La deuda catalana supera ya los 78.450 millones de euros, 10.428 por catalán, y duplica a la de Madrid
Cataluña, con los mercados financieros cerrados, recurre al Estado del que se quiere separar para su financiación, pero lejos de reducir la deuda, la aumenta: 1.000 millones más en el segundo trimestre para un endeudamiento que ya supera los 78.400 millones de euros, cifra récord y el doble que Madrid. Cada catalán debe a cuenta de la Generalitat 10.428 euros, frente a los 5.258,85 de un madrileño.
Mientras se insulta al resto de los españoles y se alientan acciones de violencia desde el propio Gobierno autónomo para todo aquel que comulgue con las ruedas de molino de los separatistas, la deuda catalana que se nutre del dinero de todos los españoles a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) no deja de crecer.
En el segundo trimestre del año, se ha situado en los 78.459 millones de euros, 980 millones de euros más que los 77.478 millones del primer trimestre. Es, además, la única comunidad que ha aumentado su deuda en esa cantidad, permaneciendo estable con pocas variaciones en el resto, excepto en el caso de Madrid que ha aumentado en 518 millones su deuda, en toda caso, la mitad de Cataluña. Madrid además no recurre al FLA para su financiación.
La abultada deuda de Cataluña supone que cada catalán (7,52 millones) debe a cuenta de su autonomía 10.428,21 euros, frente a los 5.258,85 de cada madrileño.
Torra y los suyos rescindieron el contrato con S&P tras afirmar que las bajas calificaciones de Cataluña «estaban limitadas por unos niveles muy altos de deuda, una muy débil gestión financiera, una floja ejecución presupuestaria y una menos que adecuada liquidez»
La deuda de las comunidades autónomas se situó también en máximo histórico, con 293.246 millones, 3.568 millones más, lo que equivale al 24,7 % del PIB. De esa cantidad, más de una cuarta parte del endeudamiento total de las autonomías, el 26,75% corresponde sólo a Cataluña. De los 3.568 millones más del segundo trimestre respecto al primero, el 27,46% corresponde igualmente al Gobierno presidido por Quim Torra, pero dirigido desde Bélgica por Carles Puigdemont, el expresidente huido de la justicia española.
Por su parte, las administraciones locales aumentaron su endeudamiento en 420 millones, hasta los 29.413 millones, un 2,5 % del PIB.
Gobierno socialista, sinónimo de deuda
En términos absolutos, tras Cataluña, con sus 78.459 millones, se sitáun de Comunidad Valenciana (46.322 millones), Andalucía (34.329 millones), ambas gobernadas por el PSOE.
Si se mide la deuda sobre el PIB de cada región la clasificación también está encabezada por dos comunidades gobernadas por el PSOE, la Valenciana (41,8 % de su PIB), seguida de Castilla-La Mancha (36,1 % de su PIB) y, como no, Cataluña (34,5 % de su PIB).
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La siguiente tabla recoge por comunidades autónomas la pública expresada en millones de euros del segundo trimestre de 2018 y del primero del año, así como lo que supone sobre el porcentaje del PIB de cada región en ambos periodos.
Toda esa deuda sirve, en buena parte, para financiar el propio ‘procès’ en una economía catalana paralizada porque todo gira en torno a la independencia y el desafío del Estado, que irónicamente financia con el dinero de todos los españoles, esta situación. El proximo paso que quiere dar el Gobierno de Torra, dirgido por Puigdemont, es reabrir las embajadas catalanas que se sustentarán económicamente con el dinero de todos los españoles, así como las subvenciones a las asociaciones independentistas o la manipulada televisión pública TV3, también al servicio de la causa separatatista.
Y es que Cataluña es incapaz de financiarse por sí solo. Los inversores no se fían de esta comunidad en manos de los separatistas y tienen cerrado el grifo de los mercados financiero. Solo encuentra dinero en el FLA del Estado español.
Advertencia de S&P y retirada del contrato
Además, com buen estado dictatorial, cuando no le gusta una decisión calla a quien la argumenta. Este ha sido el último caso de S&P. La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) retiró en agosto la nota de Cataluña a petición del Gobierno autonómico de la Generalitat, porque retificó su calificación crediticia B+ a largo y corto plazo, que con perspectivas positivas, no deja de ser un bono basura en toda regla.
Según indicó en su comunicado, el motivo «es la decisión de la entidad emisora -la Generalitat- de no renovar la relación contractual con S&P tras expirar el contrato».
Hasta su retirada, las calificaciones sobre Cataluña de S&P «estaban apoyadas por la economía rica de la región y el marco institucional que rige la las relaciones entre el gobierno central y las regiones normales de Estado de España», evaluación que tenía en cuenta la liquidez a disposición de las regiones españolas.
La agencia S&P añadió que las calificaciones «estaban limitadas por unos niveles muy altos de deuda de Cataluña, una muy débil gestión financiera, una floja ejecución presupuestaria y una menos que adecuada liquidez».
Para S&P, «la tensión entre el gobierno de Cataluña y el Gobierno central de España podría obstaculizar la capacidad de Cataluña para el servicio de la deuda en tiempo y forma».