Ves los lodos pero parece ser que olvidas de dónde vienen los polvos.
Sólo hay que pensar en quien es el promotor de la politica liberal (construye, compra, financia sin control que el mercado se autorregula) para entender lo que está pasando aquí. Ese modus vivendi no es socialista, precisamente, sino profundamente liberal. Concretamente neocon.
Estamos en una situación similar a la que requeriría una economía de guerra pero no veo que todos los partidos saquen el espíritu patriótico sino que intentan aprovechar la situación para obtener réditos mediante el desgaste. Cuanto peor nos vaya a todos los españoles mejor espera que le vaya a cierto partido. Esa situación es perversa y debería dar que pensar. ¿Por qué no echan una mano para corregir las metidas de gamba de estos? ¡Por interés!
Por su parte los otros (ayudados a todo gas por los enemigos internos y la corrupción) desgastan a la mínima a quien podría ser relevo de tal modo que ya no se sabe quien podría tener la mínima capacidad para dirigir este país tras los próximos comicios.
No sé, a mi me parece patético y peligroso que unos jueguen a experimentos sin gaseosa y los otros en lugar de ayudar aprovechen para dar intentar dar la puntilla.
En todo caso, también te comento que la salida a esta crísis no está en más de lo mismo que es lo que parecen propugnar algunos. No debemos volver a las andadas como medio para "reactivar" el país sino definir otro modo productivo, otro sistema económico que permita evitar caer en la trampa que supone la ausencia de control sobre la concentración de capital con excesivo riesgo en una sola actividad, la concentración de la capacidad de gasto de las familias en un solo bien (vivienda) y la dependencia absoluta de la mano de obra de un sector con sus sectores satélite.
Aparte, hace tiempo que llegó la hora de que se intervenga abiertamente en el sistema financiero y se ponga dinero a disposición de quien generará riqueza y empleo: la pyme.
Aznar es una persona que suscita grandes y extremas pasiones: unos lo ven como el mejor presidente que ha tenido España; otros como un paréntesis a olvidar. Hay opiniones para todos los gustos y, todas ellas, me merecen respeto siempre que una de ellas no intente imponerse sobre la otra mediante el insulto o el negacionismo. Como siempre, no hay verdades absolutas y, con toda probabilidad la justicia estará en un incierto punto entre ambos polos pero yo no entraré a definirlo: no soy politólogo.
Ahora, a por algo positivo: es tiempo de arrimar el hombro y escuchar, no de zancadillas y vanidad.