Podemos defiende un cambio radical de la política económica en España. Entre otras medidas, abogan por disparar el gasto público, lanzar nuevos programas de estímulo (Planes E al estilo de Zapatero), nacionalizar bancos y sectores estratégicos, aprobar una renta básica, nuevas subidas de impuestos, mayor rigidez laboral, prohibir despidos, imponer salarios, expropiar viviendas... En definitiva, rechazar las políticas de austeridad pública y liberalización económica para apostar por mucho más Estado -y menos mercado- en todos los sentidos.
Sin embargo, la cúpula del partido que lidera Pablo Iglesias es muy consciente del escaso margen que tiene España, y cualquier otro país miembro de la Unión Monetaria, para poder implementar tales políticas, ya que los pactos europeos y la legislación comunitaria no lo permitirían. De ahí, precisamente, que muchos de sus críticos tilden de "irrealizable" el programa económico de Podemos. Y es cierto: muchas de esas medidas contarían con el rechazo frontal de Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE), pero esos mismos críticos olvidan que, en última instancia, Podemos defiende salir del euro.
Sus máximos dirigentes se cuidan mucho de apoyar esta medida en público de forma clara, puesto que, hoy por hoy, carece del respaldo de la inmensa mayoría de españoles, pero Iglesias lo anunciaba sin reparo alguno poco antes de fundar Podemos y convertirse en un referente político.
¿Qué debería hacer una fuerza política democrática que ganara unas elecciones en el Sur de Europa? Yo no tengo dudas. Debería retomar el control de la política monetaria, saliendo del euro e inmediatamente devaluar.
¿Por qué ahora no lo defiende tan abiertamente? El propio Iglesias lo explica:
Los comunistas tienen la obligación de ganar. Un comunista que pierde es un mal comunista. Y Lenin no dijo en 1917 comunismo, sino pan y paz. Y eso le sirvió para agregar una cosa enorme en un contexto muy preciso [...]
La izquierda tiene que aprender a vestir el traje de la victoria. Es verdad que para follar hay que desnudarse, pero para ligar hay que vestirse. Y vestirse implica construir discursos y construir aparatos discursivos que te permitan [agregar].
La estrategia de Podemos
Dicho de otro modo, no lo dicen para no asustar a sus potenciales votantes, pero basta analizar las propuestas concretas de los líderes de Podemos para descubrir su particular hoja de ruta en esta materia, que se resume en tres pasos:
Cambio radical de la política económica en España (más Estado y menos mercado), a pesar del rechazo de Bruselas y el BCE.
Para evitar las lógicas restricciones que marcaría la UE, apuestan por extender su programa económico a toda Europa, impulsando así un cambio de la actual estructura comunitaria: compra masiva de deuda por parte del BCE, emisión conjunta de bonos europeos, políticas expansivas de gasto, eliminación de los límites de deuda y déficit que marca Maastricht, etc.
Y si el punto anterior falla -lo cual es muy probable-, crear un euro débil con los países del sur (España, Italia, Grecia y Portugal), tal y como anunció Juan Carlos Monedero desde Argentina, o bien que España salga de forma unilateral de la moneda única.
"Cambio radical" e impagar la deuda
Los argumentos y pasos concretos a seguir los explica en detalle Nacho Álvarez Peralta, uno de los economistas de cabecera que forman parte del equipo de Pablo Iglesias para dirigir Podemos, en los diversos documentos y propuestas sobre este asunto que ha elaborado durante la crisis.
Consciente de las enormes dificultades que entraña cambiar las estructuras comunitarias, debido a la oposición de Alemania y los países ricos del norte, explica que la alternativa para España y el resto de países periféricos es, en última instancia, salir del euro.
Según explicaba Álvarez en una entrevista tras la publicación de su libro Fracturas y crisis en Europa, ese "cambio radical" de la política económica "no tiene cabida en el euro, tal cual está concebido […] Pensamos que dentro del euro no es posible".
En un manifiesto conjunto firmado por Álvarez y otros economistas europeos en 2013 se daba respuesta a esta pregunta concreta: "¿Qué hacer con la deuda y el euro?". Los pasos que debería seguir un "gobierno de izquierdas" serían los siguientes:
- A corto plazo, encontrar "vías para financiar el déficit público al margen de los mercados financieros" como, por ejemplo, "un préstamo forzoso con cargo a los hogares más ricos; la prohibición de tomar prestado de no residentes; la obligación de los bancos de mantener cierta proporción de bonos públicos; impuestos drásticos sobre las transferencias internacionales de dividendos y operaciones de capital", subidas generalizadas de impuestos...
"La vía más sencilla pasaría por financiar el déficit a través del banco central nacional. Es posible crear un banco especial que pueda refinanciarse a través del banco central, pero dedicado principalmente a comprar bonos públicos". Esto supondría "romper con el orden europeo" -euro inclusive-.
- Sin embargo, este primer conjunto de medidas inmediatas "no reduce la carga de la deuda acumulada ni los intereses de esta deuda". La solución pasaría, entonces, por "reestructurar la deuda", previa "auditoría" de la misma.
- Pero como mucha deuda pública está en manos de bancos privados, haría falta una "tercera ruptura con el orden neoliberal: el control de los movimientos internacionales de capitales, el control del crédito y la socialización de la banca", aclara el documento.
Salir del euro
¿Cómo lograr lo anterior? El manifiesto incluye la respuesta:
Para aplicar esta política efectiva contra la deuda, un gobierno de izquierda, siempre que cuente con el necesario apoyo popular, deberá estar dispuesto a utilizar todos los medios democráticos necesarios para enfrentarse a los intereses financieros, con inclusión de medidas de nacionalización de sectores estratégicos y de confrontación directa con el gobierno de Merkel, el BCE y la Comisión Europea [...]
Esta confrontación no debería ver el euro como un tabú y debería contar con opciones alternativas, incluido el abandono del euro tanto si no queda otra alternativa en el marco europeo como si las autoridades europeas lo fuerzan. Sin embargo, esto no debería plantearse de entrada.
Es decir, un "gobierno de izquierdas" rechazaría, en primer lugar, la austeridad que impone la UE y abogaría por un "cambio radical" de las políticas económicas, intentando extender esta misma estrategia a otros países europeos. Sin embargo, tal y como recoge el manifiesto, "no será posible evitar la confrontación política con la UE y las élites de otros países europeos, en especial el gobierno alemán, por lo que no cabe descartar la amenaza de salida del euro como alternativa viable".
Ocultárselo a la opinión pública
En definitiva, Álvarez, miembro de la ejecutiva de Iglesias y del área económica de Podemos, defiende "romper con la disciplina del euro" para desobedecer las políticas de austeridad e impagar la deuda pública, una especie de tres en uno. Cuestión distinta es "por dónde y cómo empezar este proceso de rupturas diversas, pero relacionadas entre sí", aclara.
En otro documento aborda esta delicada cuestión. Y es aquí donde Álvarez considera que "es mucho más oportuno apostar por aglutinar fuerzas en torno a la desobediencia frente a las políticas de austeridad, así como avanzar hacia el cuestionamiento del pago de la deuda, en lugar de levantar la consigna de la salida del euro".
La razón es sencilla: "Parece difícil imaginar que una propuesta de salida del euro pudiera atraer a capas mayoritarias de las clases populares y trabajadoras, que mantienen todavía, deteriorada pero vigente, la idea de Europa como referente de democracia y progreso. Y, desde nuestro punto de vista, una medida como la salida unilateral del euro requeriría de un apoyo social muy amplio, no sólo por la carga simbólica que se asocia a la moneda única, sino también por las graves consecuencias materiales que dicha opción tendría para la mayor parte de la población".
Álvarez añade que "la salida unilateral del euro entrañaría costes económicos, sociales y políticos de una enorme magnitud a corto plazo". Por ello, lo ideal sería articular una salida conjunta, con otros países del sur de Europa, tal y como anunció en su día Monedero, pero ya sea solo o acompañado, la cúpula de Podemos pretende, en última instancia, que España salga del euro.
La ruptura con la actual disciplina del euro no pasa necesariamente por una salida unilateral […] las posibles formas que esta ruptura pueda adoptar dependerán de las fuerzas políticas y las legitimidades sociales que se vayan acumulando por el camino, y para ello resulta mucho más útil y prioritario avanzar en el cuestionamiento de las políticas de austeridad y del pago de la deuda.
Ambos cuestionamientos, ejercidos de forma colectiva desde varios países europeos, pueden llevar a una ruptura con la disciplina del euro que no esté necesariamente abocada a refugiarse en el terreno nacional […] Abrirse a otra moneda podría ser la posibilidad de construir un proyecto alternativo con otras economías.