consideraciones sobre ello.
En primer lugar, es una gran noticia para la democracia española que en esas condiciones una nueva organización política, con gente prácticamente desconocida haya podido obtener esos resultados. Pocos negarán que el sistema político de este país necesita una profunda regeneración y, para ello, solo hay dos vías: que los dos grandes partidos, PP y PSOE, la lleven a cabo; o que surja algún partido nuevo capaz de impulsarla. Ambas opciones parecen remotas. La primera, por la enorme dificultad que tienen esos dos partidos para eliminar sus vicios (siendo la corrupción y el clientelismo los más visibles, pero no los únicos) y para encontrar entre sus filas a alguien que sepa, quiera y pueda, llevar a cabo esa regeneración, dentro de su propio partido y en el conjunto del sistema político. Y la segunda, por la también enorme dificultad que existe en nuestra democracia para que aparezcan nuevos partidos, debido al sistema electoral y a las escasas oportunidades para acceder a los grandes medios de comunicación y a una financiación suficiente.
El éxito de Podemos ha demostrado que es posible que pueda surgir “de repente” un nuevo partido. Cierto es que a su líder se le ha dado mucha cancha televisiva, pero cuesta creer que los demás personajes habituales de las tertulias televisivas hubieran podido hacer lo mismo. La explicación hay que buscarla, en mi opinión, en la capacidad para conectar su discurso con los sentimientos de esa parte de la población identificada con las reivindicaciones del movimiento 15M. Un discurso que recoge el rechazo de mucha gente a pagar las consecuencias de lo que perciben como una crisis provocada por la avaricia desmesurada de una gran parte del sistema financiero, unido a la desidia o complicidad de las instituciones públicas y poderes políticos que debían haberlo controlado y evitado.
Este éxito, sin embargo, no despeja las dudas sobre la viabilidad de que un partido así pueda llegar a convertirse en una auténtica alternativa de Gobierno y ganar unas elecciones generales; es decir, que pueda pasar desde el millón de votos que ha conseguido a los 6 o 7 millones que necesitaría. Teniendo en cuenta que, a partir de ahora, van a ser escrutados desde todos los ángulos, ese salto requerirá que los dirigentes de esta formación sean capaces de crear una organización coherente y, sobre todo, de transformar su programa actual hasta hacerlo creíble y viable. Muchas de sus propuestas actuales son tan inviables que asusta pensar en poner el país en sus manos. ¿Cabe imaginar que puedan hacer esa transformación? Es difícil, pero no imposible. Además, hay un precedente: cuando el PSOE empezó su andadura, allá por el año 1976, su programa estaba lleno de ensoñaciones inviables y, sin embargo, de la mano de un líder muy solvente, y de un equipo potente, ese programa fue transformado hasta convertirse en una oferta electoral capaz de atraer a 10 millones de votantes en 1982. Claro que las diferencias entre aquel Felipe González y el líder de Podemos, se ven abismales hoy por hoy. No solo eso: el ánimo de la España de entonces dista mucho del de la España actual…”
Otro abrazo para ti