El martes dicen que declararan la independencia si o si, yo creo que ahora tienen miedo, han despertado a esa mayoria silenciosa que nunca iba a votar.
Espero que nos den la posibilidad de votar en unas elecciones autonomicas.
"Contamos como agresiones hasta las ansiedades por ver las cargas por televisión"
¿Infló el Govern la cifra de 893 heridos? Un empleado de un hospital de Barcelona y el directivo de un 'holding' sanitario revelan las instrucciones de la Generalitat para disparar los números. Llegó a crearse un código especial para registrar incluso mareos y nervios.
«En el hospital se activó un protocolo del 1-O y hasta ansiedades por ver las cargas policiales en televisión se contaron como agresiones en las cargas». Es el testimonio de un empleado del Hospital del Mar de Barcelona al que Crónica ha tenido acceso. Según explica, en este hospital -que depende de la Consejería de Salud, encargada de difundir los datos del cálculo de heridos- los empleados recibieron una orden «no escrita» en la que se les mandaba utilizar «un código concreto» para tipificar a los heridos por la actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1 de octubre.
El uso de un código es habitual en fechas especiales como, por ejemplo, en la festividad de San Juan, cuando a los centros sanitarios acuden personas heridas por petardos. Pero en esta ocasión la diferencia estribó en que entre las personas a las que se adjudicó este código no sólo figuraron contusionados o heridos de diversa consideración, o incluso personas con crisis de ansiedad por lo presenciado en los centros de votación.
«Hubo personas que ni siquiera estaban en los colegios electorales y que acudieron al hospital muy nerviosos por ver las cargas por televisión, y se les registró con el mismo código», afirma este trabajador, que, por miedo a sufrir represalias en su hospital, solicita que se preserve su identidad.
Los datos oficiales que ha proporcionado la Generalitat aseguran que el 1 de octubre, y debido a las «cargas policiales» contra el referéndum prohibido, hubo un total de «893 heridos».
Lo poco que, al cierre de esta edición el viernes, han concretado, es que cuatro de ellos fueron ingresados en un hospital. Dos leves y dos graves: un herido en un ojo por el impacto de una pelota de goma y un hombre que, según se ha relatado, padeció un ataque al corazón después de sufrir un empujón y de que una persona le cayera encima.
El resto, según ha asumido la consejería, se vieron afectados en varios sentidos: desde contusionados hasta ciudadanos con «mareos» y «crisis de ansiedad», sin especificar cuántos casos en cada categoría.
Lo cierto es que la Generalitat ha utilizado en su beneficio una confusión clave: la que existe entre heridos y atendidos, según explica una enfermera con amplia experiencia en la gestión pública catalana. Son dos conceptos distintos que la prensa apenas ha diferenciado, especialmente en los titulares, pero que, en primer término, el Govern ha empleado indistintamente. Los heridos son lesionados; los atendidos o asistidos por servicios sanitarios incluyen a personas en estado de nervios o que aseguran sufrir una crisis de ansiedad.
Hubo una confusión deliberada de "atendidos" y "heridos" a las 14.36 horas el Govern sólo hablaba de 38
El ejemplo de esta confusión quizá deliberada puede verse en mensajes como éste, difundido en su cuenta oficial de Twitter por la Consejería de Salud que dirige Toni Comín: «Continúan ingresadas dos personas por las cargas de los cuerpos policiales del Estado que provocaron 893 heridos».
La enfermera, que como el resto de las fuentes consultadas solicita que protejamos su nombre y apellidos, opina que, según su experiencia, las imágenes ciertas que se han visto de las intervenciones policiales revelan casos de lesiones en su mayoría leves, pero están lejos de alcanzar la magnitud del casi millar de heridos.
Expresa además otra duda que muchos prefieren callar: por qué, «con lo precisos y rápidos» que son los sistemas informáticos de la sanidad autonómica, la consejería anuncia a las 14.36 horas del domingo que ha atendido a 38 personas, cuando ya han terminado las actuaciones policiales, y el número crece exponencialmente por la noche.
Los datos irán saliendo a la luz. El juez Francisco Miralles, que investiga las 26 actuaciones de la Policía Nacional el 1 de octubre en los colegios electorales sólo de Barcelona, habla por el momento de 130 denuncias y partes de lesiones en la capital. La mayoría, por hematomas o erosiones. Aunque, según advierte, pueden llegarle más casos, estos 130 son menos de la mitad de los 302 que la propia consejería situó en Barcelona.
Móviles prohibidos
Este suplemento ha tenido acceso al testimonio de un directivo de uno de los holdings sanitarios perteneciente a la Xarxa Hospitalària d'Utilització Pública (XHUP) que gestiona varios hospitales y ambulatorios en la provincia de Barcelona. «Circular no hubo ninguna», asegura, «pero en los días previos sí insistieron mucho [la Consejería de Salud] en que se recogieran todos los casos, no sólo los de heridos sino todos los asistidos. Hubo muchas llamadas para exigir que se recogieran exhaustivamente estos datos».
Su sensación es que los números se han inflado. Pone un ejemplo. En uno de los centros de urgencias de atención primaria que gestiona en la zona del Vallés se reportaron cinco casos: tres de ellos eran heridos leves y los otros dos, ataques de ansiedad.
Este gerente añade además que hace tiempo que las cosas no son como antes del procés en las reuniones con el equipo de Salud: «No nos dan órdenes por escrito y nos mandan dejar los móviles fuera, en la mesa de la secretaria, para que no podamos grabar ni fotografiar nada».
«Este balance de heridos no existe en Europa desde la II Guerra Mundial», ha dicho el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez.
Un tio coherente, sin duda el mentafresc.... Jajajaja! Abrir un hilo para hacerse el llorón y que todo el mundo le pida que vuelva (4 gatos) y otra vez aquí, jajajajaja.
Los manuales del ‘mambo’ catalán: “No renunciamos al término violencia” Este manual parte de una base: “La resistencia pasiva no funciona (…) Este papel no hace apología de la violencia, ni mucho menos. La violencia en sí no es un fin, sino un medio"
"I amb el somriure, la revolta". Lluís Llach, el cantautor y diputado de Junts pel Sí, música y letra del golpe contra la democracia en Cataluña,
alertaba el sábado por la noche a sus seguidores en las redes sociales: "Demà deixem els carrers de Barcelona buits. Que els voltors no trobin menjar". "Mañana (por este domingo histórico y de esperanza en Barcelona) dejemos las calles de Barcelona vacías. Que los buitres no encuentren comida". La capital catalana se llenó de esas personas a las que Llach considera buitres. La Guardia Urbana daba la insólita cifra de 350.000 personas. La organización, Sociedad Civil Catalana (SCC) se atrevía con el millón. TV3 acepta la cifra de la policía local barcelonesa y admite que la mayoría de manifestantes procedía de toda Cataluña, no sólo del resto de España.
Las calles eran el vivo contraste del denso domingo anterior, cuando guardias civiles y policías nacionales fueron enviados a última hora para intentar hacer lo que los Mossos no habían hecho en una semana. Una encerrona aliñada con una vasta campaña propagandística con denuncias falsas sobre "brutalidad policial". Se vivieron escenas duras. La consigna separatista ha impuesto la cifra de ochocientos heridos. Una persona recibió un pelotazo en el ojo y permanece ingresada. En los Mossos se han registrado algo más de quinientas denuncias. La alcaldesa Ada Colau todavía no ha rectificado su grave acusación sobre las supuestas agresiones sexuales cometidas por policías y guardias civiles. En artículos de opinión de la prensa "soberanista" se da por sentado que sí las hubo.
Una ciudad diferente...
Quienes el pasado domingo fueron a votar se han encontrado con una ciudad diferente, literalmente invadida desde primera hora de la mañana por personas que llevaban banderas de España y la senyera, que se ha convertido en un símbolo de unidad y constitucionalismo tras ser despreciada por el bloque separatista en favor de la estrellada. Una joven miraba extrañada al grupo de abuelos que desayunaban en la terraza de una cafetería en la zona de la Sagrada Familia. Portaban sus banderas españolas a la espalda, igual que los independentistas. La chica no daba crédito. Barcelona había cambiado de color en sólo una semana. Tras cinco años de banderas separatistas, la española se adueñaba de las calles. Grupos de ciudadanos se dirigían a la plaza Urquinaona, desde donde debía partir la manifestación.
...y desbordada
A las diez y media comenzaba a constatarse que el recorrido iba a quedar ampliamente desbordado. A las once, una multitud homenajeaba a la Guardia Civil ante las puertas de la comandancia de Gracia. Los manifestantes bajaban hasta la estación de Francia, donde estaba el escenario para los parlamentos, por todas las calles. La Vía Layetana estaba colapsada. Se sucedían los homenajes a la Policía Nacional al paso por la Jefatura. Desde las once y media y hasta las tres de la tarde no paró de pasar una riada de ciudadanos cuyas proporciones son perfectamente equiparables a las mayores manifestaciones independentistas.
La fábrica de constitucionalistas
Si Madrid es una fábrica de separatistas, como no se cansan de repetir los dirigentes nacionalistas, Puigdemont, Junqueras y Mas han concienciado en una semana a cientos de miles de ciudadanos que ya no se callanante sus delirios y disparates sobre una Dinamarca del Mediterráneo. La independencia estaba al alcance de la mano. Un paso más y ya. "Així, no" replicaba Puigdemont, un president elegido por la CUP, al Rey de España. De jefe de Estado a jefe de Estado. El éxodo empresarial les ha congelado la sonrisa a ellos y a los ahorradores (incluso los de la cacerola), a los empresarios que sufragaron una parte de la fiesta, cuyo coste principal ha corrido a cargo del Fondo de Liquidez Autonómica, a los medios de "obediencia catalana" y a quienes creían que sólo existían ellos, "un sól poble", según la retórica nacionalista.
Los CDR de la CUP siguen en pie
Los Comités de Defensa del Referèndum organizados por la ANC y la CUP siguen a los suyo. La consigna es que en Barcelona se ha concentrado la extrema derecha, que la mayoría eran de fuera, que había profusión de banderas franquistas y que el martes se debe producir la declaración de independencia. Persisten en la movilización permanente. La diputada Eulàlia Reguant se ha erigido en portavoz de la CUP y desde que anunció el jueves que comenzaban a trabajar en el "control efectivo del territorio" sin que ningún miembro del Govern rechazara el anuncio, la fuga de empresas y capitales ha alcanzado proporciones críticas.
Tercer impacto en 7 días
El tercer gran impacto, tras el discurso del Rey y las deslocalizaciones de urgencia, ha sido la histórica manifestación del domingo 8 de octubre, día en el que una parte de la sociedad ha recuperado el habla para decir basta ya. "¡Prou!". Sí, había autocares. Igual que en las manifestaciones de la Diada. Y personas venidas de todos los rincones de España, pero también había catalanes de Lérida, Gerona y Tarragona, de las grandes ciudades que rodean la capital, de la misma ciudad. Los trenes de cercanías estaban atestados. Igual que el Metro, de donde salía la gente cantando "yo soy catalán, catalán y español".
Algunos ciudadanos no podían disimular su estupor cuando en calles alejadas del recorrido se cruzaban con cientos de personas que acudían hacia el final de la manifestación por el paseo de San Juan y otras calles del Ensanche derecho. La zona del museo del Borne, la teórica zona cero de 1714, estaba atestada de banderas españolas. Las terrazas del barrio, llenas de banderas también. Una auténtica profanación desde la perspectiva separatista.
Racismo y nacionalismo
El premio Nobel de literatura,
Mario Vargas Llosa, fue el primero en dirigirse a los cientos de miles de "buitres". Habló de los peligros del nacionalismo, de la "razón barrida por la pasión", del "fanatismo y racismo nacionalistas" que "ha sembrado la historia de Europa, del mundo y de España de guerra, sangre y cadáveres". Discurso memorable del escritor ante una marea de ciudadanos emocionados por no saberse solos. Recuerdos personales de la ciudad que respiraba libertad a principios de los setenta, una llamada para que vuelva a ser la capital cultural que fue y hasta una alusión a la economía: "No queremos que los bancos y las empresas se vayan de Cataluña como si fuera una ciudad medieval acosada por la peste".
"España es ya un país moderno, un país que ha hecho suya la libertad, con quinientos años de historia y que no va a permitir que una conjura independentista lo convierta en un país del tercer mundo. "Viva la libertad, visca Catalunya y viva España!", terminó Vargas Llosa.
La cuestión económica
El expresidente del parlamento europeo,
Josep Borrell, tuvo duras palabras para Mas, Forcadell, Junqueras y Puigdemont. Habló en catalán, en francés, inglés y español. Acalló los "Puigdemont, a prisión" recordando que sólo los jueces pueden enviar a alguien a la cárcel. También habló de economía, de los engaños y de las mentiras de Junqueras y de la actitud de una parte del empresariado catalán. "A las empresas que ahora se marchan a toda prisa les digo: ¿no lo podíais haber dicho antes? Lo que decían en privado no lo podían decir en público? Esto no habría pasado". Borrell habló de una quiebra de la sociedad catalana, apeló a tender puentes, a no caer en las llamadas al boicot.
Silencio en la Generalidad
Todavía se espera una declaración oficial del gobierno catalán que llame a la calma a las empresas. Raül Romeva, el "ministro" catalán de Exteriores despliega una intensa actividad frenética. Mas habría viajado a Suiza para intentar una mediación internacional, insinúan los separatistas. Los cardenales del Vaticano hacen cola para hablar con Junqueras, afirmala propaganda nacionalista en todos sus medios, que difunden constantemente las imágenes de las cargas del domingo.
La CUP, el PDeCAT y ERC, junto al gobierno en la sombra compuesto por Artur Mas, David Madí, Oriol Soler, Francesc Vendrell, entre otros, debaten sobre los pasos a seguir y la declaración que pronunciará el martes Carles Puigdemont en sesión plenaria no suspendida por el Tribunal Constitucional. Jaume Roures aporta fuego de cobertura mediático y Pablo Iglesias promete en TV3 que si hay moción contra Rajoy se podría hablar de referéndum de autodeterminación. Se propone como mediador y como embajador de Cataluña en España. Un grupo de ciudadanos le ha abucheado este domingo en Barcelona cuando se disponía a tomar el AVE de vuelta a Madrid.
Independencia "en diferido"
Se especula con una declaración de independencia en diferido, es decir, que se anuncie el martes pero sin fecha de entrada en vigor. Se teoriza sobre las diferencias a efectos legales de declarar y proclamar. Las esperanzas de PDeCAT y ERC están fundadas en la mediación. La CUP les recuerda sus promesas, el resultado del referéndum del 1-O y que la declaración debe ser efectiva el martes, víspera de la Fiesta Nacional.
Las empresas han entrado en pánico y gran parte de los cabecillas de la sedición también. El consejero Santi Vila, que se propone como pacificador, sigue con la denuncia sobre la violencia policial, pero desliza que la CUP quiere una república socialista y no un Estado en forma de república. El radiofonista de referencia de la emisora del conde de Godó, Jordi Basté, pide ahora que se aplace la declaración.También Pilar Rahola desde La Vanguardia y TV3, aunque no se cansa de insistir sobre las cargas policiales y la ineluctabilidad de la independencia.
La fuerza de la CUP
Combinan las llamadas a la prudencia con las llamadas a la movilización y afirman que el traslado de sedes sociales no es importante. Que las oficinas de los bancos y sus bases de datos siguen en Cataluña. Afrontan acusaciones muy graves por delitos que comportan penas de prisión e importantes multas económicas. Santi Vila alude a una hipotética amnistía para los inhabilitados del proceso como una forma de distensión que debería abordar el Gobierno de España. Pero la CUP, con la fuerza de diez diputados y sus comités locales y de barrio, aplica una lógica aplastante a la situación. Si dan por bueno el referéndum, se tienen que aplicar los resultados y la ley de transitoriedad jurídica. No hay otra salida. Eso y la movilización general permanente. Sólo si hay una ruptura real habrá mediación internacional, sostienen los antisistemas y no pocos medios catalanes.
El exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo también habló a los "buitres" y fue para decirles que Puigdemont y todo su gobierno están cometiendo un delito y que cada vez hay más gente harta de ellos, una izquierda no nacionalista. Miquel Iceta no estuvo presente, a diferencia de Rivera, Arrimadas, Albiol, Alberto Fernández, y cuadros medios del socialismo catalán. El aclamado discurso de Borrell podría tener consecuencias en el juego de liderazgos del desnortado socialismo catalán, que a última hora dio "permiso" a sus militantes para sumarse a la manifestación. Los nacionalistas presionaban a los socialistas con la supuesta presencia de organizaciones de ultraderecha entre los convocantes. Para todos los medios catalanistas, Sociedad Civil Catalana es una organización de extrema derecha, a pesar de que está compuesta por simpatizantes de Ciudadanos, PSC, PP, de la extinta Unió, de Podemos y apolíticos absolutos.
La sociedad catalana está partida por el eje y muy tensionada. Hasta ahora sólo hablaban unos. La mayoría silenciosa ha lanzado un grito de denuncia, un mensaje a los separatistas y a los aspirantes a mediadores. Por primera vez desde que Mas activara la última fase de un proceso que inició Pujol en 1980 con la inmersión lingüística, TV3 y el adoctrinamiento general en el odio a España, los no nacionalistas han salido a la calle en masa. Hasta ahora, unos pocos miles se congregaban el 12 de Octubre o el 6 de diciembre. La tensión provocada por los planes separatistas, la falta de reacción del PP y del PSOE, la burda manipulación de todo lo ocurrido en los últimos años con el colofón del 1-O, el temor a que una sociedad entera se despeñe sin haber dado un paso en la dirección contraria al estilo de los que validan los arreones del proceso, todo eso ha generado una reacción inesperada, histórica, para millones de ciudadanos cargada de emotividad.
Un nuevo elemento
En el tablero catalán hay un nuevo componente. Nadie les había invitado a la partida en la que se jugaba su futuro y han roto el silencio y superado muchos miedos y mucha frustración para corear consignas de todo tipo, no sólo las relativas al "veredicto" sobre el major Trapero o a Puigdemont. Están hartos de días históricos, de discursos históricos, de teóricos derechos históricos, de proclamas parlamentarias históricas y han decidido hacer historia, un antes y un después.
Pase lo que pase a partir de ahora, nadie podrá hablar en nombre de Cataluña sin ofender a una parte muy notable de la sociedad catalana, la que en su mayoría pensaba que el Estado de Derecho estaba ahí para algo. La inminencia del desastre sin retorno los ha sacado a la calle, dispuestos a plantar cara a quienes les han ninguneado durante décadas, pisoteado durante años y amenazado en las últimas semanas con un suicidio colectivo oficiado por un gobierno fuera de la ley, un parlamento bolivariano, organizaciones "ciudadanas" como la ANC y Òmnium y la CUP, la Batasuna catalana. Definitivamente, Otegi no es un héroe para todos los catalanes que merezca entrevistas y más entrevistas en los medios públicos. La calle es de todos y Barcelona es una plaza dura. La manifestación debería tener consecuencias en el Gobierno, en el PSOE e incluso en Podemos. Existe una conciencia nacional y millones de españoles, muchos, muchísimos catalanes incluidos, para los que España no es un concepto difuso y prescindible.
Rajoy no aplica el artículo 155 por miedo a la reacción de Bruselas
El presidente del Gobierno teme la reacción de Bruselas si aplica el 155 en forma contundente. Tampoco cuenta con el respaldo firme del PSOE.
Los escoltas de Puigdemont "dispuestos a todo" para impedir la detención de su jefe
La escolta de Puigdemont ha sufrido varios cambios en las últimas fechas. El último ha completado un equipo de casi 70 escoltas que estarían incluso dispuestos a utilizar sus armas si las fuerzas de seguridad españolas intentan detener a Puigdemont.
El grupo de escolta estaría conformado por miembros de los Mossos muy radicalizados en el proceso separatista. Una muestra de lo que son capaces, fue situación que sufrió la policía cuando Puigdemont cambió de coche en un túnel para esquivar al helicóptero que le seguía en ese momento y así poder votar en el referéndum ilegal. La operación se estructuró desde su escolta, y el líder separatista simplemente dio luz verde al plan ideado por su propia seguridad.
El Departamento de Interior de Carles Puigdemont trasladó el 31 de octubre –aún con el Gobierno en funciones– una petición al Ministerio del Interior para adquirir nueve tipos de armas, de las cuales cinco levantaron la alarma en el Ministerio de Defensa, cuya Dirección General de Armamento y Material (DGAM) también debía dar el visto bueno a la adquisición: 300 subfusiles calibre 9x19 mm, 400 fusiles 5,56x45 mm (HK G36, como el del Ejército), 50 rifles de precisión .338 Lapua MAG, 50 rifles de precisión Whisper, 50 fusiles 7,62x51mm (.308Win).
En todo caso, aunque no en esas cantidades, los grupos de escolta de Puigdemont ya cuentan con esas armas o de eficiencia parecida.
El Estado sabe que la situación es extramadamente compleja y es por ello por lo que en el Parlament, solamente actuarán los agentes mejor preparados.
La Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil y los GEO ya están en Cataluña. Serán ambas unidades los responsables de tomar el Parlament, disolverlo y detener a Carles Puigdemont y al resto de políticos por el delito de sedición.
Se tratan de dos unidades sometidas a un entrenamiento extremo. Los agentes tienen la obligación de saber afrontar cualquier situación a la que se enfrenten y sobre todo, deben ser capaces de adaptarse al medio que les rodea.
El Parlament no será un medio sencillo, puesto que Carles Puigdemont y el resto de políticos independentistas estarán protegidoas por los Mossos d’Esquadra.
“Hay que tener en cuenta que las detenciones de todos los implicados se deberían realizar a la vez, con no más de cinco minutos de diferencia“