La saña de los golopistas genocidas se cebó especialmente contra los profesores de las univesidades, ademas de los maestros.La separación definitiva de sus puestos destruyó el tejido científico que a lo largo del primer tercio del siglo XX había permitido el despegue de la Ciencia española; se desmantelaron escuelas científicas como la de Histología, fundada por Ramón y Cajal; la de Fisiología, alentada por Juan Negrín; la de Psiquiatría y Neurología, impulsadas por Gonzalo Rodríguez Lafora, etc. Para se catedrático no hacia falta ya conocimientos de la materia , sino pasar unas oposiciones llamadas "patrióticas" en las que solo aprobaban los adictos a los golpistas genocidas. para poder extirpar las supuestas falsas doctrinas arraigadas durante el periodo republicano (relativismo, laicismo, etc...). Las bibliotecas públicas y privadas también sufrieron el proceso de depuración, para el cual se constituyeron comisiones depuradoras específicas. Especialmente intensa fue la depuración que se produjo con los libros de texto escolares: periódicamente los distintos boletines provinciales hacían pública la relación de libros de texto autorizados por las autoridades educativas franquistas.
Bernardo Pérez, maestro fusilado durante la Guerra Civil, en la escuela de Fuentesaúco (Zamora) poco antes de 1936.
Severiano Núñez, con gafas, el maestro fusilado en Plasencia, junto a su colega
Antonio Oliver en una Misión Pedagógica en la pedanía murciana de Valladolises en el año 1935
Misiones Pedagógicas impulsadas por la Segunda República española entre 1931 y 1936.
Manuel Sánchez Sánchez maestro victima de los golpistas genocidas
Unos 20.000 maestros fueron represaliados durante el franquismo por su apoyo al Gobierno legítimo de la República