No tengo ninguna vinculación con Pablo Iglesias. Ni contactos”, dice Manuela Carmena, la misma que asegura no ser “ni haber sido nunca comunista”, pese a haber sido militante y candidata del PCE.
¿Qué pasa con Carmena? ¿Es corta de memoria? ¿Insuficiencia de fósforo? ¿Nos toma a todos por tontos?
Nuestros poetas no acaban de ponerse de acuerdo. O sí. O vaya usted a saber...
MIENTE MÁS QUE HABLA
por Monsieur de Sans-Foy
¿Manuela, comunista? ¡Qué falacia!
De Iglesias, la mujer no sabe nada.
La Corte resplandece gobernada
con ella, por la socialdemocracia.
Los chicos de Podemos, verbigracia,
las hordas perroflautas de acampada,
no van con esta bóvida sagrada,
modelo de civismo y eficacia.
Asoma los apéndices nasales
y oculta sus querencias abisales,
lo mismo que el discreto cachalote.
¿Carmena, mentirosa? No lo niego:
más cínica que Diógenes, el griego,
más falsa que el tal Judas Iscariote.
ERRORES FRECUENTES SOBRE CARMENA
por Fray Josepho
Carmena nunca miente: se le olvida.
Carmena no desbarra: se equivoca.
Carmena es pintoresca: no está loca.
Carmena no es risible: es divertida.
Carmena no es inepta: es distraída.
Carmena no es confusa, que es barroca.
Carmena no destruye lo que toca:
las cosas se estropean. Es la vida.
Carmena no es sectaria. Nada de eso:
es una servidora del progreso.
No ensucie usted su crédito, Sanfuá.
Carmena es soñadora, no insensata.
Distinta y peculiar, no mentecata.
Y anciana venerable, no gagá.