Re: La independencia de España
Hecho el correspondiente recuento, se sabe que 5.000 personas se oponen a la independencia.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Hecho el correspondiente recuento, se sabe que 5.000 personas se oponen a la independencia.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
hacer manifestaciones paralelas esta mal....hay que respetar...je je
Uns 350 participants en la manifestació antifeixista
Unes 350 persones, segons la Guàrdia Urbana, van participar en paral·lel ahir al matí en la manifestació organitzada per la Plataforma Antifeixista de Barcelona. Els participants, de diversos col·lectius de l'esquerra alternativa, van reivindicar el lema ‘Barcelona en lluita contra la impunitat feixista, 12 d'octubre, res a celebrar', entre crits a favor de la integració. La marxa va començar a la Gran Via, va recórrer part de l'Eixample i va baixar pel Paral·lel fins a arribar al monument a Colom. Durant la manifestació es van sentir crits de rebuig a cap tipus de commemoració el 12 d'octubre, i es va demanar la llibertat d'un detingut pels aldarulls del Día de la Hispanidad del 2011, quan un grup d'antifeixistes va impedir la celebració d'un concert neonazi. Al final, per evitar incidents, els Mossos van evitar que alguns manifestants pugessin per la Rambla cap a la plaça de Catalunya, i els van derivar cap al metro.
http://s.libertaddigital.com/2015/10/12/bandera-dolcacatalunya.jpg
los vecinos de pujol son gente sana...je je
Un año más el 12 de Octubre, la llamada fiesta nacional. La verdad es que, vista la situación de nuestra exnación, sorprende que siga celebrándose. ¿Acaso nos queda algo que celebrar? ¿Quizás aquel descubrimiento de hace cinco siglos por el que no hacemos más que pedir perdón? ¿O la unificación de los reinos acontecida en aquellos mismos años por voluntad de aquel par de franquistas por anticipado llamados Isabel y Fernando? ¿O la existencia del extraordinario vínculo de una lengua de creciente importancia internacional que, sin embargo, se menosprecia, discrimina y acorrala en varias regiones españolas? ¿O la prosperidad y fortaleza de una nación a la que muchos de cuyos ciudadanos ansían dejar de pertenecer?
Además de los separatistas, que, al fin y al cabo, se limitan a representar coherentemente su papel, a media España le resulta molesta su propia nación, especialmente, aunque no sólo, en eso que se llama izquierda. Pero no se limita su rechazo a la España actual o a los pasados regímenes políticos, cercanos en el tiempo, a los que se culpa de todos los males para no aceptar incapacidades presentes, ya que se considera que el error español hunde sus raíces bastante más atrás. Por mencionar sólo un par de ejemplos recientes, recuérdense la palabras de ese portavoz de la intelectualidad izquierdista llamado Willy Toledo sobre lo que le agradaría la independencia de Cataluña puesto que "movería los cimientos del régimen español, que no llevamos con él ni veinte, ni cuarenta, sino quinientos años". Su compañero Wyoming ha abundado en la idea al declarar "La unidad de España me la suda" y "Aquí el poder siempre lo han tenido los mismos, durante muchísimos siglos". ¿A qué régimen, al parecer llegado hasta hoy, se referirá Toledo? ¿A la monarquía absoluta de origen divino? ¿Quiénes serán esos eternos gobernantes a los que se refiere Wyoming? ¿Los Trastámara? ¿Los Habsburgo? ¿La Inquisición? ¿Alguna extraña sociedad secreta que habría ido pasando, de padres a hijos, el testigo del poder en la sombra? La verdad es que como argumento para una película de Fantomas no estaría nada mal. En cuanto a los asuntos sudatorios, habrá que reconocer que Wyoming cuenta con el aval de Fernando Savater, eminente representante de la izquierda apátrida que, además de soplársela y sudársela, declaró hace algunos años que "la idea de España es para fanáticos y semicuras".
Y así, entre separatismos y sudores, España es la campeona mundial en las disciplinas de utilización de la historia como arma ideológica y de reflexión sobre el propio ombligo como suprema acción política. ¡Ser español se ha hecho tan cansado que hasta lo de Sísifo resultaría más llevadero! ¡Toda la vida preguntándonos qué somos! ¡Si somos o no somos, si fuimos o no fuimos, si somos o som, si seremos o serem, si seguiremos siendo o dejaremos de ser...! Demasiada atención a la esencia como para conservar la cordura. ¿Veremos el día en el que los españoles, especialmente los de algunas regiones enfermas de aldeanismo disfrazado de progresismo, alcancen a comprender que la política consiste en la gestión eficiente de la cosa publica, en ocuparse del buen funcionamiento de las instituciones, de la calidad de la asistencia hospitalaria, de la enseñanza y de otros asuntos ajenos a los efectos autodeterminativos de los diferentes acentos, bailes y maneras de cocinar el bacalao? De momento no parece que haya muchas razones para el optimismo en una sociedad enganchada al onanismo identitario.
Pero más allá de nuestro ombligo suceden muchas y serias cosas. Porque el mundo está cambiando a gran velocidad en estos precisos días y ante nuestras mismas narices. Por un lado, el avispero de Oriente Medio con todas sus graves consecuencias políticas, militares y terroristas. Por otro, unos USA en acelerada decadencia y una China aprestándose al relevo. En tercer lugar, unas circunstancias climáticas, medioambientales y energéticas cuyo imprevisible desarrollo no dejaremos de contemplar en los próximos años. En cuarto, la creciente presión migratoria de quienes huyen de la guerra, de las persecuciones religiosas, del hambre, de la sequía o de su propia incapacidad. Paralelamente, la natalidad suicida de los países desarrollados, especialmente de una Europa envejecida, agotada, impotente y enferma de autocrítica. Y, finalmente, una ONU promoviendo cada vez con más intensidad lo que sus expertos llaman "migraciones de reemplazo", destinadas a sustituir con rapidez a una población europea que se niega a tener hijos por decenas de millones de inmigrantes del Tercer Mundo, lo que no ha hecho más que empezar.
¡Esto sí que tiene que ver con la prosperidad, la estabilidad y la bendita identidad que aparentemente tanto gusta por aquí! Y todo ello está sucediendo allende nuestras fronteras sin prestar la menor atención al hecho diferencial catalán, el ámbito vasco de decisión, el 11 de septiembre de 1714 y el imperativo geopolítico, de transcendencia planetaria, de que España es una nación de naciones discutida y discutible.
¡Qué desconsiderados!
Jesus Laínz, escritor.
Venga, venga, no voy a entrar en tonalidades de amarillos que hay miles, joder que le buscas la cuadratura al círculo. Qué pesadilla!!! Ala, para ti la perra gorda cansinooooo, no se como note han fichado lis de junta pel si , ya hubieras pactado un referéndum con el mismísimo Rajoy, cansiiino!
Que conste que te lo digo con cariño.
Es que la de Franco es la que era gualda. La constitucional es amarilla. Además la franja amarilla es doble, antes no. Si no la ves distinta pinte gafas.
Adopción 28 de mayo de 1785 (como pabellón naval)
5 de octubre de 1981 (última modificación del escudo)
Colores Rojo bandera
Amarillo gualda bandera
Diseño Tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. El escudo tendrá una altura de dos quintos de la anchura de la bandera y figurará en ambas caras de ésta en el centro de la franja amarilla. El eje del escudo se colocará a una distancia de la vaina de media anchura de la bandera.
Bandera nacional
En 1793 se ordenó que este pabellón, utilizado hasta entonces solo en los buques de guerra con el escudo reducido a dos cuarteles, ondeara también en los puertos y fuertes de la Marina y costas custodiados por el ejército español. La bandera rojigualda empezó a utilizarse en campamentos del ejército y fortificaciones fronterizas durante la guerra contra la Convención, aunque al ser una bandera del Ejército el escudo se representa en cuartelado de Castilla y León sobre los colores del pabellón naval. 2 A partir de 1808 dada la explosión del sentimiento patriótico durante la guerra de Independencia, los colores rojo y gualda fueron empleados por el pueblo y para banderas de enganche de voluntarios, y fueron oficializados como colores de las Cortes de Cádiz y de la milicia nacional.3
Finalmente en 1843, el Real Decreto de 13 de octubre, sancionado por la Reina Isabel II, reconocía como nacional la bandera de colores rojo amarillo y rojo, y se ordenó que todas las unidades militares españolas utilizaran la misma bandera, por lo que desapareció la variante para «las demás Embarcaciones» (bandera mercante o pabellón civil). La Primera República Española, instalada en 1873, no alteró los colores de la bandera, pero se suprimieron de los escudos todos los símbolos reales de la monarquía.
Aunque el uso de la rojigualda se generalizó durante lo que quedaba de siglo, no fue hasta 1908 (Real decreto disponiendo que en los días de Fiesta nacional ondee en todos los edificios públicos la bandera española, extendiéndose colgaduras é iluminaciones, Gaceta de Madrid, número 26, se 26 de enero), que se estableció la obligatoriedad de que ondeara en todos los edificios públicos en los días de fiesta nacional.4
Este diseño rojigualda se conserva hasta nuestros días, aunque ha habido constantes variaciones del escudo. Solamente la proclamación de la Segunda República en 1931, durante la que se utilizó la bandera tricolor5 de franjas horizontales de igual tamaño entre ellas, sustituyéndose en la franja inferior el rojo por el morado, constituyó un paréntesis en su uso. Tras la Guerra Civil, se volvió a la bandera bicolor, pero con el nuevo modelo de escudo, el modelo de 1938 (aprobado el 11 de febrero de 1938). Posteriormente, se cambió el escudo en dos ocasiones más, con los modelos de 1945 (aprobado el 11 de octubre de 1945), y 1977 (aprobado el 21 de enero de 1977), hasta el actual modelo de 1981.
En relación con el uso de la bandera, el artículo 3 de la Ley 39/1981, de 28 de octubre, establece:
La bandera de España deberá ondear en el exterior y ocupar el lugar preferente en el interior de todos los edificios y establecimientos de la Administración central, institucional, autonómica, provincial o insular y municipal del Estado.
Que se lo lea Juan que aún no se ha enterado. Creo que es un poco daltónico.
Muy buena información compañero.
Saludos.
http://www.abc.es/espana/20140723/abci-bandera-espana-roja-amarilla-201407221623_1.html
aqui viene explicado la historia de la bandera de españa en 7 episodios
tienes una paciencia que ni el santo job
saludos
Porque le va el morbo. Yo ya li le respondo. Y lo leo porque no me queda más remedio.
Cansino, y hablas de trolls? no se yo quien es troll en el foro.
Y gualda se utilizaba desde Carlos III, hermano como todos saben de Franco I.
7 U 8 post para discutir si la mora era verde o era morá, cuando lo que se discute de verdad es si es mora o es ciruela.
Anda ya cansino. pesao
je je
¿Te estás corrigiendo a ti mismo? ¿O es que ya no das pie con bolo? Creo que el primero que has mencionado la rojigualda has sido tú. Pero, en cada intervención que tienes, metes más la patita.
Si ya lo digo yo, no hay peor propaganda que la de los patriotas de vía estrecha. A la hora de la verdad no saben ni lo que defienden. Para seguir hablando de cultura. jajaja
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
¿Lo del amarillo gualda es de tu cosecha o es por contagio del "otro"?
El colmo de los colmos ... os tengo que explicar yo, a los patrioteros, los colores de la bandera oficial. A ver si os suena de dónde sale esto:
La bandera de España, de acuerdo con lo preceptuado en el artículo cuarto de la Constitución española, está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
P.D. Una vez aclarado esto, podremos pasar a aclarar lo de la anchura del amarillo. Que me parece que alguno también necesita un "repasillo".
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