Me ocurrió lo mismo y en la misma entidad bancaria. Hasta avanzado el mes de febrero mi cuenta, entrando en bbvanet, seguía inalterada, luego de un día por otro el valor de las p.p. de Repsol había perdido 3.000 euros. Ante este hecho me dirigí a la oficina de mi lugar y desde entonces, al oir las incongruencias de mi asesora, estoy muy preocupado. Al día de hoy el valor de dichas preferentes ha perdido un tercio del capital invertido y la sede central de BBVA no se digna en contestar a mi escrito por el que le reprocho no haberme informado a tiempo de la supuesta orden por parte de la CNVM, que mandaba a cotización las p.p. de Repsol, orden que las entidades bancarias conocían desde el mes de noviembre de 2011. En mi caso, hoy la pérdida ronda los 10.000 euros, una cantidad de dinero que, probablemente, no volveré a recuperar por el resto de mi vida, tengo 71 años. ¿Quién coño, me pregunto, tiene potestad suficiente para decidir sobre la suerte económica de los ahorradores, especialmente de personas jubiladas con pensiones mínimas, en un país demorático? Francamente, como si la CNVM o cualquier entidad bancaria fueran regímenes totalitarios. Tal decisión me parece digna de países como Argentina o Venezuela, nunca de un país democrático europeo. Considero que el gobierno de Rajoy debería tomar carta en este asunto, como lo está haciendo en el caso de Rankia y hacer que se nos restituya lo que constituye para algunos unos ahorros y para otros un respaldo vital para la ancianidad, ahorrado durante toda una vida.