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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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#5191

Re: España país de pandereta y genocidio

Presidente de su comunidad de vecinos... 
#5192

Re: España país de pandereta y genocidio

Tu respuesta nada tiene que ver con lo que yo he comentado, pero ya que has querido replicarme, te diré en primer lugar que comparto con Félipe VI todo lo que dijo "palabra por palabra". Te aclaro que he leído el artículo integramente, no me he limitado a quedarme solo con el titular.

Nosé si tú has leído el artículo, me da la sensación que no, por lo tanto en segundo lugar te confirmo que Félipe VI no mencionó en su discurso a VOX para nada.





 
#5193

Re: España país de pandereta y genocidio

Es verdad que no dice nada de VOX, pero es muy curioso que dé ese discurso el mismo día que a VOX le cierra la cuenta Twitter por incitación al odio. ¿Casualidad? No lo creo. 
#5194

Re: España país de pandereta y genocidio

Ya vamos recogiendo los primeros resultados 'espectaculares' del gobierno 'Progresivo y Progresista' ...que disfrutamos:
Y llevan 4 días.
Aluvión de datos negativos para la economía: caen la compra-venta de vivienda, los pedidos de la industria, la cifra de negocios del sector servicios, la creación de empresas...


https://www.libremercado.com/2020-01-24/mal-arranque-de-2020-para-calvino-aluvion-de-datos-negativos-para-la-economia-1276651203/ 
#5195

Re: España país de pandereta y genocidio

¿En su lugar?, ¿cuál crees que es su lugar? 
Algunos os ponéis en evidencia cada vez que le dais al teclado. Menos mal que es de ciento en viento.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#5196

Re: España país de pandereta y genocidio

Se me hacía raro que no hubieras aparecido ya con tus meteduras de pata. 
#5200

Re: España país de pandereta y genocidio

Sí, sí, ya veo quién mete la pata. Según tú, siendo musulmán no puedes ser español. 
¡Hala otro que necesita rezar en mingarrubia!.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#5201

Re: España país de pandereta y genocidio

 

 
#5204

Re: España país de pandereta y genocidio

 

Toros en Francia, una fiesta propia, orgullo para los aficionados

El espectáculo taurino es una expresión social que han incorporado a su cultura con naturalidad en el país vecino



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Exteriores de la plaza de toros de Mont de Marsan. ÁLVARO SUSO
El mismo domingo que Mont de Marsan, capital del departamento francés de Landas, cierra su feria taurina de seis días, la pequeña localidad de Saint Vincent de Tyrosse, apenas a sesenta kilómetros, celebra su día grande con una corrida denominada Desafío de Leyendas ganaderas: Miura vs Palha.


Perderse en el interior de las Landas un fin de semana de julio o agosto es adentrarse en un territorio atractivo para el aficionado a los toros. Las referencias a la fiesta taurina se suceden en cada municipio. Carteles, algunos con siluetas de toros, adornan los anuncios de las fiestas patronales, que se mezclan con los reclamos de productos típicos. Recuerda a la España que no tenía vergüenza en mostrar su idiosincrasia y tradiciones. Mientras al sur de los Pirineos, la fiesta de los toros se ha convertido en otro de los complejos que atenazan a los españoles, en Francia han asimilado una expresión cultural ibérica con la misma apertura de pensamiento que le ha llevado a su desarrollo social.


Los toros es una expresión social que los aficionados franceses han incorporado a su cultura, y la han hecho tan suya que comienzan a ser protagonistas en todos los sentidos. Baste pensar que el empresario de Las Ventas es el galo Simón Casas.





En la novillada nocturna de Mont de Marsan, utreros franceses de la ganadería de Camino de Santiago para un madrileño, Francisco de Manuel, y dos promesas galas, Rafael Raucoule, Rafi, y Dorian Canton. Al día siguiente, la matinal de Saint Vincent de Tyrosse presenta erales de Lartet para Yon Lamothe y Tristan Espigue, cartel completamente francés. Es la prueba indudable de cómo en Francia han desarrollado una estructura bien pensada, con medio centenar de ganaderías y varias escuelas taurinas que educan a los jóvenes con deseos de ser toreros. Ya no es necesario traer nada del otro lado de la frontera, ni cuadras de caballos ni veterinarios ni siquiera los protagonistas de muchos espectáculos. A la entrada de la plaza, se agolpan las publicidades de novilladas y corridas del entorno.


La principal diferencia es que en Francia opinan los aficionados y se les escucha

Las fiestas en esta zona del suroeste francés están ligadas al toro, a la corrida landesa basada en jugar al toro a cuerpo limpio por equipos, con un jefe vestido con chaquetilla con parecidos adornos a los de un matador. Muchos pueblos, por pequeños que sean, tienen su plaza, en muchos casos ovaladas o rectangulares para facilitar el juego del toreo propio. Souprosse, Saint Sever, Aire sur l’Adour, Mimizan, Saint Perdon… cada pueblo tiene su plaza y su frontón como señas de identidad.

Pero lo más impactante es el orgullo con el que el aficionado francés vive su fiesta. La adoptaron en su momento y la han hecho tan suya que le han dado su propia característica, la del culto al animal y el torero como héroe que se enfrenta al toro. Y aunque por la influencia venida del sur les cabe todo, son conscientes de que espectáculos con toros mortecinos como el mano a mano protagonizado por Enrique Ponce y Sebastian Castella en Mont de Marsan ante reses de Núñez del Cuvillo no son su objetivo. Lo ven como un efecto colateral de la importación de la fiesta.

Después de la corrida, se celebra un coloquio en medio de las casetas que amenizan la fiesta para reflexionar sobre el festejo y pensar en cómo hay que mejorarlo. Se felicitan por las faenas del valenciano y del francés, pero recuerdan las emociones de los días anteriores con los toros de La Quinta y presagian las del día siguiente, con los temibles de Dolores Aguirre.

La principal diferencia es que en Francia opinan los aficionados y se les escucha. Hacen la fiesta antigua, la que se hacía en España antes de haber caído en las redes de los empresarios que han globalizado la tauromaquia. Los lugareños dan identidad a cada feria y en la mayoría de las localidades galas esto se mantiene. El Ayuntamiento nombra una comisión taurina formada por aficionados, que se apoya en un profesional para contratar a ganaderías y toreros de acuerdo con los gustos de sus paisanos y a la tradición de su plaza. Van al campo en excursión a ver los toros y se sienten orgullosos de enseñárselos a sus paisanos el día grande de las fiestas. Esto es precisamente lo que ocurría en España no hace tantos años, con empresarios identificados por largo tiempo en los cosos y que entendían las pretensiones de los aficionados; así se diferenciaba Sevilla de Madrid, Valencia de Castellón o Bilbao de San Sebastián; y es lo que ocurría en infinidad de pueblos, donde cada uno buscaba su mejor espectáculo.

En Saint Vincent de Tyrosse, por ejemplo, su corrida anual siempre tiene un carácter torista. Este año han buscado el desafío entre dos de las ganaderías más antiguas, Miura y Palha. Los diestros no son figuras, sino especialistas en reses complicadas y en llevar emoción a los tendidos con faenas meritorias. El madrileño Fernando Robleño, que cortó una merecida oreja, es un habitual del país vecino, mientras que el jienense Alberto Lamelas, quien se jugó la vida de forma admirable, basa su temporada en las actuaciones francesas al tiempo que en Madrid debe seguir su profesión ligada a un taxi; completó la terna el mexicano Arturo Macías, figura en su país, pero con pocas oportunidades a este lado del Atlántico, a pesar de su valentía y buen hacer. El festejo no resultó brillante, pero sí entretenido, con largas dosis de emoción e interés en una corrida que no resultó pesada, a pesar de haber durado dos horas y media. En dos ocasiones, hubo un quiebro landés en la salida del toro a la plaza, un sorbo de identidad para los paisanos que ocupaban los tendidos.

Las ciudades taurinas de Francia están unidas. Se apoyan unas a otras con medidas que castigan a quien les defrauda y premian a quien les agrada. Respetan los gustos de cada plaza, pero luchan de forma conjunta para crecer. Y las comisiones están presentes en todas las plazas. Así han logrado que la fiesta de los toros haya sido nombrada Patrimonio Histórico Cultural en Francia. España ha reaccionado de la mano de la Fundación Toro de Lidia, cuyo presidente, Victorino Martín, estuvo invitado para presenciar el desafío ganadero del domingo en Saint Vincent de Tyrosse.


Muchos aficionados lucen camisetas y pañuelos con la imagen del toro como elemento principal

Banderas rojigualdas se combinan en las plazas con la tricolor francesa, sin patriotismos ni negaciones. Disfrutan de los pasodobles, de la manzanilla andaluza y de las tapas de ibéricos con la misma cultura que han desarrollado en varios siglos de educación y cultura social. La gente camina por las calles de ciudades y pueblos con camisetas con el dibujo de un toro bravo, con camisas con anagramas taurinos y pañuelos de fiestas al cuello en los que la imagen del toro es el elemento principal.

Después de asistir a cuatro festejos en poco más de 24 horas, ni una presencia de antitaurinos. Y los hay que luchan activamente, pero Francia ha regulado su espacio y no están amenazando ni insultando en las puertas de las plazas. Quizás sea otra muestra de la cultura cívica de un país que busca la discusión en lugar de las luchas fratricidas.

La fiesta cumple los mismos patrones que en España, pero respira un espíritu diferente marcado por el orgullo de sentirse aficionado, y conviene al taurino español tomar un sorbo de ello de vez en cuando para comprobar cómo puede existir una expresión tan válida y tan distinta de la tauromaquia.


LUIS MAZZANTINI, POR LOS CAMPOS ELÍSEOS
En España aún se vive en la ignorante creencia de que los franceses se han limitado a asumir los toros, pero lo importante es el desarrollo que han sido capaces de establecer en un espectáculo que desde hace dos siglos se asentó en muchas plazas del vecino país. A mediados del siglo XIX, las corridas en Bayona o en Nimes eran habituales e, incluso, llegaron a París, al coso de la Rue Pergolesse, donde se celebraron varias funciones con espadas que debían quedarse varios días en la capital y confraternizar con la sociedad parisina como los actores o cantantes líricos de la época. Figuras como el vasco Luis Mazzantini o Félix Robert, francés, departían en los Campos Elíseos. Por eso, para Francia no es una cultura moderna, sino una tradición arraigada en lo más profundo de pueblos como los pueblos del departamento de Landas, que hacen gala de su tradición y de una afición que en España ha calado en los complejos históricos de la cultura hispánica. 

#5205

Re: España país de pandereta y genocidio

 

La Fiesta en manos del pueblo: qué puede aprender España de la tauromaquia francesa

La tauromaquia levanta tantas pasiones y fobias como en España, enfrenta los mismos desafíos económicos y generacionales que en España, pero se gestiona muy diferente a España

El torero español Juan José Padilla en la Feria de Arlés, Francia. (Reuters)
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TIEMPO DE LECTURA10 min
11/08/2019 05:00
El 25 de noviembre de 1991, Christian Montcouquiol se suicidó en su casa de campo en Caveirac, en la región francesa del Gard. Su muerte no pasó desapercibida. El fatal desenlace convirtió a Montcouquiol, popularmente conocido como Nimeño II, en el primer mártir de la tauromaquia contemporánea. Considerado como el mejor matador francés de todos los tiempos, el diestro, incapacitado parcialmente tras sufrir una grave cogida en la feria del Arroz de Arlés en 1989, rubricó los días más gloriosos de la tauromaquia nacional. Un virtuoso de la muleta capaz de salir a hombros por la puerta grande de Las Ventas en una época en la que el talento del otro lado de los Pirineos era vilipendiado.
Ha llovido mucho desde entonces. La tauromaquia ha quedado enraizada en la cultura del país vecino y es hoy una costumbre bien afrancesada, que levanta tantas pasiones y fobias como en España, enfrenta los mismos desafíos económicos y generacionales que aquí, pero se gestiona muy diferente. Unas prácticas organizativas, jurídicas y artísticas propias que han permitido a Francia ganarse su propio espacio en el mundo de tan españolísima tradición y podrían, incluso, suscitar envidias entre la afición ibérica.



Toros a fuerza de algoritmo: así preparan la corrida perfecta con inteligencia artificial

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“El modelo de organización francés es muy diferente al español, es menos centralizado, dado que no se reconoce como un evento a nivel nacional. Es un fenómeno regional minoritario y esto tiene ciertas ventajas”, explica Francis Wolff, filósofo francés especializado en la tauromaquia y autor del ensayo 'Filosofía de las corrida de toros'.
En manos de los aficionados
Esta gestión independiente no sólo abre las puertas a diferentes formas de organización, también concede una posición privilegiada a la afición taurina. Sirvan como ejemplo las ciudades de Nimes o Arles, al sureste del país, donde los clubs de aficionados alquilan las plazas –que en la mayoría de los casos pertenecen a la propia localidad- o se las adjudican en concurso por un período determinado en el que ellos se encargan de organizar la temporada.
En España las corridas dependen de ciertos empresarios o de un poder centralizado, en manos principalmente de las autonomías; en Francia, las novilladas dependen principalmente de un modelo auto-organizado”, subraya el filósofo.
Los clubs más puristas apuestan por la autogestión de las ferias. Este modelo no solo permite la participación directa de los espectadores, sino también la elección de un cartel a medida de sus expectativas y gustos. Según Wolff, tal implicación demuestra que “el peso de los aficionados en Francia es mucho más fuerte que en España, existen comisiones taurinas extra-municipales formadas por aficionados y organismos independientes encargados de velar por el respeto de las normas que rigen la tauromaquia”.
"Al suroeste, región taurina por excelencia, el sistema es diferente. En Dax o en Bayona [en el departamento de Landes], la propia municipalidad organiza las corridas por lo que se benefician de una tasa de IVA reducida –precisa haciendo especial hincapié Francis Wolff-. Este tipo de modelo de gestión municipal gusta mucho en España, pero solo en Santander se ha establecido un modelo similar”.

Torero mexicano 'el Pana' en una corrida en Francia. (EFE)

El IVA de la discordia
En Francia, pero también al otro lado de los Pirineos, la cuestión del IVA constituye un tema especialmente sensible. Mientras las novilladas organizadas por las municipalidades, como Bayonne, Dax y Mont-de-Marsan, están exentas de cualquier gravamen; los espectáculos taurinos organizados por entidades privadas en el sureste, como Béziers, Nîmes y Arles, están sujetos a un impuesto del 20%.
Entre 2011 y 2014, la empresa Simon Casas Production, administradora de las tres principales plazas del sureste, decidió aplicar unilateralmente una tasa reducida del 5,5% considerando la corrida como un espectáculo cultural, al igual que el circo o el teatro. Pero el pasado mes de mayo, el Consejo de Estado rechazó tal fundamento al estimar que la corrida no constituye "ni un espectáculo circense, ni de variedades". Una estocada económica para la industria de la tauromaquia.
“La decisión del Consejo de Estado es especialmente importante: estima que la corrida no constituye un evento cultural, y pone entre las cuerdas a una industria cada vez más frágil a nivel económico”, analiza Claire Starozinski, fundadora y presidenta de la Alianza Anticorrida.
Sin relevo generacional
Los datos son claros. En 2015, la ciudad de Nîmes vendió 95.032 entradas para dos festivales taurinos; en 2018, la cifra se redujo a 75.122, una reducción del 20%. Peor fue la recaudación. Mientras el balance financiero de 2015 fue un saldo positivo de 109.645 euros, tres años después los beneficios se desplomaron más de un 70% y no llegaron a 32.000 euros, según las cifras de la municipalidad.



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Concluye la búsqueda que movilizó a toda Francia y cuyas ramificaciones han salpicado incluso a la Policía francesa.

El público taurino envejece –contextualiza la activista antitaurina Starozinski-, cada vez menos jóvenes se interesan por la tauromaquia. Han entendido lo que es la corrida y, evidentemente, no quieren saber nada de este festejo”.
La fragilidad económica del sector tiene eco también en España. Entre 2012 y 2018, el número de festejos taurinos ha descendido un 24%, celebrándose 1.521 corridas el último año. Ante la tendencia decreciente, el Gobierno del Partido Popular (PP) decidió reducir el IVA que grava los espectáculos taurinos en España en 2017, pasando del 21% al 10%. Un balón de oxígeno para tratar de revivir las finanzas de la tradición ibérica.
Entre 1980 y 1990, las corridas de toros eran un fenómeno de masas y una atracción turística. Un evento lleno de 'glamour' como Roland-Garros, el festival de cine de Cannes o el Gran Premio de Mónaco. Pero esos días quedaron en el pasado.
"Quien diga lo contrario solo trata de desmerecer la situación actual de la fiesta taurina”, asegura Wolff.
Otra concepción artística
Las diferencias entre la tauromaquia española y francesa no se reducen a sus modelos de gestión, ni a su carga fiscal. También valoran concepciones artísticas muy diferentes. “Aunque pueda parecer un tópico, la afición francesa tiene la reputación, desde hace décadas, de ver la corrida de una manera más racional, de ser más objetiva sobre los criterios destinados a valorar al toro, al torero, a la faena”, estima Wolff.
Lejos del ambiente popular en los ruedos españoles, repletos de pasos dobles y bullangas, el público taurino francés es especialmente sosegado, constituido hoy eminentemente por un público influyente y selecto. Tan templado que pareciera observar un ritual más que un espectáculo festivo. Esta actitud hierática tiene su explicación.

En las plazas de toros francesas el público va hecho un pincel, aquí no hay diferencia entre sol y sombra
“En Francia, la corrida siempre ha sido un fenómeno minoritario. La tradición necesitaba ser explicada como si se tratase de algo ‘extranjero’, ‘importado’, durante una, dos, tres generaciones… Por este motivo, la lidia y el torero se valoran de una manera más conceptual: la vida versus la muerte… La afición francesa es menos espontánea, más atenta a la estética. Se asemeja al público selecto de Las Ventas de Madrid”, asevera Wolff.
Esto es evidente para el observador habituado, que notará en seguida un ambiente disímil a la heterogeneidad que caracteriza a las plazas españolas. “En las plazas de toros francesas el público va hecho un pincel, es un público homogéneo, poco importa el número del tendido, aquí no hay diferencias entre sol y sombra”, describe Jokin Bedia, un aficionado a la Fiesta.
“Como espectador extranjero, siempre me ha llamado la atención el ambiente de las corridas de toros en España […] Si uno presta atención puede distinguir los diferentes estratos de la sociedad: el júbilo del público más popular en plena solana con el bocadillo entre las manos y la mesura del tendido de sombra, tan similar a la actitud de la afición que conocemos en Francia”, explica Bedia, nacido en la ciudad de Bayona en el seno de una familia protaurina.
¿Patrimonio cultural de Francia?
En 1852, la ciudad Bayona acogió la primera corrida de toros en la historia de Francia. Desde entonces, las regiones de tradición taurina batallaron para conseguir el reconocimiento oficial de la tradición hasta que en 2011, Francia se convirtió en el primer Estado en declarar la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial.
Tal reconocimiento fue el resultado de un prolongado ejercicio de asimilación y aprobación realizado por la afición francesa para convertir la tauromaquia en una tradición propia. Y, al mismo, levantó la liebre en España al cuestionar, indirectamente, “cómo es concebida y protegida la corrida”, apunta Francis Wolff.



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Si bien, tal reconocimiento, no exento de polémica y críticas, se volatilizó en 2016. “El inventario desapareció simplemente de la página web del Ministerio de Cultura. Jamás ha sido retirado como tal, desapareció de la web por miedo a las críticas de los antitaurinos”, estima el filósofo. A esta misteriosa "desaparición" le sucedió una batalla judicial que acabó con una sentencia del Tribunal Administrativo de Apelación de París contra el festejo: la inscripción de las corridas como patrimonio inmaterial debe “considerarse derogada”.
"Se trata de una verdadera victoria para el movimiento anticorrida y para las asociaciones de protección animal –asegura Claire Starozinski- Efectivamente el listado desapareció, pero la justicia rechazó, negro sobre blanco, el reconocimiento de la corrida como patrimonio cultural”.

Protesta antitaurina en Nimes, Francia. (EFE)

¿El fin?
Pero pese a las dificultades financieras y los varapalos de la justicia, pocos creen que esto pueda suponer el fin de la tauromaquia en Francia. El país cuenta con 50 ganaderías de toros bravos con enorme capacidad de presión en la economía de la industria para frenar los reclamos del movimiento anticorrida.
“Lamentablemente no. La influencia del 'lobby' de los ganaderos es más importante de lo que mucha gente podría pensar”, denuncia la presidenta de la Alianza Anticorrida.
Otras medidas, como prohibir la entrada a los menores de 14 años a los espectáculos taurinos o cerrar las escuelas de tauromaquia, fueron llevadas hasta la Asamblea Nacional y rechazadas una a una por la falta de consenso. “El propio Emmanuel Macron, lo sé por mis fuentes, apoya la corrida, la situación no cambiará bajo su presidencia”, abunda Starozinski.

El propio Emmanuel Macron apoya la corrida, la situación no cambiará bajo su presidencia
Mientras el debate sobre la protección o la abolición de la corrida se cuece a fuego lento en las esferas políticas, las pasiones se desbordan en las calles en plena temporada de festividades taurinas. El martes de esta misma semana, aficionados y anticorridas se enfrentaron en un tenso cara a cara en la plaza del Ayuntamiento de Béziers, fiel ejemplo de las pasiones y odios que levanta la Fiesta al otro lado de los Pirineos. Mientras los defensores de los toros esgrimen la tradición y la cultura como argumentos a favor de considerar la corrida un arte, los detractores insisten en que los ruedos están desfasados en pleno siglo XXI.
"En 2019, ya conocemos la inteligencia emocional de los animales, sabemos muy bien qué siente el toro. Siente el miedo, siente el estrés, siente el dolor", denunciaba ante las cámaras de televisión una activista antitaurina. "¿Puede la tradición justificar un acto de crueldad como este?". 
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