Si uno se da un paseo por las redes agenciales (y ya no hablemos de los corredores) resulta que el seguro de decesos es un seguro maldito: a nadie le gusta venderlo.
He visto a las aseguradoras tildarlo de "producto estratégico", "fidelizador", "muy rentable", "innovador" pero... no conmueve a la mediación que lo ve como un producto cenizo y desagradable.
Se le han dado baños de producto de servicios, vendiéndolo como producto de asistencia en viaje o de servicios complementarios para la familia pero en el fondo... está el seguro de decesos y ¡lagarto!. No gusta.
Así existen en España ciertas (pocas) aseguradoras que lo comercializan en base a redes de distribución que no hacen ascos a las jugosas comisiones que se perciben en dicho ramo y que llegan a especializarse desde el punto de vista comercial aunque echo en falta profesionalización técnica y ética.
En este seguro se han cometido barbaridades tales como:
- comercialización por funerarias que han hecho su particular agosto recortando servicios facturados en base a póliza.
- ciertas aseguradoras llegaron a convertirse en "comisionistas" del vendedor (permítanme que no les llame mediadores) puesto que dichos vendedores cobraban, se quedaban el dinero y tramitaban los siniestros a su cargo. Corruptelas a millones hasta que la DGS obligó a provisionar.
- en estos seguros se plantan coberturas innecesarias o absurdas tales como cobertura dental para bebés, riesgo de fallecimiento superior a 3.000 € en menores (está prohibido) o de invalidez en personas de más de 65 años (cláusula nula de acuerdo con Ley 50/1980) así que el asegurado paga por algo que no recibirá jamás. Todas ellas se pagan y generan por economía de escala grandes beneficios.
- en muchas pólizas "familiares" consta que no se cubrirán a los familiares emancipados pero las madres siguen pagando los decesos del hijo que ya está casado y vive en otro lugar, incluso en otra provincia.
- muchos comerciales de decesos basan su mantenimiento de cartera en el famoso concepto de la "antiguedad" que es una patraña: el seguro de decesos no genera provisiones matemáticas de balance de ahorro por lo que el asegurado carece de cualquier derecho de rescate y, por tanto, de beneficios consolidados: su prima anual es y debe ser acorde a la tabla de mortalidad y a la experiencia del asegurador en cuanto a costes y probabilidad pero ¿antiguedad? ¡Ninguna! Desgraciadamente con ese falso argumento se retienen muchas pólizas que deberían estar gestionadas por mejores profesionales.
Con todo es un seguro que tiene una tradición incontestable y que, bien tratado, sin chapuzas de por medio, es una buena inversión.
Saludos,