“Declaración de respeto y desagravio al General D. Francisco Franco Bahamonde, soldado de España.
Julio 31, 2018.
Después de los permanentes ataques a la persona del General Franco desde su muerte, borrando sin prisa pero sin pausa todo vestigio de su quehacer por España en los momentos históricos que le tocó vivir, la izquierda política y todos sus medios afines han desatado una campaña sin medida y difícilmente comprensible, salvo por su empeño visceral de revancha para borrar medio siglo de nuestra Historia, mediante el intento final de hacer desaparecer definitivamente al principal artífice de que esa Historia no desapareciera.
Ante tal campaña, militares de todas las graduaciones en situación de retirados y por tanto con pleno derecho de libertad de expresión, manifestamos y firmamos con esta declaración, la defensa de la figura militar del General Franco, hoy vilipendiada hasta extremos inconcebibles, sin ninguna objetividad, basados en la tergiversación de la Historia y con unos fines espurios que sonrojan a cualquier estudioso de la verdad histórica.
Lo hacemos amparados en el cumplimiento de lo expresado claramente en el artículo 21 de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, aprobadas por Real Decreto 96/2009 de 6 de Febrero: “Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra.”
A los empeñados en descalificar de forma absoluta y sin paliativos la conducta de un militar ejemplar para todos los soldados: retirados, en activo o por venir, les recomendamos la lectura sosegada y objetiva de la Hoja de servicios del General Franco. Nada más concreto y sin veleidades literarias que su redacción para expresar como Francisco Franco, desde el joven Segundo Teniente de 17años, hasta los 33 como General de menor edad de Europa, siempre solicitó los puestos de mayor riesgo y fatiga, disciplinado, subordinado y siempre preocupado por los soldados a sus órdenes, a los que mandaba con el ejemplo, fue herido de gravedad en combate y ascendido varios empleos por méritos de guerra. A la llegada de la II República, independientemente de la forma de cómo se proclamara, fue leal a la misma, cerró por mandato superior la Academia General Militar que dirigía y a las órdenes del Gobierno de la República dirigió la acción militar que sofocó la sublevación de Asturias en 1934, provocada por la oposición de la izquierda y preludio del Frente Popular y posterior Guerra Civil.
Llegado aquel momento crucial para la supervivencia de la Nación española, asumió la responsabilidad que le entregaron sus compañeros de Armas para ejercer el Mando único de la España agredida y asediada por el comunismo internacional aceptado y adoptado por el Frente Popular.
De los años posteriores a la contienda, se cuentan ahora sucesos que sacuden la sensibilidad de los más fuertes. Incluso aquellos que puedan atribuirse a hechos reales, se les matiza con episodios faltos de autenticidad y se esquiva la situación del momento en que acaecieron con el fin de criminalizar cualquier actitud por justa que fuera.
A los que con tal finalidad actúan, solo les recordaremos que pocos documentos definen con tanta objetividad la personalidad del interesado como lo hace la Hoja de servicios de un militar, que relata las circunstancias vividas día a día por el soldado, sin más contenido que los hechos y actitudes mostradas a lo largo de cada año.
Por todo ello defendemos la imagen militar del General Franco, claramente definida en su Hoja de Servicios y dada la personalidad en ella reflejada, desaprobamos muchas de las acusaciones que se vierten en estos momentos contra él con el único fin de que las nuevas y futuras generaciones ignoren y si es posible desprecien un periodo importante de su propia Historia, tratando de justificar con ello un falso progreso que oculta la realidad del actual desmoronamiento territorial de la Nación y la manifiesta desigualdad entre los españoles.
Ante tal situación los firmantes de esta Declaración, solicitamos a los directores y actores de esta campaña infame, retomar la verdad histórica en sus exposiciones de motivos y terminar con su perversa pretensión de exhumar los restos de Franco y la posterior transformación o destrucción del símbolo de la reconciliación que le alberga junto a tantos combatientes de la Guerra Civil.
Igualmente, publicamos esta declaración como desagravio al daño causado por los empeñados en descalificar a un soldado como el General Franco, cuyos documentados servicios a la Patria hacen que se le deba la gratitud correspondiente a la vez que son motivo de respeto para todos los militares que ahora firmamos esta Declaración y los que más adelante deseen adherirse a la misma así como para aquellos que por imperativo legal no pueden hacerlo.
Agosto de 2018”
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