Re: Pedro Sanchez sigue el mismo camino que mas y tropezara en la misma piedra
La dirección del PP no trabaja todavía en la idea de unas nuevas elecciones. Su tesis de que el PSOE acabará absteniéndose para permitir la investidura de Mariano Rajoy continúa inalterada. Pero si no hay más opciones que convocarlas, en Génova sostienen que el resultado sería mejor que el del 20-D porque subirían a costa de Ciudadanos. Ésta es la impresión en la sede del PP dos semanas después de las elecciones, donde pese a la clara negativa del PSOE a dar apoyo a Rajoy o al PP, siguen convencidos de que los socialistas realizarán un viaje de ida y vuelta porque, señalan, si se enfrentan a otras elecciones «pueden ser superados por Pablo Iglesias», según fuentes populares. Este relato, que la dirección defiende pero que genera mayor escepticismo en las organizaciones territoriales (con más dudas de que el PSOE no alcance un pacto con Podemos), ha ido incorporando matices día a día. Primero se consideraba capital lo que pueda ocurrir en Cataluña. Si la CUP apoya a Artur Mas para seguir al frente de la Generalitat y esto supone un nuevo impulso al proceso soberanista, la presión sobre Pedro Sánchez para dar estabilidad al Gobierno será descomunal, según mantienen fuentes del PP. Este escenario para los populares sigue vigente, pero la virulencia de la división interna mostrada en los últimos días por el PSOE y la posibilidad de que en febrero se celebre un congreso para relevar a Sánchez ha abierto paso a una nueva teoría que podría facilitar la investidura de Rajoy. 'Santa Susana'A estas alturas nadie duda en el PP de que el deseo de la presidenta andaluza, Susana Díaz, es descabalgar a Sánchez en la dirección. Si esto sucediera en febrero o marzo, con el proceso de constitución del Gobierno aún abierto, creen que la consecuencia sería que Susana Díaz, como nueva secretaria general del PSOE, permitiría un gobierno de Rajoy. De hecho en el PP ya hay quien alude a la presidenta andaluza como Santa Susana.Díaz, según esta hipótesis, daría orden de abstenerse al PSOE y posibilitaría que el PP gobernase para ganar tiempo y prepararse para unas nuevas elecciones en el horizonte de poco más de un año, según fuentes del partido. De hecho, aunque en las conversaciones de estos días se apunta a una legislatura corta, en el PP creen que, con los presupuestos de este año aprobados, en caso de gobernar podrían aguantar todo 2016 y sólo convocar elecciones si no pudieran sacar adelante las cuentas de 2017. En estas dos suposiciones -la CUP, Mas y un nuevo desafío catalán y Santa Susana- se sustentan las esperanzas del PP de seguir en el Gobierno mientras se ha puesto toda la maquinaria a trabajar y se han intensificado los contactos de todo tipo, según fuentes del PP, para convencer al PSOE de que respalde a Rajoy con la fórmula que prefiera: abstención en la investidura, apoyo parlamentario o entrada en el Gobierno. El PP está abierto a cualquier planteamiento. Pero, en el caso de fracasar, en Génova no existe temor a unas nuevas elecciones. Fuentes de la dirección consideran que se trataría de una segunda vuelta en donde las opciones se polarizarían en torno al PP y a Podemos. En este contexto estiman que Ciudadanos perdería apoyo y que habría voto útil del centro derecha al PP. Es «nuestro único margen de mejora», aseguran desde el partido, después de que los principales argumentos de su campaña -la recuperación económica y la estabilidad política- no hayan logrado el esperado refrendo. A pesar de interpretaciones como la que se hace en Faes sobre que una parte del voto del PP sigue en la abstención y no se ha ido a Ciudadanos, en Génova mantienen que entre los votantes de Rajoy y de Albert Rivera hay vasos comunicantes. Por eso, apuntan, «Ciudadanos nos va a apoyar seguro y no quiere nuevas elecciones».