Re: 9N, cuenta atrás (últimas noticias)
Ya tocaba una actualización de fechas :D..
Bon any 2015!
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El viaje a Andorra del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, causó una verdadera conmoción en Convergència. En primer lugar, Rajoy se reunió con el obispo de La Seo de Urgel, Joan Enric Vives, copríncipe de Andorra, que recibió al presidente del Gobierno con toda cordialidad y con dos banderas, la española y la de Andorra. A partir de ese momento y por la ausencia de la senyera, la incomodidad de algunos consejeros y altos cargos de la Generalidad fue la nota dominante que cuajó en un intento de incidente por parte de un hermano del consejero Felip Puig, titular de "Empresa y Empleo" de la Generalidad.
Ya de vuelta en territorio español, en el aeropuerto de Andorra-La Seu d'Urgell, dos hileras de autoridades esperaban a Rajoy y su séquito para despedirse. El consejero de Fomento, Santi Vila, responsable de la infraestructura, a la que llegó en una avioneta particular; el alcalde de Lérida, Àngel Ros (PSC); el alcalde de la Seo, Albert Batalla (CiU); la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, la subdelegada en Lérida, Inma Manso, entre otros, ocupaban los lugares de preferencia. Detrás, responsables policiales, ediles de los municipios del entorno y altos cargos de la Generalidad. Y entre ellos, el flamante director del Servei Meteorològic de Catalunya, Oriol Puig i Godés, hermano del consejero Felip Puig, amigo íntimo de Jordi Pujol Ferrusola.
El "hermanísimo"
A la que Rajoy le dio la mano, Oriol Puig le dijo en voz alta y clara: "Soy el director de una agencia que tú quieres cerrar". Los testigos presenciales afirman que Rajoy ni se inmutó y siguió con el pasamanos urgido por sus asistentes y por las prisas, lo que dejó absolutamente descolocado al agreste y desprejuiciado alto cargo, conocido en su puesto como "el hermanísimo" y que en un arranque de dignidad pretendía debatir con Rajoy sobre la utilidad del Servei Meteorològic.
Con la esposa de Mas
No pudo ser, pero un vistazo a la página web del dicho Servei muestra no sólo lo importante de su tarea (se ocupa de la información del tiempo en TV3 y el resto de medios públicos catalanes) y de la apretada agenda de su director. En ese apartado, consta, por ejemplo, que la esposa de Artur Mas, Helena Rakosnik, visitó las instalaciones de agencia el 8 de mayo pasado acompañada por don Oriol. También consta que el director tuvo que visitar la agencia marroquí durante tres días en noviembre o la italiana, entre otros desplazamientos.
Oriol Puig, junto a su otro hermano Jordi, exsocio del primogénito de Pujol, están imputados por un supuesto delito de blanqueo de capitales a cuenta de una investigación del Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales del Banco de España (Sepblac). Antes de esa imputación, Oriol Puig también fue noticia a cuenta de la obtención de una plaza por parte de su esposa en el gabinete jurídico de la Generalidad, lo que causó un cierto revuelo en la administración autonómica.
"Comité de empresa famliar"
Uno de los presentes hizo circular el chascarrillo de que Oriol Puig no había acudido a despedirse de Rajoy en el aeropuerto como "el hombre del tiempo catalán" sino como "presidente del comité de empresa familiar". En teoría, el Servei Meteorològic es uno de los organismos cuestionados por la Comisión de Reforma de las Administraciones (CORA) por ineficiente y por duplicado, razón que esgrimió Puig para su intento de escena cuando fue preguntado por alguno de los presentes en la insólita secuencia.
El coordinador general de Convergencia Democrática (CDC), Josep Rull, ha afirmado que las elecciones catalanas del 27 de septiembre se utilizarán como referéndum, después de que el Estado español "impidiera realizarlo", y ha asegurado que la lista de su partido llevará "explícitamente" la petición de independencia a los comicios.
En declaraciones a Radio Euskadi, Rull ha afirmado que las elecciones en Cataluña son "un mecanismo electoral perfectamente legal" y se va a usar como consulta o referéndum para testar la voluntad de la ciudadanía catalana.
Además, ha manifestado que la lista de Convergencia llevará explícitamente la petición de independencia. "El Estado español nos impide hacer un referéndum con todas las garantías. Eso es lo que sí pudieron hacer los escoceses y los quebecois en dos ocasiones, y el Estado español nos impidió hacerlo. Por lo tanto, tenemos un mecanismo perfectamente legal para recoger el mandato democrático de los catalanes", ha manifestado.
En su opinión, los comicios supondrán el "paso culminante para la independencia". También ha pedido perdón a los ciudadanos por el "espectáculo lamentable" llevado a cabo los últimos meses por los líderes del proceso, y ha alentado a los partidos separatistas a trabajar con todas las fuerzas para ampliar el perímetro del soberanismo.
"Es muy potente lo que vamos a hacer", ha resaltado Rull, que ha dicho que Cataluña no puede fracasar de ninguna de las maneras con el reto del 27 de septiembre.
La valoración de ERC
Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Alfred Bosch, considera que el acuerdo alcanzado "desencalla el proceso y lo reinicia con muchísima fuerza". En declaraciones a RNE, Bosch ha negado que ERC haya salido ganando en su negociación con CiU -dado que al final ambos partidos concurrirán en listas separadas como querían los republicanos- y cree que "gana el pueblo de Cataluña".
"Lo que se olvida en Madrid es que hay un respaldo masivo a este proceso en la calle y en las últimas semanas el clamor popular era 'poneos de acuerdo porque si no esto se encalla'", ha dicho.
Bosch ha reconocido que para ERC era "vital" mantener la pluralidad de las candidaturas y los proyectos, aunque "en un esquema de acuerdos" sobre el proceso separatista, pero ha puntualizado que su partido ha cedido en lo relativo a la fecha de las elecciones, porque eran partidarios de celebrarlas ya "para mantener esa llama y esa dinámica muy poderosa" que a su juicio existe en la calle.
La resaca del acuerdo entre Artur Mas y Oriol Junqueras para adelantar las elecciones catalanas al 27 de septiembre no fue tan dulce como ambos esperaban. El pacto suscitó recelos y críticas en todos los sectores, incluidos el nacionalismo conservador y el independentismo: tanto Unió Democràtica como la CUP mostraron su escepticismo con respecto a un pacto que, según el presidente de la Generalitat y el líder de ERC, debe servir para culminar el «proceso de transición nacional» y «llevarlo al éxito».
Pese a que Mas afirmó el miércoles que tenía el aval de Josep Antoni Duran Lleida, ayer Unió evitó dar apoyo a la «hoja de ruta» independentista, que aún no se ha concretado. El secretario general del partido y de CiU, Ramon Espadaler, aplazó el debate sobre la secesión, que la formación democristiana siempre ha rechazado.
«Cada cosa en su momento. Toca priorizar retos que tenemos más cerca, como la aprobación de los Presupuestos y las municipales, y en su momento trabajaremos cuestiones programáticas de futuro», afirmó Espadaler.
El partido que lidera Duran era contrario al adelanto electoral -la legislatura terminaba en 2016-, y asumió como un mal menor el pacto para convocar las autonómicas en otoño. Otra cosa es que acepte que los comicios sean equiparables a un plebiscito sobre la independencia de Cataluña, como afirman Convergència y Esquerra.
El Gobierno lo tiene claro: Mas no puede convocar elecciones «plebiscitarias»
La respuesta del Gobierno de la Nación al anuncio de elecciones en Cataluña ha sido especialmente crítica, porque en un año que, según Rajoy, va a ser el del «despegue definitivo» de la economía en España, hace falta que todos empujen a la vez, y las prioridades en Cataluña son claramente otras. Pero, además, el Ejecutivo ha querido ser claro desde el minuto uno: nada de elecciones plebiscitarias, como quiere Mas, porque eso no existe en nuestro ordenamiento jurídico. Lo que habrá en Cataluña serán unas elecciones autonómicas, las terceras en cinco años.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue rotunda cuando se le preguntó cuál sería la respuesta del Gobierno en caso de que Mas convirtiera las elecciones en unas plebiscitarias para lograr la independencia de su Comunidad. «Las elecciones son autonómicas», sentenció. Nada de plebiscitarias, pues es una opción que se sitúa totalmente fuera de la ley.
Los partidos harán sus programas electorales, incorporarán lo que consideren, y lo presentarán a los ciudadanos. Pero estos eligen en las urnas la composición del Parlamento autonómico. El Gobierno subraya que los ciudadanos valorarán los diferentes programas, sí, como también emitirán su juicio sobre los últimos cinco años, en los que los nacionalistas «no han hecho otra cosa que hablar de elecciones».
El Ejecutivo mantiene siempre la posición de no adelantar acontecimientos. Por eso no quiere explicitar lo que ocurriría si Mas hiciera una convocatoria «irregular» y apuntara algo más, relacionado con un plebiscito o una nueva consulta. Hay que recordar que nada más consumar el simulacro de referéndum del 9-N aseguró que su objetivo era convocar una consulta auténtica.
Pero la vicepresidenta lanzó una nueva advertencia: todas las medidas que se adopten y que excedan el marco jurídico constitucional, serán recurridas de manera inmediata, como el Gobierno ha hecho hasta ahora ante el Tribunal Constitucional. El muro volverá a ser la ley y el TC.
"Si Cataluña hubiera sido independiente le hubiera ido mejor que siendo parte de España"
Adam Price, economista de Harvard, ex diputado británico y autor de un estudio sobre el potencial de los pequeños países en Europa, asegura que a Cataluña le hubiera ido mejor de haber sido independiente.
En declaraciones a la Agència Catalana de Notícies (ACN), Price afirma: "Los pequeños países de Europa, de media, lo han hecho mucho mejor que los grandes".
El experto cree que sería difícil defender que como independiente Cataluña no prosperaría.
La renovación del acuerdo de legislatura entre Mas y Junqueras y su conversión en "hoja de ruta soberanista" ya ha dado sus primeros "frutos": el presidente de la Generalidad no comparecerá en la comisión parlamentaria sobre el fraude fiscal formada a cuenta del "caso Pujol" y ERC aprobará los presupuestos autonómicos tras la ampliación de las partidas ya previstas para la "acción exterior" (nuevas embajadas) y la Hacienda propia (que incrementa en un 33% el apartado de contratación de personal funcionario).
Pese a ambos favores de ERC a CiU, Mas y Junqueras ya han reiniciado las hostilidades. De momento, el tono es bajo, pero las discrepancias, de fondo. El líder de CiU ha reprochado al de ERC que se le atribuyera de manera "innoble" e "impropia" el veto a que los republicanos pudieran llevar independientes en sus listas. De las entrevistas y declaraciones públicas de ambos tras el anuncio electoral también se desprenden contradicciones. La más singular, sobre la fecha electoral en caso de que no hubiera habido acuerdo. Según Junqueras, la oferta de Mas era la que fue o agotar la legislatura, con elecciones en 2016. En cambio, Mas reveló que tenía previsto celebrar los comicios en marzo si había lista conjunta o el 27 septiembre aunque ERC no aceptase su nueva oferta, consistente en que le aprobasen los presupuestos, le garantizasen la estabilidad parlamentaria durante los próximos meses y una "hoja de ruta" común para antes y después del 27-S.
La desconfianza entre ambos dirigentes es absoluta, hasta el punto de que ambos replican que anteponen los intereses de "país" a cualquier otra cosa cuando se les pregunta si la renovación del voto de unidad supone la recuperación de su sintonía en el pasado. La fragilidad es la nota dominante en las relaciones entre ambos partidos. De entrada, las primeras discrepancias han surgido con la culminación del proceso separatista. ERC sostiene que si ambos partidos suman mayoría el 27-S sólo cabría hacer un referéndum para aprobar una constitución que a la vez serviría para ratificar la independencia. En cambio, Convergencia cree que son necesarios dos votaciones más, una para la separación en sí y otra para la nueva constitución.
Aunque parezca una discusión bizantina, los "ponentes" de ambos partidos y de las entidades separtistas que amparan las negociaciones han mostrado un notable grado de apasionamiento a causa del número de elecciones que tiene que haber después de las autonómicas para "revalidar" la independencia.
Más concreto es el caso de las alianzas municipales, en el que el enfrentamiento entre ERC y CDC es total. Mientras Mas aseguró que se fomentarían los acuerdos entre ambas formaciones, en ERC se dice todo lo contrario, que no están dispuestos a renunciar a los pactos con las CUP, con el PSC y con Podemos.
El anuncio de que Convergencia aprovechará estos meses para "refundarse" también ha causado malestar en ERC, que, por el momento, facilita las operaciones de Mas pero empieza a exigir el adelanto de las contrapartidas prometidas a cambio de los favores políticos que ya se están produciendo por su parte. Se estudia la creación de una consejería de Relaciones Exteriores que podría facilitar la entrada en el gobierno catalán del partido de Junqueras, petición hecha por el antedicho el día después de la "fumata blanca" para el adelanto electoral y ante la que en CDC se mira para otro lado.