Una cosa es un cobarde y otra un cretino. La necedad y la estupidez a veces pueden conducir a la ignorancia y a la irresponsabilidad. Especialmente cuando de hombres de gobierno se trata, pues olvidan frecuentemente que de sus palabras y sus acciones dependen la estabilidad y el bienestas de los ciudadanos a los que representan. Este individuo no representa en modo alguno a todos los catalanes, pues parece que tan solo desea representar a los que como él piensan. Los "otros" no importan. Vamos a amargarles la vida para aburrirlos y que se larguen lo antes posible.
Creo que el Estado, el Gobierno y las instituciones en general, han permitido excesivas concesiones a este Presidente, hasta el punto de que Egipto se le quedaba pequeño y prefirió nombrarse faraoncillo de Cataluña. Las leyes no van con él; su ego está por encima de toda ley, sin darse cuenta que, en el fondo, no es más que un pobre hombre que, al final, tendrá que responder ante la Justicia no solo por fracturar Cataluña y España sino también por todas aquellas corruptelas de las que, a lo largo de tantos años de labor pública, ha podido tener conocimiento. Y eso si es que no ha tomado participación en alguna de ellas.
Siempre he dicho que la Justicia es muy lenta, pero al final sus resultados son los de una aposonadora.
Este faraoncillo de pacotilla deberia recordar cada mañana lo que el conductor de la cuádriga repetia constantemente al general romano que llegaba victorioso de sus míltiples conquistas: No olvides que tan solo eres un hombre.