Re: Pedro Sanchez sigue el mismo camino que mas y tropezara en la misma piedra
Según dicen hay que defender la gente de a pie....y lo fundamental es el rescate social porque hay gente en paro. Y asi vamos, un ratito a pie y el otro....
Según dicen hay que defender la gente de a pie....y lo fundamental es el rescate social porque hay gente en paro. Y asi vamos, un ratito a pie y el otro....
La errata territorial del PSOE y su modelo "mínimamente" federal
La única frase sobre el modelo territorial de un documento de 53 páginas contiene un error.
En Comú Podem confía en un pacto que recoja el referéndum
Domènech sobre el acuerdo con el PSOE: "Tiene que aparecer la palabra referéndum"
Los socios de Podemos: "Lo que importa es que en el acuerdo final aparezca el referéndum"
El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, avisa a los socialistas: "Defenderemos, hemos defendido y defendemos el referéndum".
Le llaman el histórico dirigente socialista Felipe Gonzalez y en TV, ha defendido el intento de Pedro Sánchez de formar Gobierno pero ha considerable posible y probable que haya nuevas elecciones y que este mismo debate se repita el próximo mes de septiembre.....
http://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2016/02/10/felipe-gonzalez-ve-posible-y-probable-nuevas-elecciones-y-gobierno-en-septiembre_1150416/
Mariano Rajoy y Albert Rivera reman juntos por la unidad de España. El presidente del Gobierno en funciones y el líder de Ciudadanos han tenido una reunión “cordial”, a juicio de los dos, durante más de hora y media, en la que se han intercambiado sendos documentos con los que pretenden llegar a un acuerdo para dar estabilidad a la legislatura. Tanto el líder del PP como el de Ciudadanos han fijado un frente común contra el líder socialista, Pedro Sánchez, que busca apoyos con los que acudir a su sesión de investidura. Rivera exigirá por escrito al socialista que “no habrá referéndum” en Cataluña, como pide Podemos. Una posición, la de la formación naranja, que se alinea a la que defiende el líder de los conservadores.
Con esta premisa encima de la mesa, a Pedro Sánchez se le complica un poco más el camino hacia la Moncloa. En un lado, Podemos y sus 69 diputados han creado hasta un ministerio de Plurinacionalidad para abordar este peliagudo tema. Por otro, los partidos constitucionalistas se alinean para hacer frente común al secesionismo catalán. “La soberanía nacional reside y residirá en el pueblo español”, recalcó Mariano Rajoy tras su reunión con Rivera, que destacó la importancia de que los “tres partidos” -PP, PSOE y Ciudadanos- defienden la unidad de España.
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Rivera, el primero en comparecer tras la reunión con el jefe del Ejecutivo en funciones, escenificó la imagen de hombre de Estado que modera entre Sánchez y Rajoy, que se verán por primera vez desde el 23 de diciembre mañana viernes. El presidente de Ciudadanos apeló una y otra vez al sentido de Estado y pidió a Mariano Rajoy que negocie con la Comisión Europea una flexibilización del objetivo de déficit para España, que en 2016 está fijado en el 2,8%. “Eso ya lo hice yo”, añadió después el líder del PP, y mantuvo la mano abierta en todo momento al diálogo.
En un intento de destensar la cuerda, Mariano Rajoy envió este jueves a Pedro Sánchez el documento que el PP ofreció a Albert Rivera para sentarse a apuntalar los grandes temas que, a su juicio, deben defender en el Parlamento durante esta legislatura. “Uno debe tratar al otro como le gustaría que le trataran a él”, reconoció el líder del PP, apenado porque se enterase de la oferta del PSOE por los medios de comunicación.
Los pactos que el PP ha propuesto a Ciudadanos, los mismos que hablará mañana con el PSOE, son cinco: un pacto por el crecimiento y el empleo (“hay que asegurar la consolidación de la recuperación económica”); cumplir con la senda de estabilidad presupuestaria acordada con la UE, haciendo uso de la flexibilidad que permite la normativa europea; un pacto social “para reforzar los pilares y las políticas del Estado que lo garantizan”; un pacto por la educación y para el fortalecimiento institucional.
Rajoy acudirá este viernes por la tarde a la cita con Sánchez sin saber muy bien qué le pedirá el socialista. “Yo sé a lo que vengo yo, a explicarle este documento, pero no sé qué me va a pedir”, reconoció. Tanto PP como Ciudadanos han quedado en hablar la semana que viene, después de que la Mesa del Congreso fije la sesión de la investidura de Pedro Sánchez, para continuar trabajando y concretando estas propuestas. Las únicas, a juicio de Rajoy, “que devolverían la estabilidad a España. La otra opción es un gobierno radical formado por el PSOE, Podemos y las fuerzas independentistas”.
¿ES RAZONABLE, COMO SOSTIENEN ALGUNAS INFORMACIONES PERIODÍSTICAS, QUE EL IBEX 35 QUIERA VER A PEDRO SÁNCHEZ EN LA MONCLOA?
El diario El Mundo publicó el pasado lunes una información de cuyas fuentes no dudo pero que me pareció ridícula. Sostenía que las empresas del Ibex 35 estaban presionando a Rajoy para que el PP facilitase con su abstención un Gobierno entre el Partido Socialista y Ciudadanos. No acierto a ver cómo se puede gobernar un país con apenas 130 de diputados, que es lo que sumarían las dos formaciones políticas, ni en qué un gobierno de tales características podría beneficiar a las grandes empresas, ni tampoco a las pequeñas.
Pero basta con leer el documento programático presentado ayer por el partido de Pedro Sánchez de cara a negociar su investidura para estar persuadido de que ninguna empresa se vería beneficiada por las medidas que en él se proponen, y por tanto, que, caso de ser cierta esta pretensión de la que hablaba el diario de que el PP permitiera tal atropello, es completamente disparatada.
El programa de negociación presentado por Pedro Sánchez, abierto a todos los partidos con los que quiere fraguar su investidura, a derecha e izquierda, implica una subida brutal del gasto difícilmente compatible con la sostenibilidad de las finanzas públicas. Conscientes de este contradios, los socialistas fían la posibilidad de llevarlo adelante a una negociación con Bruselas para aliviar el calendario y los objetivos de consolidación del déficit público. Pero este es un punto de partida completamente frágil, porque supone endosar la posibilidad y la responsabilidad de gobernar a una instancia externa como la Comisión Europea, muy poco proclive a entrar al trapo después de los problemas crecientes con Grecia, con Portugal e incluso con Italia, a cuenta de la salud de su sistema financiero.
Es un plan que va en la dirección contraria a resolver los principales problemas de la economía española: el déficit, la deuda pública, la deuda externa y el excesivo endeudamiento privado. ¿Por qué? Para empezar, los socialistas de Pedro Sánchez creen que España se halla en una situación de emergencia social, igual que Podemos. Da igual que la economía esté creciendo a un ritmo cercano al 3,5 por ciento, o que el país esté generando al 60 por ciento del empleo de toda la Unión. Sólo estos datos serían más que suficientes para rebatir la tesis de la situación crítica con la que la izquierda nos quiere hacer comulgar para que traguemos con su brebaje indigesto. Pero esta idea, que estamos al borde del precipicio, viene muy bien como punto de partida del documento negociador elaborado por los socialistas.
Y aceptando esa premisa, hay que derogar, como primera medida, la reforma laboral. La reforma laboral ha sido la principal causa de que las empresas hayan ganado competitividad y músculo, que hayan obtenido la flexibilidad precisa para adaptarse a la demanda, y la que está proporcionando las condiciones idóneas para que florezca el empleo. Pero los socialistas se la quieren cargar. Quieren hacer varias cosas, y todas ellas equivocadas, todas ellas contrarias a lo que desearían las empresas del Ibex 35 que según decía el diario El Mundo postulan un gobierno socialista en este país. Quieren volver a dar prioridad a los convenios colectivos y de ámbito superior en relación a los convenios de empresa, que son mucho más útiles y eficientes. Quieren mantener la ultraactividad de los convenios, es decir, la permanencia de acuerdos antiguos y contraproducentes cuando hayan caducado hasta que se firme uno nuevo, una idea absolutamente venenosa que volvería a atar de por vida a las empresas.
También quieren fortalecer el papel de los sindicatos en la negociación de las empresas, en lugar de los acuerdos personales, lo que sería algo así como rescatar el protagonismo de las centrales sindicales en la vida pública, del que por fortuna nos habíamos desembarazado gracias al PP. Quieren impedir los despidos colectivos, aunque estos sean imprescindibles para garantizar la continuidad de las empresas, quieren restringir el ámbito de actuación de las empresas de trabajo temporal, que son básicas para dinamizar el mercado de trabajo. En fin, quieren desandar todo el camino recorrido con provecho durante los años de gobierno del Partido Popular. No se me ocurre, quizá soy ingenuo o un completo inútil, cómo habría de beneficiar esta clase de medidas ni a las grandes empresas ni a las pequeñas, y por tanto no entiendo cómo es posible -más bien creo que no es cierto-, que los empresarios estén a favor de un gobierno socialista.
Las medidas del programa de investidura del señor Sánchez en el ámbito fiscal y presupuestario son otro completo disparate. Se propone introducir un ingreso vital mínimo para las familias sin recursos, un aumento de la cuantía de la prestación por hijo a cargo, la dotación de recursos suficientes -sin cuantificar- para un plan de inclusión social, así como la obligación del Gobierno de facilitar una vivienda en régimen de alquiler social para los desahuciados, igual que la recuperación del subsidio de desempleo para los parados mayores de 52 años, etcétera. No se dice, por supuesto, de dónde se extraerán los recursos para arreglar un país al que se equipara conceptualmente a la Venezuela de Chaves y Maduro cuando la realidad es que está a años luz, a la cabeza del crecimiento de la Unión Europea. Por eso es un programa que parte de un análisis completamente equivocado y perturbador, sólo dirigido a plantear medidas contra reformistas y contrarias al interés general.
Pero ya que habíamos empezado esta artículo con el pretexto de que las empresas del Ibex 35 bendecirían un gobierno socialista con Ciudadanos, y atendiendo al documento programático que ha presentado Pedro Sánchez -no muy diferente del que podría ha presentado Podemos-, habría que preguntarse cómo les sentaría a las compañías, las grandes, las mediopensionistas o las pequeñas, la incorporación a la legislación actual de fórmulas de representación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas, o en sus órganos de control y de supervisión. ¡¡¡Como un tiro!!!
En suma, el programa presentado por Sánchez para negociar su investidura es, como no podía ser de otra manera, una completa porquería. Un excremento, por mucho que el diario El País dijera hoy martes, que era un buen punto de partida.Jajajajaja. Y eso que sólo me he explayado en los asuntos que me parecen más graves, aunque hay otros igualmente vomitivos como, en la cuestión energética, la prohibición del fracking o la fabulosa propuesta de crear un fondo verde de transición hacia una economía con menos emisiones.
Pero no querría acabar sin un final a la altura de las circunstancias. Naturalmente, un programa en el que todas y cada una de las medidas suponen un aumento del gasto público, y una reversión de las reformas que nos han llevado a buen puerto hasta ahora, y que han logrado en cuatro años sacar al país del precipicio y ponerlo en la punta de lanza de la UE, sólo es posible de sostener con un aumento colosal de los impuestos y de los funcionarios públicos que los controlen y los hagan pagar -¡¡¡por Dios, qué ingenuos!!!. Y a esto a es lo que está dispuesto Pedro Sánchez: a ensanchar las bases imponibles del Impuesto de Sociedades, a establecer un mínimo común en toda España de los Impuestos de Sucesiones, de Donaciones y de Patrimonio, a aprobar una fiscalidad medioambiental y a introducir un impuesto nuevo sobre las transacciones internacionales. Una amenaza más: una comisión planteará una reforma integral de la tributación sobre la riqueza. Y la última: se contratarán a 5.000 funcionarios más para luchar contra el fraude. Irónicamente, esto sólo puede ser una buena noticia para el sector de la hostelería, que podría contar en adelante con 5.000 clientes más desayunando los churros y las porras de por la mañana, y luego el aperitivo antes de liquidar su magra e ineficiente jornada laboral. Todo es un horror, como se ve. Si este es, supuestamente, el programa que saludarían las empresas del Ibex 35 con agrado, y que nos llevaría a buen puerto, desatascando el colapso actual y dirigiendo la nación a un destino todavía más confortable del que más o menos todavía disfrutamos, pues que venga Dios y lo vea.