Re: No, no, no, y otra vez, no
Yo no suelo mirar la procedencia de los productos que compro, me baso más en su calidad, relación de ésta con su precio, que se adapte a mis necesidades y satisfa mis gustos o preferencias. Si cumple con estos requisitos y, además, es un producto español perfecto, si no lo es pero reúne lo que yo reclamo a ese producto, lo siento, pero comparo y lo escojo en lugar del español. Lo que jamás hago, es descartar un producto porque en su comunidad de origen se reclame la independencia o se pretenda un mejor trato fiscal o porque en el ayuntamiento de turno ondeo o no una bandera u otra. Quizás otro tipo de consideraciones deberían tenerse más en cuenta, por ejemplo, aquellas que afecten de forma generalizada a condiciones muy precarias de trabajo o porque atenten contra la dignidad y derechos humanos en su producción y, muy al contrario, no se plantean como contras para su adquisición. Ejemplos hay a montones y no se llenan tantas páginas ni foros con ellos.