Siguiendo con mi voluntad de no hacer demasiada sangre en la herida, aquí te traigo este medio reportaje, de hoy mismo, de un escritor-periodista un tanto surrealista que tiene una mala leche impresionante pero que en esta ocasión solo dispara balas de goma. Posiblemente porque no acaba de estar del todo fuera de la sintonía del "fenómeno" analizado, como nos pasa a tantos.
Artículo completo: http://elpais.com/elpais/2014/06/04/opinion/1401892515_225190.html
LA CUARTA PÁGINA (El País, 7 de junio de 2014)
'A ver cómo crece, si crece, el rollizo bebé'
'Ha habido un estreno electoral muy notorio. Pulmones tiene el niño, pero ojo con la confianza excesiva, el personalismo, con esa realidad tan distinta de las tertulias televisivas o las asambleas de facultad'.
"No acaba de verse José K. con esa coleta que de mala manera, urgido por las prisas, ha añadido a su rala cabellera, tan blanca como dispersa. Retuerto ante el espejo en exceso azogado, quería comprobar nuestro hombre si dicho aditamento, tan de moda estos días en el arreglo masculino, traía nuevos aires a su ajado rostro, dotándole de mejor color y un rejuvenecimiento general a su porte, que reconoce algo deteriorado. Y ya, de paso, pretendía comprobar si ese cambio en su aspecto —look, ha oído que le dicen— traería consigo, como guante de látex, similar renovación en los adentros, más exactamente en las entrañas ideológicas, que lleva años oyendo José K. que sus pensamientos se han quedado enganchados allá en el siglo XIX.
Pues ni una cosa ni la otra, porque la apostura sigue lejos, muy lejos, y en la sesera se mantienen vivas ideas tan trasnochadas y caducas como la justicia social, la igualdad entre hombres y mujeres, la lucha contra los abusos de unos cuantos —los ricos— sobre los muchos —los pobres—, la libertad de pensamiento y, por tanto, la erradicación de todos los fanatismos religiosos o ideológicos que durante siglos han engañado a los débiles con un futuro de leche y miel mientras trabajaban a favor de los explotadores. O sea, que el remedo de coleta no le ha cambiado los adentros a José K., porque debe decirle al señor de la cerceta —tan ufano por descubrir la pólvora— que rojazos, lo que se dice rojazos, los ha habido siempre. ¡Que se lo digan a él, honra y prez de todos los carbonarios que en el mundo son!
Pero nuestro hombre sería un auténtico mentecato si no sacara un par de consecuencias de ese estreno electoral tan notorio. Por lo pronto, admitir lo obvio, y es que llegada tan espectacular, con ese majestuoso despliegue de luz y sonido, debe ser la recompensa por haber tenido algunos aciertos posiblemente en el fondo, pero sin duda alguna en la forma. ¿Conectar, por ejemplo, con unas capas de la sociedad ocultas para otros, quizá anquilosados o perezosos, que se han mostrado ciegos ante millones de ciudadanos, no solo jovenzuelos alocados, que demandaban acción y nada se les daba? ¿Utilizar con destreza los instrumentos de comunicación, televisión incluida, que facilitan esa efervescencia? Pero convendría, al tiempo de agradecer el ventarrón, hacer alguna advertencia, se permite la reflexión nuestro vetusto José K., que ya ha visto brillantes luces de colores en otras ocasiones. Por ejemplo, recordar que algunos bebés nacen rollizos pero en un suspiro se estropean por cualquier cosita de nada: una confianza excesiva, un apunte de personalismo, un choque contra la gobernabilidad real, tan distinta de las tertulias televisivas o las asambleas de facultad… Pulmones tiene el niño porque se le ha oído gritar. Pero le queda tiempo para afinar y poder cantar, con éxito de crítica, pero sobre todo de público, el Nessun dorma. Convendría, pues, que este nuevo picacho oteara el horizonte y comprendiera que solo si se suma a otros de formación geológica similar podría llegar a formar la cordillera que frene el paso a ese enemigo común que todos conocen..."
Saludos