Por "La Internacional" la SGAE cobrará al PSOE.
Rodiezmo (León). Seis de septiembre de 2009. José Luis Rodríguez Zapatero, Bibiana Aído, Leire Pajín y Alfonso Guerra cantan La Internacional a unísono con el auditorio. Entonar el popular himno obrero le ha costado 91 euros al PSOE. A pesar de que la famosa sintonía fue estrenada hace 121 años, la SGAE y la ADAMI (organización pro derechos de autor francesa) todavía tienen legitimidad para cobrar derechos de autor de la famosa obra, compuesta por Pierre de Geyter con letra de Eugène Pottier.
El PSOE puede pagar 90 euros pero algunos militantes se han quedado boquiabiertos al enterarse de que por cantar La Internacional hay que desembolsar dinero a la SGAE. 90 euros en el mejor de los casos y al menos 150 cuando se trata de actos más multitudinarios. Y es que es oler el dinero y lanzarse como perros a morder.
SGAE: la punta del iceberg de un entramado societario
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) es mucho más que una entidad de gestión colectiva, lo que la obliga según la ley a no tener ánimo de lucro. Esto le ha permitido obtener del Ministerio de Cultura la potestad para recaudar dinero allí donde suene o pueda sonar música de uno de sus asociados.
Sin embargo, como demuestran los datos del registro mercantil, SGAE es sólo la punta del iceberg de un entramado societario.Dentro de éste, la práctica totalidad de las compañías son sociedades limitadas, es decir, sí tienen ánimo de lucro. Además, la facturación de éstas se obtiene básicamente por servicios a SGAE y procede por tanto de la recaudación de derechos de autor.
De momento. SGAE lleva desde 2003 modificando su estructura y traspasando activos (monetarios y tecnológicos) a sus filiales para convertirlas en lucrativos negocios
Cada vez que suena el Asturias patria querida al final de una romería, en una boda con orquesta o simplemente en un acto lúdico-festivo, la Sociedad General de Autores de España (SGAE) percibe un dinero por derechos de autor. Y no es para los descendientes del compositor Ignacio Piñeiro, que registró la letra en 1930, sino para cerca de una treintena de músicos y colectivos que tienen la autoría de distintas versiones del himno de Asturias, por las que cobran.
Y es que cobran por todo hasta por canciones anonimas.