Seguros Ocaso te puede arruinar la vida
Póliza de seguro de ocaso comercio plus
Estaba en mí casa tranquilamente. Vivía feliz de mí trabajo.
Pensaba que estaba respaldado por la ley y por un seguro.
Nadie me va a prohibir contar la historia que estoy viviendo en los últimos años, en los que me veo envuelto en una serie de acontecimientos que han cambiado mi vida para siempre. Asimismo, no voy a consentir a nadie que me atribuya acusaciones falsas o degradantes; ni a la policía ni a los abogados ni a nadie.
Un siniestro que ha cambiado mi vida para siempre.
Me dejé seducir por el eslogan de la compañía Seguros OCASO: “El sol de la tranquilidad”, pero ahora me encuentro debajo de una tormenta que no cesa.
Yo vivía de forma despreocupada, en una casa extraordinaria, desarrollaba un trabajo maravilloso, tenía el futuro asegurado… A principios de 2015 se produjo un incendio fortuito en el sotano de mi casa, en mí estudio-taller. Los bomberos hicieron su trabajo pero no pudieron salvar nada, el humo y las llamas habían arrasado con todo. Además de un archivo muy valioso con impresos originales de las imagenes corporativas y trabajos de mis clientes, también se malograron todas las máquinas, ordenadores y muebles que había en mi estudio-taller. Todas estas instalaciones eran de mi entera propiedad y estaban libres de créditos, todas pagadas.
Dí parte del siniestro a Seguros OCASO, compañía con la que tenía asegurado mis máquinas. Cuál sería mi sorpresa cuando unos días después recibí la noticia de que Seguros OCASO me había denunciado por haber provocado el incendio; es decir, por haber quemado mi propia casa y haber destruido mi único medio de vida. Denuncié a la compañía ante la Dirección General de Seguros y decidí esperar el dictamen de la justicia.
Tras un año y medio de espera, el juez desestimó la denuncia, con lo que se puso en marcha mi proceso de reclamación del siniestro. Pero Seguros OCASO recurrió esta primera sentencia. Y por supuesto, este recurso también fue desestimado.
Sin embargo, la compañía, siguiendo con su habitual hoja de ruta, recurrieron a la Audiencia Provincial de Madrid para demorar otro año y medio más mi reclamación y así no tener que hacer frente a la indemnización.
Entiendo que pueda haber mucha suspicacia o intento de estafa a los seguros. Yo no quería dinero en metálico, yo sólo quería que se me restituyeran las máquinas, los equipos informáticos y el mobiliario que habían resultado destruidos tras el incendio y los cuales necesitaba para seguir desarrollando mi profesión.
Llevaba un año y medio atascado, esperando, sin poder trabajar, sin ingresar ni un solo euro, gastando mis ahorros, sin poder tomar decisiones…
Tras este nuevo recurso de la compañía de seguros, mi vida, mi trabajo y mi futuro se estaban escapando de mi control; por eso, ante tanta impotencia que sentía decidí crear una página web y hacer público mi descontento. Asimismo, busqué información en Internet sobre la compañía Seguros OCASO e hice carteles en los que publicaba los nombres y las fotos de sus propietarios, sus enormes fortunas y sus ostentosas formas de vida, que sin duda se permiten gracias a un negocio muy lucrativo y a no hacer frente a las indemnizaciones de asegurados damnificados como yo.
Sin máquinas para trabajar ni fuerza moral, y viendo que la justicia es tan lenta en estos casos, me vi obligado a cerrar mi negocio, perder todo el fondo de comercio conseguido durante 40 años de trabajo duro, y encontrarme arruinado psicológica, moral y financieramente.
A partir de entonces me dediqué a denunciar lo que Seguros OCASO hace con las pólizas de sus clientes y el método que emplea para ahuyentar a aquellos que como yo, simplemente reclaman lo que les corresponde.
Al cabo de dos semanas de haber creado la web, Seguros OCASO desplegó todo el poder que ostenta, y logró clausurarla. Después de pegar los primeros carteles —los cuales hicieron un gran efecto— me llamó personalmente quien entonces el director general de la compañía Seguros OCASO, para concertar una reunión personal.
Este señor reconoció mi inocencia e incluso me prometió que lo haría por escrito, pero a la vez, me ofreció un acuerdo miserable por todas mis perdidas con la amenaza de que si seguía con mi reclamación me pasarían cosas graves.
Una vez rechazado aquel miserable chantaje hicieron realidad sus advertencias, me denunciaron por amenazar a los propietarios de Seguros OCASO en los carteles que había pegado en la vía pública de Madrid. Por eso, fui llamado en dos ocasiones a declarar a la Comisaría de Distrito Madrid Moncloa, que curiosamente está justo al lado de la oficina principal de Seguros OCASO.
Caundo llegué a la comisaría me dijeron que estaba allí en calidad de detenido. Estube detenido en el calabozo de diferentes comisarías durante 28 horas de pesadilla y vejación. Me sentía indignado y asqueado de vivir en un sistema tan injusto.
Ahora llevo este folleto en mano contando mi experiencia y lo haré el resto de mi vida a todo aquel que quiera escucharme: ciudadanos, comercios, empresas, políticos… Y aunque no insulto a nadie, sé que puedo ser detenido y privado de libertad por hacer esto. No obstante, estoy dispuesto a pagar ese precio. Si mi sufrimiento sirve para que Seguros OCASO no vuelva a burlarse de otro ciudadano de bien.
De manera que nadie me impedirá contarle al mundo que Seguros OCASO me ha destrozado la vida, presente y futura. Por eso, nunca voy a parar de luchar de forma pacífica. No estoy dispuesto a vivir de rodillas ante este sistema parcial e injusto.
A fecha de hoy estoy en tres causas penales en las que Seguros OCASO me ha acusado:
1/ Provocación de incendio; de mis máquinas pagadas y mi forma de vida.
2/ Amenazas; por lo que pongo en los carteles y redes sociales.
3/ Daños; por despegar unos 450 carteles en la via pública y sedes de Seguros OCASO, que según ellos, les ha supuesto un coste de 130.000 €.
En la primera el juez ha sobreseido el caso en tres ocasiones y seguros OCASO lo recurrió a la Audiencia Provincial.
La segunda y tercera están pendientes de juicio, pero mientras yo sigo difundiendo la injusticia que estoy sufriendo.
Además de estas causas, Seguros OCASO me ha denunciado en una querella civil contra el derecho al honor, y las medidas cautelares que solicita contra mí son, además de mi silencio total, pedirme indemnización económica.
Tengo 59 años, soy autónomo y necesito trabajar para sobrevivir. Además, después de 41 años trabajando duro y sin un solo día en el paro, no tengo derecho a ningún tipo de subsidio y tampoco dispongo de recursos para esperar a mi jubilación.
He enviado una carta a Seguros OCASO para llegar a un acuerdo nunca hubo respuesta. Como no me resigno, el día 8 de noviembre llamé al nuevo director general de Seguros OCASO, Luis Bautista, con idéntico resultado.
Me sentaré en la puerta de las oficinas principales de Seguros OCASO y en la de la vivienda de sus propietarios, para resolver este despropósito y que pueda volver a trabajar y evitar tener que delinquir para comer.
A mi nadie me advirtio de este seguro, el vendedor me dijo por esta cantidad asegurada, la presidenta de Seguros Ocaso, aristócrata y la décima fortuna española según la revista Forbes, nunca mancillaria su buen nombre. Por lo tanto a usted tambien te puede suceder.
Si quieres ayudar, divulga esta historia, es a lo único que le tienen pánico. quizá salves a algún amigo de cometer un error como el que yo cometí, confiando en una compañia que creia solvente y seria.
El año 2015 año de mi tragedia, la compañía seguros Ocaso dio unos beneficios después de impuestos superiores a los cien millones de euros