Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan
Estos están también optando al premio. La competición está reñida.
Estos están también optando al premio. La competición está reñida.
El hijo 'ejemplar' del capitán legionario Marchena
La renuncia del juez Manuel Marchena
Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, en un acto público. EFE
Creció en el Sáhara, de joven respiraba "por el Partido Comunista", en Deusto, con los jesuitas, le llamaban "el canario"...
Historia y verdad del juez que con su renuncia desbarata el último acuerdo PSOE-PP para mantener la politización del Poder Judicial
Aunque le etiquetan de conservador, su padrino es un ex fiscal general socialista. "Manolo ha dado una lección de ética a toda España", dice de él
En los años 70 era sólo un chaval con acento canario, alto y con gafas, estudioso... y ya prometía. Pero aún estaba muy lejos del epicentro de España: a más de 2.000 kilómetros de Madrid, bajo el sol que hoy ilumina Marruecos. Porque allí, en El Aaiún, fue donde se crió Manuel Marchena. El hombre que ahora, a sus 59 años, ha renunciado al puesto más ambicionado del poder judicial, y cuyo portazo ha concitado un aplauso casi unánime.
A Marchena lo señalan como ejemplo de decencia en defensa de la independencia judicial. Y su bomba, lanzada el martes pasado, no sólo ha desbaratado el reparto entre el PSOE y el PP de los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), sino que puede abocar a una reforma legal sobre el modo en que se elige a la cúpula de los jueces. En la semana del no de Manuel Marchena, Crónica reconstruye el viaje, desde el Sáhara español hasta el magno Tribunal Supremo, del magistrado que, dicen, ha salvado a la Justicia del descrédito.
La primera parada es el instituto General Alonso de El Aaiún. Allí Manuel Marchena fue, desde los párvulos hasta los 16 años, el hijo de la maestra Bella Emilia y de Joaquín, capitán de la Legión. Manuel había nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1959, pero a su padre lo destinaron al Tercio Sahariano Don Juan de Austria, III de la Legión, y su familia lo siguió.
En El Aaiún vivieron hasta que en 1975, tras la Marcha Verde, España ordenó el repliegue. El padre se estableció con su tercio en Puerto del Rosario (Fuerteventura), donde ejerció como juez instructor militar, según consta en documentos oficiales, y los Marchena Gómez regresaron con él a Las Palmas. En el colegio San Ignacio de Loyola fue donde los profesores jesuitas, viendo sus buenas notas, empujaron a Manuel a dar su siguiente salto: cursar Derecho en la Universidad de Deusto, en manos de esta compañía. A 2.260 kilómetros de casa.
En la centenaria facultad de Derecho en Bilbao le llamaban el Canario, por su origen. Su profesor Ricardo de Ángel, ahora jubilado, le recuerda como «un alumno brillante». «Ya entonces destacaba por su ecuanimidad», asiente el abogado Fernando Lamikiz, compañero de promoción y ex presidente del Athletic de Bilbao.
En aquellas clases, desde su asiento en la sexta fila, Marchena conoció a su futura mujer, Sofía Perea, vizcaína, que hoy es funcionaria del cuerpo de administradores civiles del Estado y ha ocupado altos cargos con los gobiernos de PP y PSOE. Por entonces, en la agitada Transición, Marchena «era de tendencia más bien del PCE [Partido Comunista de España] y estaba muy preocupado por los temas sociales», cuenta Lamikiz. Su veredicto: «Lo que ha hecho esta semana Manolo es la prolongación del tío al que yo conocí en la universidad: alguien con pensamiento propio que no se va a dejar utilizar por ningún partido».
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Fiscal en Las Palmas
De regreso a Las Palmas, y tras una breve incursión en la abogacía, Marchena decidió convertirse en fiscal. Vicente Garrido, actual fiscal superior de Canarias, le ayudó con las oposiciones: «Su primer destino fue de fiscal en la Audiencia Territorial de Las Palmas y enseguida se ganó el cariño de jueces, fiscales, personal de secretaría...».
De entonces data una crónica periodística que retrata bien la fama de su dialéctica. Marchena pedía 400.000 pesetas de multa y cuatro meses de arresto mayor para un ex viceconsejero del Gobierno canario que había desobedecido a los jueces al continuar las obras de un chalé ilegal. Ante el juzgado, Marchena expresó la «repugnancia intelectual» que le producía su comportamiento, precisamente porque no cumplía con el estereotipo de «delincuente habitual, de los que resultan fácilmente identificables por vestir con chupa de cuero, tener el entrecejo peludo o circular con una derby de escape libre...».
De 1990 data también su tesis cum laude en la Universidad de La Laguna sobre el Ministerio fiscal, cuya lectura conquistó al hombre que dos años después se convertiría en su puente hacia Madrid. Era Eligio Hernández, a quien Felipe González haría fiscal general del Estado y que acabaría como parlamentario del PSOE. Sí: al magistrado etiquetado como «cerebro de la derecha judicial» lo fichó un socialista.
«Su tesis era extraordinaria y enseguida me fijé en él», cuenta hoy Hernández. «Me lo llevé a la secretaría técnica de la Fiscalía General del Estado. Él escribía mis circulares e instrucciones, tiene una pluma magistral. (...) Dicen que es conservador, pero lo que es es un juez justo y de una independencia granítica.Manolo ha dado una lección de ética a toda España».
Allí, en el think tank de la Fiscalía, Marchena se mantuvo con dos fiscales generales nombrados por Aznar. Después ejerció tres años como fiscal del Tribunal Supremo. Y entonces, en 2007, dio el salto definitivo. El fiscal se hizo juez. Por su prestigio, el CGPJ lo nombró magistrado de la Sala de lo Penal. Hace cuatro años, ascendió un peldaño más hasta presidir la sala. Por sus manos han pasado desde el caso Mari Luz hasta el caso Atutxa, pasando por la condena a su compañero Baltasar Garzón. Pero hasta este mes su nombre nunca había acaparado tanta atención.
El 'whatsapp bomba'
Su insólito paso atrás llegó cuando parecía que todo estaba hecho. La ministra Dolores Delgado y su antecesor, Rafael Catalá, habían llegado a un acuerdo para nombrar a los nuevos vocales del CGPJ. El reparto daba una imagen evidente de politización judicial, pero lo más espinoso era el anuncio precipitado de que, a propuesta del PP, el presidente del Consejo y del Supremo sería él, Manuel Marchena. No por falta de valía, cosa que nadie cuestionó, sino porque, según la Ley, al presidente deben elegirlo los jueces y no los políticos.
El lunes 19 el asunto estalló. El detonante: la publicación de un mensaje que el popular Ignacio Cosidó había enviado al grupo de WhatsApp de senadores del PP defendiendo las ventajas del pacto: los jueces progresistas serían mayoría en el Consejo, sí, pero el presidente sería conservador, «controlando la Sala Segunda desde detrás [la Sala lo Penal, que juzga los casos que afectan a aforados] y presidiendo la Sala 61 [que resuelve sobre las recusaciones contra presidentes de sala del Supremo]».
Al día siguiente, Marchena -que ya pudo presidir el Consejo en 2014 si no hubiera sido por el veto del socialista Pérez Rubalcaba- notificó su renuncia. «El whatsapp [de Cosidó] hace la situación absolutamente insostenible porque atenta contra la dignidad del Tribunal Supremo, de la Sala 61, de la Sala Segunda y del propio Consejo», trasladó el juez a su entorno. Así que la mudanza se ha detenido y Marchena, el nadador y aficionado a la ópera que se crió entre saharauis, se queda donde está. Y pilotará, como estaba previsto antes de su nombramiento fallido, el juicio y la sentencia más importantes de los últimos años en España: el procés.
«En este momento hay una crisis de autoridad que afecta seriamente a la credibilidad de las instituciones», afirma el filósofo José Antonio Marina. «Por ello me parece importante la decisión del juez Marchena de reivindicar su independencia negándose a ser candidato a la Presidencia del Tribunal Supremo. Sólo siento que no lo hiciera antes, cuando se hizo público su nombramiento fake, sin conocimiento aún de los vocales que habían de nombrarle. Y, por supuesto, espero que los vocales renuncien también a ser elegidos por ese procedimiento». Él, el hijo del capitán y la maestra, ha abierto el camino.
jajaja...voy a vomitar y todo con el artículo....ahora resulta que da un paso al lado y tenemos que hacerle una genuflexión como guía espiritual de la separación de poderes y la independencia judicial...que lástima que no lo hizo antes del famoso escándalo del whatsapp de Cosidó.
he pasado el articulo para que aviseis a junqueras de la que le espera ....ufffffff criado en el sahara "otra colonia como cataluña...jjj" hijo de la legion uffffffffffffffffffffffff y formado con los jesuitas.....habla con junqueras que se vaya preparando....jjj
saludos compatriota viva españa !!! viva la legion !!!
https://twitter.com/Bernat_Castro/status/1068100120649113600
Dales caña! a los catalanes, Inés...són los deseos de sus votantes
yo al menos no lo he podido ver
Por una vez el palmero lleva razón: no se ve el enlace.
Si y no lo encuentro. Bueno esto es lo mismo.
Y la parte final es canela "fina"
Los catalanes están siendo más citados en campaña que los andaluces, entre los chistes de catalanes tacaños de Rivera y los espontáneos que aclaman a Arrimadas. Si fuera al revés, si Rufián hiciera chistes de andaluces holgazanes y Torra recibiera gritos en campaña de "Mete caña a esos andaluces", el 155 sería un tablao flamenco comparado con lo que caería sobre el independentismo
palmas lo que se dice palmas doy mas bien poco eso si me encanta el flamenco y los fandangos
PD preocupate de como vas a ir al centro de madrid
quien siembra vientos, recoge tempestades