Supongamos que un día se organiza un partido entre el Madrid y el Barcelona en una ciudad imaginaria y que no va a haber controles policiales de ningún tipo.
La idea es que, sobre todo, acudan al campo el mayor número de extremistas de ambos equipos. Cada uno puede llevar los artilugios que crea conveniente, es decir, palos, pistolas, etc. etc.
Los jugadores serán intocables, porque sino no irían, y aparte se les pagarán 100.000 E a cada uno y al equipo ganador se le darán 10 millones de euros.
Os adelanto el resultado, que ya sabéis, cientos de muertos, por parte de los fanáticos y los jugadores más ricos que antes.
A todo esto...¿Cuántos jugadores catalanes hay en el Barça y cuantos madrileños en el Madrid que de verdad sean capaces de pelear por su tierra? Me parece que muy pocos. Bien, sigamos.
Transportada esta idea a la política, resulta que hay unos a favor de una cosa y otros en contra. En este caso, debo aclarar, que los que están en contra no son "el Madrid" son aquellos catalanes que no están de acuerdo con el otro 50% de catalanes, aprox.
Esos catalanes, de uno y otro bando, son los que luchan por sus ideas, y los jugadores, que son los beneficiados, son los políticos.
Ahí lo dejo.