Lo de que la prisión permanente no le gustaba ya me lo imaginaba, a mi me da igual, pero si tiene usted la oportunidad de ver y conocer a los familiares de Laura Luelmo, y cojones, les cuenta su teoría sobre lo que deben ser las cárceles, luego lo cuenta en el foro, si tiene suerte claro
(¿Quién mató a Laura Luelmo?
Imagen de Bernardo Montoya sacada de un vídeo de Atlas. / ATLAS
Bernardo Montoya tenía antecedentes por homicidio y estuvo 17 años en prisión
LAS PROVINCIASMiércoles, 19 diciembre 2018, 10:16
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El asesino de
Laura Luelmo ha confesado.
Bernardo Montoya ha reconocido ante los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) que es el
asesino de Laura Luelmo, la joven desaparecida el miércoles de la pasada semana en El Campillo (Huelva) y cuyo cuerpo apareció el pasado lunes en un barranco. Bernardo era el principal sospechoso de la muerte de la joven profesora.
Montoya, arrestado el martes,
se ha derrumbado en la sede de la Comandancia de Huelva donde fue trasladado ayer, según han explicado fuentes de la investigación, que han recalcado que ha admitido los hechos ante el gran número de evidencias en poder de la Guardia Civil. De su confesión, según estas mismas fuentes, no se infiere que llegara a mantener retenida a la chica, cuya
autopsia ha revelado que murió entre 48 y 72 horas después de su desaparición. No obstante, este extremo tiene que ser confirmado por los investigadores, que resaltan que Montoya, con un pasado penitenciario muy extenso, ha mostrado «muchas incongruencias e intentos de mentiras» en su declaración.
Montoya fue desde el primer momento el principal sospechoso. La Guardia Civil comenzó a controlarle solo minutos después de que el jueves de la pasada semana los familiares de Laura Luelmo denunciaran su desaparición un día antes cuando salió a correr.
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Sabían que era un asesino y sabían que ya había intentado agredir a otra chica en El Campillo. Pero
los agentes quisieron «darle aire». Le interrogaron el pasado fin de semana para ponerle nervioso, pero no quisieron detenerle a la espera de que cometiera algún error que le incriminara y les condujese a la joven.
Los investigadores todavía conservaban un hilo de esperanza de que Montoya no hubiera asesinado a Laura, que la mantuviera secuestrada con vida. Finalmente, los agentes, tras el hallazgo del cadáver de la profesora zamorana el lunes, arrestaron al sospechoso a primera hora de la tarde de ayer, en las inmediaciones de El Campillo, cuando intentó darles esquinazo bajándose de su coche e intentado huir por el monte.
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Vídeo. Calle donde vivían Laura y su asesino. / ATLAS
«
Montoya se obsesionó con Laura desde que la chica llegó al pueblo», revelaron ayer responsables de la Unidad Central Operativa (UCO). La propia Laura se había dado cuenta de ello al poco de instalarse en el número 13 de la calle Córdoba de El Campillo, una muy humilde casa que había alquilado a una compañera del IES Vázquez Díaz del municipio de Nerva, donde la profesora comenzó a trabajar el pasado 4 de diciembre. En las conversaciones con su novio ya le había avisado de que le incomodaba la forma en que la observaba el «vecino de enfrente». La alerta del novio puso desde el primer momento a la Guardia Civil sobre la pista de Montoya.
Antecedentes penales
Montoya, que se pasaba el día en la puerta, se había instalado en la vivienda familiar del número 1 de la calle Córdoba el pasado octubre, poco después de salir de la cárcel. La joven profesora de plástica, según explican los agentes, no sabía de los antecedentes penales del vecino cuyas miradas tanto la incomodaban, aunque en El Campillo eran 'vox populi'. Bernardo Montoya había sido
condenado en 1997 por la Audiencia Provincial de Huelva
a 17 años y 7 meses de cárcel por asesinar a una anciana de 82 añosde edad en diciembre de 1995 en la localidad onubense de Cortegana, a solo 46 kilómetro de El Campillo.
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Vídeo. ATLAS
El ahora detenido
mató a machetazos a la octogenaria para evitar que declarara contra él tras haber asaltado su casa un año antes para robarle y herirla, en esa primera ocasión, de gravedad. Cuando cumplía la condena, Montoya aprovechó un permiso penitenciario en 2008 para tratar de
agredir a una joven de 27 años que paseaba por un parque de El Campillo, hiriendo al perro de la muchacha de una puñalada. Fue condenado entonces por amenazas a un año y seis meses.
Aunque salió en 2015 de la cárcel, solo tardó tres meses en
reincidir. Volvió a ser encarcelado por un robo con violencia, y fue condenado a dos años y diez meses que acabó de cumplir solo unas semanas antes de que Laura se mudara a la casa de enfrente suya. Mucha gente del pueblo sabía que Bernardo Montoya se había instalado en El Campillo porque tenía una pena de destierro en Cortegana, donde todavía vive la familia de su primera víctima.
Golpe en la frente
Los especialistas de la UCO que ahora le han arrancado una confesión ahora
esperan que el ADN haga su trabajo. El cadáver de Laura presentaba heridas defensivas, con lo que es probable que puedan extraer pruebas genéticas que incriminen a su asesino. El cuerpo encontrado en el barranco de La Mimbrera, según la autopsia, presentaba un golpe en la cabeza que provocó la muerte, aunque quizás de forma no instantánea. La chica, además, tenía hematomas en el cuello, compatibles con el estrangulamiento. Si Laura sufrió abusos sexuales solo la determinará el informe forense definitivo. El cadáver se halló boca abajo, semidesnudo, maniatado y oculto bajo una jaras.
En La Mimbrera, los agentes del ECIO (Equipo inspecciones oculares de Criminalística) no han encontrado, por ahora, ni el móvil ni la cartera ni las llaves con las que Laura salió a correr, lo que hace pensar a los investigadores que la joven fue asesinada en otro lugar y, después, trasladada hasta el abrupto paraje donde se encontró su cadáver. La Guardia Civil ha buscado en las últimas horas entre las basuras del centro penitenciario de Huelva, donde Montoya arrojó unas bolsas el viernes, cuando fue a la cárcel para mantener un vis a vis con una presa.
Los funcionarios ya tienen en su poder el
Alfa Romeo de color negro que conducía Bernardo Montoya para comparar sus neumáticos con las huellas encontradas en el camino de tierra que conduce al barranco. El hecho de que la última señal del móvil de la chica fuera captada a las 20.00 horas del miércoles de la pasada semana por una antena a 9 kilómetros al norte de El Campillo, muy alejada de La Mimbrera, abona la tesis de que Laura fue asesinada en otro lugar y luego llevada en un vehículo hasta el barranco.
Los agentes de la Guardia Civil, tras la detención del sospechoso, registraron el martes la vivienda de Montoya para intentar recabar pruebas. Los funcionarios también allanaron la casa de la maestra)