VIVA LA LEGION!!!!!
Cabras de la Legión ha habido muchas, pero ‘Pepe’ el cabrón era especial. No es que se trate del animal más simpático del mundo y de hecho, si no conoce a uno, le puede dar un arreón y ponerle los pies boca arriba, pero en el cuartel le querían. Hace once años, lo encontraron en unas maniobras en Huesca en el rebaño de un pastor amigo y ese día supieron que sería la próxima mascota del Grupo de Logística de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII de Almería. Ha servido como uno más y ahora, es la primera cabra legionaria que se jubila en una ‘residencia’ de animales.
‘Pepe’, un macho de cabra hispánica del Pirineo, siempre cumplió su compromiso. En once años sirvió a diario. Desfiló con su manto y su chapiri en la cabeza y fue un buen compañero para el grupo, pero llegó un momento en el que ya no podía más. El cabo Méndez, su cuidador con el que trabó una relación de amistad, decidió darle un futuro tranquilo y pidió permiso al Ejército de Tierra para que se quedara en el santuario de animales de La Pepa, en Arcos de la Frontera (Cádiz). Los trámites duraron meses. Tamara Toboso, que es cofundadora del refugio, advierte que tuvieron que hacer múltiples gestiones: «‘Pepe’ era un soldado más». Por fin, se fueron a por él. El 4 de agosto viajaron a Almería con una furgoneta y se lo trajeron. Estaba limpio y muy bien alimentado. La Legión le había tratado bien.
La mascota. ‘Pepe’ es un ejemplar de cabra hispánica autóctona del Pirineo. Lo encontraron en Huesca en unas maniobras. Tiene doce años y los de su especie pueden vivir hasta los quince en buenas condiciones.
Otros animales. En la Legión hay multitud de mascotas: carneros, cabrones y hasta jabalíes. Los legionarios suelen elegir especies que ataquen de frente, pero han contado con osos, gacelas, monos y loros.
Los comienzos de ‘Pepe’ no fueron fáciles. «El cabo Méndez y él tenían un vínculo especial. Creo que echa de menos a su cuidador y a la gente del cuartel», explica Nacho Amagón, el otro fundador del santuario gaditano.
Creían que la adaptación a su nueva vida sería más fácil, pero el proceso «está siendo lento». De momento, no se integra mucho con los demás animales. Deja que otras criaturas como gatos estén con él, pero solo un rato. Al tiempo, se harta y les echa de allí como sabe: embistiendo con fuerza. La alimentación tampoco está siendo fácil. ‘Pepe’ es un cabrón un tanto melindres, pues tiene dificultad en comer comida de cabra. «Es caprichoso. Un día le gusta la sandía y al otro no... Eso quiere decir que le prestaban atención en el cuartel». Su comida preferida son los picos de pan que le dan como premio y las patatas fritas. «No son propiamente comida de cabras, pero le encantan», dice Toboso.Para conseguir que coma, le dan el rancho en una bolsa de patatas fritas y así ‘cuela’ mejor.
El salto a la vida civil está costando más de la cuenta. Su actual cuidador hace lo que hace con todos los animales que tienen problemas: está con él. No lo toca, ni interactúa; sencillamente se sienta a esperar a que suceda el milagro. Hay un truco más: «No sé desfilar, pero de vez en cuando ando con él y creo que le gusta». No deja de ser irónico que al lado de la cabra de los gastadores de la Legión ahora desfile un vegano convencido de la necesidad de terminar «con todas las mascotas».
Cabras, monos y jabalíes
La cabra de la Legión es un mito. En realidad, no existe, puesto que todos los animales suelen ser machos y en la elección de especies hay cierta diversidad. En el tercio de Almería también hay borregos –no es tan sonoro como ‘el cabrón de la Legión’–, carneros y hasta un jabalí, lo que en ocasiones ha provocado problemas con los soldados musulmanes, pues tenían que marchar junto a un ejemplar de una especie que consideran impura.
Con la Legión han desfilado durante los tiempo carneros, borregos, cabrones, jabalíes, monos que venían de África, gacelas de Marruecos y hasta un oso que fue mascota de una bandera en 1954. Todos ellos suelen ser dueños de una condición que les asemeja a los legionarios: siempre atacan de frente.La excepción son los monos y los loros, pero estos últimos se adiestraban para decir palabras soeces que hacían las delicias de la tropa.
Las mascotas en el ejército son una cuestión de naturaleza desde que a los soldados les acompañaban hace siglos todo tipo de animales de tiro, de leche y de carne. La primera referencia a los carneros en la Legión tiene su origen en 1922, cuando las crónicas cuentan que a la vuelta a su campamento de Marruecos, los legionarios se encontraron el lugar infestado de carneros y decidieron repartírselos.Dejaron algunos para la reserva y con el tiempo les cogieron cariño, así que los amaestraron y los pusieron a desfilar.
Existen mil leyendas sobre que cabras y cuidadores compartieran comida, tabaco y otras sustancias. Cuentan los historiadores que a Franco no le gustaba la idea de la cabra encabezando el cuerpo en los desfiles. En una ocasión le preguntaron por la cabra y respondió que le resultaba «inadmisible». Sería porque en su unidad llevaban un jabalí.