¿Beneficiosas? Si España sale del euro, perdería la libertad de circulación de personas en todos los territorios de la UE sin la necesidad de contar con un visado. Además, los títulos académicos no serían reconocidos por defecto en los países europeos, por lo que habría que convalidarlos.
La segunda consecuencia directa de un abandono español de la Unión Europea sería una desaceleración económica, al menos hasta que las incertidumbres políticas y económicas se disipasen. Si volvemos de nuevo la mirada a lo que está sucediendo con el Brexit, sin olvidar que España es una economía más débil que la británica, vemos que se están produciendo importantes contracciones sectoriales en aquellas industrias que dependen de la certidumbre y de la armonía con la Unión Europea.
Tenemos los ejemplos de gigantes como Airbus, BMW, Nissan o Land Rover, que tienen su producción distribuida por varios países comunitarios y cuyo montaje final requiere la plena cooperación fiscal y logística de todas sus fábricas europeas. Cualquier implantación de arancel o de limitación comercial podría tener consecuencias catastróficas. Este fenómeno se produciría indudablemente en el caso de un Brexit a la española, lo que pone claramente de manifiesto la inevitable interdependencia económica internacional que se ha ido forjando en la Unión Europea a lo largo de las últimas décadas.
La tercera consecuencia económica sería la pérdida de las ayudas del fondo de cohesión europeo. Si bien estas ayudas han ido reduciéndose en los últimos años en favor de los nuevos países que se han sumado al club comunitario, lo cierto es que el saldo todavía sigue siendo netamente positivo para España en más 1500 millones de euros, según los datos oficiales publicados por las autoridades europeas. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta de si a España le iría mejor fuera de la UE tiene una respuesta bastante evidente, ¿o no? Al menos, hoy por hoy, una salida española de los tratados europeos parece una idea poco rentable, pero aún insisten en que los inmigrantes tienen la culpa de todo, cuando España es un parásito que depende de otros también.