Comparecía el vicepresidente de la Generalidad y líder de ERC Oriol Junqueras en la emisora Rac 1, de grupo Godó, cuando se le preguntó sobre la denuncia de Anna Gabriel en La Tuerka de Pablo Iglesias de un supuesto complot de Junts pel Sí para acabar con la CUP. Hasta el momento, Junqueras se había dedicado a largar un mitin a favor del referéndum y a criticar por activa y pasiva, si bien con toda cordialidad, al Gobierno y a Soraya Sáenz de Santamaría.
Nada fuera de lo normal hasta que surgió el nombre de Anna Gabriel, del que trenzó Junqueras un modesto monólogo sobre su bondad natural y buen sentido. ¿Pero cómo es posible que en Junts pel Sí haya quien se quiera vengar de lo de Artur Mas? Ante tamaño supuesto, Junqueras tomó carrerilla y declaró: "Pero si yo lo que quiero es que a todo el mundo le vaya bien porque yo quiero a todo el mundo y deseo una sociedad lo más plural, diversa y transversal posible porque la diversidad es una riqueza; lo que yo quiero es que le vaya bien a la CUP, a los "comunes" y al PSC. Que le vaya bien y lo haga muy bien incluso el PP".
De Gabriel al alto cargo del PP
Dado el tono "cariñoso" de la respuesta, el entrevistador, Jordi Basté, aprovechó para introducir el caso del dirigente del PP andaluz Toni Martín Iglesias, que en una carta en "Facebook" se proclamaba "gilipollas" por "tragarse los estereotipos" sobre Cataluña tras una estancia turística de seis días en la provincia de Gerona.
Lanzado como estaba, Junqueras insistió en la teoría del amor: "Eso demuestra que nosotros amamos a todo el mundo, el junquerismo es amor. Por lo que yo sé, en Cataluña la mayoría de la gente trata bien a todo el mundo, no sólo a este señor. Seamos amables, simpáticos, total, por lo que cuesta...".
Por lo demás aseguró con rotundidad que el referéndum se celebrará a pesar de la negativa del Gobierno y entre otras razones porque "ERC está comprometido con ese objetivo y es un partido de orden, disciplina y responsable".
No obstante, se remitió a las declaraciones de Puigdemont en las que vinculaba la celebración del referéndum a la aprobación de los presupuestos para volver a presionar a la CUP sobre su responsabilidad en la buena marcha del proceso. Sin presupuestos, concedió, no habrá referéndum.