Carles Puigdemont, Quim Torra y Oriol Junqueras se han encargado de hundir la economía catalana con su aventura separatista y golpista. Desde el referéndum ilegal del 1-O el destrozo de la economía de la región es más que notable, ya que pierde más actividad que el resto de España –1,5 puntos más–; retrocede en producción industrial a un ritmo del 24,3%; se queda sin inversión extranjera a ritmos del 2,5% y, además,
el cierre de empresas se dispara un 42%. Todo ello, según un informe que recopila el PP en base a datos oficiales y que irá divulgando a lo largo de la campaña electoral.
“El intento de golpe de Estado independentista, además de ser un atentado contra la Constitución, todo el ordenamiento jurídico y contra la convivencia ciudadana, también tiene aspectos económicos muy negativos”, comienza el citado informe económico de los ‘populares’. “Nada más proclamarse la DUI, muchas empresas comenzaron a irse de Cataluña para huir del escenario de miseria que el independentismo originaría. Eso provocó que muchas empresas –más de 4.000, con una facturación de más de 100.000 millones de euros– cambiasen su domicilio social y operativo”, añade el estudio.
Pero el daño es mayor, tal y como detalla el estudio, porque el proceso de la aprobación de la DUI hizo perder a la economía catalana “433 millones de euros de actividad económica, principalmente en el sector turístico, donde se perdieron 180.000 turistas, según Exceltur y 319 millones menos de actividad económica”.
“Ahora, con el terrorismo callejero tras la
sentencia del Tribunal Supremo, también está generando importantes mermas en la actividad económica, de manera que tendrá
un descenso de actividad económica de 600 millones de euros. Es más, sólo el corte de carreteras tiene un impacto negativo económico diario de 25 millones de euros y Seat, por su parte, al temer por sufrir vandalismo en su planta, dejará de producir 3.500 vehículos”.
El dato global es notable: “En resumen, esto suma un deterioro de la actividad económica en Cataluña de 1.033 millones de euros, que empobrecerá a la región catalana. Está haciendo descender el PIB en 457 millones de euros, que serán adicionales a lo que descienda por la desaceleración económica y, además, está provocando una pérdida de 8.000 empleos adicionales a la pérdida de empleo que provoque la ralentización