Para alguien ajeno a esta historia, puede resultar complicado comprenderlo todo de buenas a primeras. Además, hay quien piensa que esto está bien merecido por buscar un alto interés.
He intentado hacer un relato inicialmente neutro por si alguien considera oportuno (adaptándolo a su manera) enviarlo a algun medio.
LA ESTAFA PERFECTA
Como sugerencia para los trabajadores del sector financiero, he descubierto cómo hacer una estafa perfecta. Créanme, es perfecta.
Sólo en caso de no respetar las normas alguna vez puede ser descubierta. Pero aún así, hay muchas probabilidades de que nuestro delito acabe impune.
La idea es muy simple: apropiarse del dinero de gente mayor (y que no se entere demasiado) haciéndoles firmar un papel con apariencia de que estan contratando un depósito a plazo y pagarles inicialmente un buen interés (pongamos un 4,5%), que al cabo de un tiempo será un interés ridículo (euribor+0,06). Así de simple y sencillo obtenemos su capital y sólo hay que esperar a que se mueran.
Con la discreción con la que se suelen llevar los asuntos económicos personales, nadie sabrá que le hemos estafado. Como mucho, dirá a alguien que obtiene un buen interés por los ahorros que legalmente ya nos ha dado (tenemos el papel firmado).
Cuando fallezca el estafado (cuyo capital nos ha "dado" a cambio de un interés), los herederos sabrán cuál es el testamento, pero nunca podrán saber cuál fue la voluntad real del difunto. Como mucho podrán suponer la estafa, ya consumada y perfeccionada. Nunca habrá ninguna prueba del delito ni de cómo se cometió.
Para dar cobertura legal a la estafa, seguiremos pagando los intereses a sus herederos, pero habremos hecho nuestro su capital. Si el viejo tarda en morirse y se queja por la rebaja de los intereses, se los volveremos a subir para que no nos reclame el dinero. Actuando con inteligencia mantendremos un buen interés mientras viva y así evitamos problemas (http://www.finanzzas.com/rentabilidad-participaciones-preferentes-la-caixa-con-minimo-y-maximo).
Un imprevisto: nos reclama el dinero. La primera labor consiste en convencerlo que lo mejor que puede hacer es dejarlo porque está obteniendo un buen interés. Si persiste en su voluntad, es tan simple como esperar a que pase otro vejete incauto para repetir la operación, y con el dinero del segundo, pagaremos al primero.
Si se quiere ser algo leal, se tiene algo de conciencia y no se dilapida todo el dinero a medida que se estafa, se podría pagar al primero con el dinero de alguna otra estafa ya consumada, pero ¿qué necesidad hay de ser leal? Que se espere, y con mucha suerte igual fallece en la espera.
El peor de los escenarios: alguien de su entorno lee el papel que firmó, le pregunta al estafado porqué firmó aquello y se acaba descubriendo la estafa. Como no hay ningún testigo siempre se podrá decir que el papel se firmó libremente y sin coacción ninguna, que informamos correctamente de todo y que por eso se le daba un buen interés durante un tiempo. Será su palabra contra la nuestra.
Si acaba denunciándonos y nos lleva a juicio, con todos los recursos que interpondremos, es muy probable que el viejo muera durante el litigio judicial.
En el supuesto que finalmente se diera alguna sentencia desfavorable a nuestros intereses, es rentable realizar esta estafa porque estadísticamente habrá muchísimos más casos en los que nos habrá salido bien.
Lo más importante es ir pagando los intereses y escoger siempre gente mayor. Cuando no se respetan estas normas, se acaba descubriendo la estafa.
Ingenioso, ¿verdad?
Puede resultar ingenioso, pero no es original, puesto que la Caixa (ahora Caixabank) desde el año 1999 ya lo puso en práctica vendiendo participaciones preferentes.
Mucha gente mayor se ha visto con este producto contratado cuando creía estar contratando una imposición a plazo fijo.
Al menos éste es el caso de mi madre (70 años por aquel entonces, ama de casa y sin estudios): el año 2000 me dijo que le habían llamado de La Caixa para cambiar el dinero de sitio, yo no quise fisgonear porque son asuntos suyos.
La nueva normativa bancaria no permite que las participaciones preferentes computen como core capital, y la caixa propone cambiar el papel que firmaron los estafados por unos bonos o pagarés (no tengo ni idea de estos asuntos) y un 30% del capital se tendrá convertir en acciones.
Ahora la caixa está llamando a los afectados y muchos están escubriendo el pastel envenenado que en su día compraron sin saberlo y sin quererlo.
Mi madre que ni se entera ni ha querido oir hablar de la bolsa en su vida, ahora será accionista de Caixabank, ¡qué lujo! A ver si al final acaba en su consejo de administración, pilla sus dietas y compensa las pérdidas. Siempre y cuando no fallezca antes, claro.
Una petición para la CNMV que no sé exactamente para qué sirve, aparte de pagar salarios a sus empleados y justificar las patrañas bancarias: cuando en un contrato de compra de un producto financiero ponga que se tiene a disposición antes de la firma el folleto informativo de las características del producto que se contrata, que se declare nulo el contrato.
Toda la información de lo que se contrata tendría que formar parte del contrato mismo. De no ser así, se da más impunidad a los timadores y estafadores.
A mi madre el folleto no le hubiera servido para nada, pero fastidia tener que leer esta clausula firmada por mi madre cuando no ha visto ni leído un folleto en su vida.
Su gran error y todo el engaño fue por confiar en la caixa.