Si mañana, Flecha, Goirigolzarri les dijera que no, que todo era una broma, que no va a despedir a nadie ni a rebajarles el sueldo, automáticamente se olvidarían de nosotros y volverían a hacer lo que tantos han hecho, engañarnos, arruinarnos, maltratarnos, estafarnos. Son así. De alguna manera, su trabajo en las Cajas, y no digamos después, para Bankia, les ha envilecido. No a todos, insisto, pero sí a muchos, seguramente a los que hoy más se llevan las manos a la cabeza, pues son los que más se lucraron con nuestra desdicha. Otra cosa, Flecha, es que podamos considerar que nos interesa, en un momento dado, aprovechar su maquinaria sindical en beneficio de nuestra causa, pero siempre, de ahí si que no me apeo, emplazándoles a denunciar con papeles, con documentos, con sus testimonios, la delictiva práctica bancaria mediante la que se nos estafó con esos híbridos del demonio.
En todo caso, mi respeto por la decisión de cada cual y mi profunda admiración por vuestra acción del otro día.