El Gobierno confirma una reunión Sánchez-Torra y la Generalitat la rebaja a minutos de cortesía
El Ejecutivo estudia encuentros «dos a dos» o «tres a tres» con consejeros de la Generalitat, lo que supondría dar visibilidad a «circunstancias especiales»
Víctor Ruiz de Almirón
La vicepresidenta del Gobierno,
Carmen Calvo, ha confirmado este miércoles que mañana habrá en Barcelona una reunión a solas entre el jefe del Ejecutivo,
Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat,
Quim Torra. «Los presidentes se van a ver ellos solos y yo le puedo ver con el vicepresidente como hago con frecuencia», ha explicado Calvo. La vicepresidenta ha rechazado el formato Gobierno-Gobierno pero aceptando que se debe «aprovechar el tiempo» y que ella podría mantener un encuentro con Pere Aragonès.
Calvo ha insistido reiteradamente en que no se trata de una cumbre entre los dos Gobiernos. Pero sí ha confirmado que en su reunión con Aragonès podría sumarse algún consejero más. La presencia de la Consellera de presidencia
Elsa Artadi y de la ministra
Meritxell Batet está también prácticamente asegurada.
Frente a esta versión, y como contestación a las manifestaciones de la vicepresidenta Calvo, fuentes de la la Generalitat han asegurado que la reunión entre Sánchez y Torra será
«unos minutos de cortesía, no una reunión», y que el citado encuentro en cualquier caso será como complemento a la «cumbre de gobiernos» que se celebraría el mismo día. De esta forma, el gobierno catalán trata de restar trascendencia a la reunión entre presidentes, poniendo el acento en la pretendida cumbre de «gobierno a gobierno» que ansía el independentismo.
Desde la Generalitat se hace énfasis también en que la sucesión de encuentros -entre presidentes, entre vicepresidentes y entre consejeros y ministros- se producirá el jueves, que es la fecha propuesta por el ejecutivo catalán, y no el viernes, el mismo día del Consejo de Ministros, como se barajó de inicio. El Gobierno pretendía replicar en Cataluña el formato con que se llevó a cabo el Consejo de Ministros y el encuentro entre el presidente Sánchez y la presidenta de la Junta cuando la reunión gubernamental se llevó a cabo en Sevilla.
Reunión de alto nivel
Como publicaba hoy ABC este formato es el que el Gobierno ha explorado para no aceptar la cumbre de Gobiernos que proponía la Generalitat pero a la vez encajar y visibilizar una reunión de alto nivel con la Generalitat. Aunque este esquema no se siguió cuando el Consejo de Ministros se desplazó a Sevilla
Calvo niega cualquier agravio territorial porque, aceptando la situación «compleja» de Cataluña, enmarca sus encuentros con su homólogo catalán entre lo habitual. En su equipo se asegura que la reunión es muy fluida.
El Gobierno siempre ha puesto en duda el papel de Torra como interlocutor, por eso la reunión en la que Sánchez buscará avances concretos será en el encuentro entre Calvo y Aragonès. La vicepresidenta ha recordado hoy en este punto que «tenemos unos Presupuestos por delante», lo que implica su voluntad de buscar desde ya el concurso de ERC para aprobarlos.
La vicepresidenta ya reconocía ayer públicamente su convencimiento de que finalmente «habrá encuentro entre Sánchez y Torra». Pero, descartada la reunión de los dos gobiernos, se abría paso la posibilidad de otros encuentros en paralelo a la de los líderes, con lo que de facto el resultado podría ser un sucedáneo de cumbre como quería la Generalitat pero con el Gobierno pudiendo decir que rechazó la propuesta de los independentistas. «En esto no hay ningún problema», aseguró Calvo. Eso sí, en el entorno del presidente del Gobierno se insiste en que el formato que
defienden es «de presidente a presidente», con lo que estas otras reuniones podrían discurrir de forma paralela pero sin incluir a Sánchez y Torra. Ni siquiera esto está resuelto.
«Dos a dos»
Otras voces del entorno del presidente descartaban darle más importancia al formato, lo que abriría la puerta a
que finalmente los presidentes estuvieran acompañados dando lugar a un formato más amplio. También estaba la opinión, en el Gobierno, de los que creen que se puede dar un formato «dos a dos» o «tres a tres» en el que la vicepresidenta, Carmen Clavo, la ministra Meritxell Batet y quizás algún ministro del área económica pudieran reunirse con Aragonès, Artadi y algún otro consejero.
Aunque este formato supondría una diferencia indudable con otras comunidades autónomas, por ejemplo cuando el Consejo de Ministros se celebró
en Sevilla solo se vieron Sánchez y Susana Díaz, en el Gobierno dan la vuelta a ese planteamiento y lo enmarcan en la normalidad de los contactos ya existentes. Justifican, además, que hay que «abrir paso a la política» ya que «no se puede suspender una autonomía, pero sí podemos buscar una respuesta política». En su comparecencia, ayer en el Senado, Sánchez lanzó un guiño al independentismo al
calificar como
«una broma más» la petición del PP de poner en marcha otra vez el artículo 155 de la Constitución.
Los miembros del Ejecutivo se desplazarán a Barcelona el mismo viernes por la mañana. «Salvo los que tengan una agenda propia», matizan. Ahí es clave el foro de Fomento del Trabajo, al que podrían acudir varios miembros de uno y otro gobierno y que podría dar lugar a nuevos encuentros bilaterales. Pero en La Moncloa, por el momento, no se confirma ninguna presencia en dicho foro.
Estos contactos y la cita del viernes pretenden rebajar el nivel de tensión de la pasada semana, cuando el Gobierno anticipó que tomaría medidas en Cataluña que finalmente
se limitaron a tres cartas a modo de advertencia. Tras los incidentes con los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), Sánchez sí ha endurecido su tono con el independentismo. Ayer mismo en el Senado despreció los
dos referéndums ilegales calificándolos de votaciones «para su pandilla», negó la existencia de presos de conciencia en España y volvió a rechazar la posibilidad de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Sí defendió, una vez más, la propuesta de que la solución puede venir de la mano de una reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Confianza de Aragonès
El fondo de su estrategia en Cataluña sigue siendo la misma. El presidente del Gobierno ha planteado su idea de que «Cataluña tiene que hablar con Cataluña», que «la unilateralidad es todo lo contrario a diálogo» y que «si ustedes renuncia a la unilateralidad se podrán trascender los bloques». Y que, en ese momento, el Gobierno se compromete a «acompañar» y «crear las condiciones» para que ese entendimiento pueda cristalizar.
Desde la Generalitat, en manos de JpC y ERC, por su parte, también se apuesta por llegar a acuerdos, pero siempre que pasen por algún tipo de reconocimiento jurídico para Cataluña que permitan, a medio o largo plazo, lograr su objetivo: la secesión, con referéndum o sin él. A corto plazo, Aragonès insistió, este martes en público, en que el encuentro con
el Ejecutivo de España tiene que ser «de gobierno a gobierno» y se abrió a un abanico de posibilidades, sin concretarlas.
Respecto a la seguridad de cara al 21-D, en Barcelona. Aragonès dejó claro que «por supuesto» está garantizada y mostró su absoluta confianza en la «profesionalidad» de los agentes de los Mossos d’Esquadra y en su «vocación de servicio público».
En este sentido, los sindicatos del Cuerpo policial autonómico darán una «tregua» a la Generalitat en sus reivindicaciones laborales. Demostrarán su «profesionalidad» posponiendo sus protestas hasta después del 21-D, según anunciaron ayer en rueda de prensa. En definifiva, el viernes no habrá huelgas encubiertas, informa Jesús Hierro. También critican que, a dos días del operativo, todavía no se les haya informado del plan policial.