La dura realidad del Agente de Seguros
Aunque creo que se ha comentado y se ha debatido ya en algún post o hilo anterior, sería bueno tratar la dura realidad a la que se tiene que enfrentar toda persona que se interesa por el mundillo del seguro y se plantea comenzar a trabajar en Seguros.
Al margen de qué compañía resulta más aconsejable e idónea para comenzar, sobre todo como Agente Exclusivo, sería bueno aclarar o despejar algunas dudas que resultan muy recomendables afrontar, antes de dedicar parte de tu tiempo y tu futuro a este Sector.
Y es que nada es lo que parece o todo cambia con el tiempo. En mi caso, desde mi experiencia, comparo la relación con las compañías aseguradoras, con una relación de pareja. Al principio todo son mimos, carantoñas, arrumacos, salidas, comidas, cenas... para convertirse, una vez firmado el correspondiente contrato y comenzada la convivencia, en una batalla campal día sí, día también: ¿Cuántas pólizas has firmado hoy?, ¿a qué hora acabaste ayer?, ¿cuántas anulaciones has tenido?...
No conozco ninguna compañía que no fiscalice a sus Mediadores, sobre todo si se trata de Agentes Exclusivos y con más razón si encima están acogidos al mal llamado "programa de carrera" o fijo mensual.
Mientras te prometen que te ayudarán en todo cuanto necesites y se les llena la boca con lo estupendos y maravillosos que son sus productos, la solvencia de la compañía y el gran servicio que dan a sus Clientes, a tí te toca lidiar todos los días con el fulanito y el menganito, llamado Tramitador, Asesor, Comercial, Inspector, Staf, etc. Y todo eso si por medio no te encuentras con un siniestro atascado y del que la compañía ni sabe, ni quiere saber.
Pues bien, sumado a este despropósito de controles y fiscalizado hasta las cejas, poco a poco te vas enterando que nada es lo que parecía. Todo el humo se va disipando y asistes perplejo a la cruda realidad del día a día y de un engaño tras otro.
El plan de carrera estaba supeditado a una producción mínima, la Agencia u Oficina que te prometieron no es lo que te dijeron, los gastos te inundan, las comisiones bajan, las anulaciones se disparan... hasta que un día además descubres que la compañía está abriendo claves a diestro y siniestro, incluso a nombres y DNIs de personas que no son, ni ejercen como Agentes Exclusivos, ni Vinculados, ni Corredores, e incluso al vecino de enfrente que vende aspersores para el jardín y no tiene ni idea de Seguros. Pero es que además, día a día también va descubriendo uno con asombro y apuro, a la par que una profunda frustración, como esa misma compañía ofrece mejores comisiones o mayores descuentos a otros Agentes Exclusivos o Corredores, con los que uno tiene que vérselas todos los días, incluso a la hora de tratar al mismo cliente que lleva con nosotros varios años.