Bien, al final parece que la maría va haciendo efecto. O quizá sea las notas de la flauta las que nos hacen salir de nuestra canasta, estirar el cuello y moverlo a su son.
Todo lo que dice STROKES -date por aludido anónimo encantador de serpientes- no es sino un canto de sirenas que intenta animarnos la vida con su soniquete, pero en realidad qué nos dice. Nada. Solo nos acaricia con sus notas optimistas pero faltas de concreción. ¿Devolvernos el dinero? Sí. Eso ya lo sabemos. Pero, ¿cuánto, cómo y cuándo?
Yo ya le planteé esas preguntas hace un par de días y dio la callada por respuesta.
No de dejes engañar, amigo Strenus. Su discurso solo es un himno a la alegría ante un público que ansía escuchar buenas noticias. Hace gala, sin alardear de ello, de mucha información, pero ¿es veraz? ¿Cuáles son sus fuentes?
Ahora que estamos en verano la gente va a la piscina para refrescarse. A mí me gusta tirarme cuando hay agua. A STROKES le da igual que esté llena o vacía. Esa es su ventaja sobre nosotros: que no tiene nada que perder.
Vaya bien.