Re: Pedro Sanchez sigue el mismo camino que mas y tropezara en la misma piedra
El ataque fue durísimo, sin contemplaciones. Mariano Rajoy observa con alarma a un Pedro Sánchez completamente "desesperado" con el único objetivo de "salvarse" políticamente, según su entorno. Y dio orden al PP de que se lanzara en tromba contra él después de que haya cedido cuatro senadores a los secesionistas. El presidente en funciones cree que es parte de una negociación encubierta para alcanzar un pacto de investidura, y hasta Soraya Sáenz de Santamaría, en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, se dejó de rodeos y trató de romper el PSOE. "La pregunta es a qué está dispuesto a prestarse", enfatizó la vicepresidenta.
El propio Rajoy dirigirá este sábado la respuesta de su partido, toda vez ha convocado a los medios de comunicación en Zamora, en una visita no estaba en agenda hasta este viernes por la mañana. Pero, ya desde el mismísimo palacio de la Moncloa, Santamaría fue muy dura. "Para nosotros, y supongo que también para bastantes dirigentes y votantes del PSOE, es bastante incomprensible", destacó, para a renglón seguido calificar de "error" la maniobra y exigir a Sánchez que comparezca y dé explicaciones. "Si esto es lo que entiende como una reforma de la Constitución asimétrica es muy preocupante", insistió.
En no pocas ocasiones, la vicepresidenta ha afirmado que no podía hablar de formaciones políticas ya que hacía sus declaraciones al término de la reunión semanal del Gobierno. No ocurrió así en esta ocasión para dejar patente el enfado de Rajoy. Más aún, quiso hurgar en la división del PSOE para que los barones a favor de la soberanía nacional alcen la voz y protesten. "No lo entienden muchos de sus votantes", dijo una vez más. "Va en contra de lo que han de ser los partidos de corte nacional, español, para los que la unidad nacional es un elemento clave", enfatizó. Incluso se refirió a lo que ocurre en los "países de nuestro entorno" para sugerir a Sánchez que rectifique, cambie de estrategia y se sume a la oferta de gran coalición.
Aunque Rajoy no se apeará del burro y defenderá a capa y espada el pacto con PSOE y Ciudadanos, su entorno admite sin tapujos que es prácticamente imposible y que el objetivo es que Sánchez "no se atreva o no le dejen" alcanzar un acuerdo con Podemos y los independentistas, tal y como avanzó este diario. A primera hora de la mañana, en esRadio, Cristina Cifuentes fue muy clara: "Veremos a ver qué ocurre", contestó sobre si Sánchez controla su partido. "Una cosa es Sánchez y otra el PSOE", y lamentó que el secretario general "anteponga su supervivencia política al interés general de España".
"No todo vale para ser presidente del Gobierno", decía casi en paralelo María Dolores de Cospedal en un desayuno informativo en Toledo. "No traicione la voluntad de tantos socialistas", reclamó al líder de la oposición, en la calculada estrategia de intentar dividir al PSOE. "No sé si los barones socialistas han tirado o no la toalla, pero espero que no se queden impasibles viendo como se destroza su partido", llegó a afirmar. Desde Sevilla, Juan Manuel Moreno metía presión a Susana Díaz para que rompa su silencio: "Como presidenta debe aclarar si los senadores socialistas andaluces van a entrar en este peligroso juego de prestarse a ser voz de los que quiere romper España", advirtió el líder del PP andaluz.
Rajoy, según las fuentes consultadas, mantiene sus contactos "discretos", también con actores clave del Partido Socialista. Si bien, los puentes con Sánchez está prácticamente rotos. Cuando Santamaría terminaba su comparecencia, las quejas de Guillermo Fernández Vara empezaron a copar las portadas de todos los medios digitales, y el PP no dudó en utilizarlas. "Hay cosas que no son explicables", según el líder de Extremadura. "Lo ocurrido es una barbaridad. Está enseñando sus cartas: busca pactar con cualquiera", en palabras de un miembro de la dirección nacional, para quien "nada tiene que ver" lo ocurrido en el Senado con el Congreso, donde el PP también habría facilitado grupo a a ERC y CDC.
Ministros y altos cargos de Génova llevan días vendiendo en privado que, ante la imposibilidad de formar una gran coalición, la única salida son unas nuevas elecciones, previsiblemente en mayo.