Re: ¿Vamos a unas terceras elecciones ?
Supongamos un matrimonio. Uno de los conyuges se siente feliz, satisfecho y realizado. El otro no, se siente anulado y desgraciado.
El conyuge feliz y realizado, extrapola que como él (o ella) es feliz, el matrimonio es feliz. El otro conyuge plantea que como dentro del matrimonio vive alienado, mejor dejarlo correr y separarse. Así al menos cada uno podrá hacer algo por su vida.
El primer conyuge (el feliz y realizado), monta el drama porque la otra persona pretende romper un matrimonio feliz, obviando que esa supuesta felicidad común obedece solo a su propia satisfacción individual.
El segundo conyuge plantea que vale, que quizás el feliz dejará de estar tan feliz, pero que al menos podrán ser dos personas "semifelices", y eso suma más que antes.
Debate ético ¿la suprema felicidad de uno es tan importante como para justificar la anulación y amargura del otro? ¿O debe ser algo mejor repartido, incluso a riesgo de que la suma de dos semifelicidades sea inferior a la felicidad suprema individual inicial?
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!