El año pasado tuvo fue especial. Después de muchos años donde la debilidad del euro había beneficiado a los inversores que, como nosotros, invierten globalmente y miden sus retornos en euros, la apreciación del euro en esta ocasión limitó las ganancias que obtuvimos. En la SICAV que asesoramos, Madriu SICAV, estimamos que el impacto final bruto fue superior al… ¡10%!
Siempre hemos mantenido que no vamos a cubrir la divisa, excepto en casos realmente excepcionales. Queremos aprovechar el inicio de año, para repasar algunos de los argumentos que nos llevan a no cubrirnos sistemáticamente.
¿Por qué no nos cubrimos en las divisas?
- El primer punto es el enfoque. Creemos que cuando alguien lleva a cabo un determinado proceso de inversión es imprescindible poner la atención en determinados aspectos donde a priori se pueda aportar valor, y dejar otros aspectos en el aire. En nuestro caso el análisis y la selección de valores es nuestro foco de atención, y “olvidarnos” de la divisa es sobre todo un ejercicio de simplificación. Quien mucho abarca poco aprieta.
- El anterior punto no tendría justificación si a largo plazo el impacto de las divisas fuera realmente importante. Pero no lo es, o al menos no lo es en los mercados donde nosotros invertimos (y para un inversor de renta variable). La volatilidad y el ruido del corto plazo a menudo se diluyen en el largo plazo, ofreciendo al inversor de renta variable un retorno atractivo, donde la divisa tendrá escaso impacto. Las divisas actúan como estabilizadoras de las distintas economías, llevando a éstas a una nueva situación de equilibrio. En el gráfico adjunto podemos observar el comportamiento del dólar contra la libra esterlina, y la evolución de sus bolsas.
- Por último, podríamos añadir un punto al que siempre debemos prestar especial atención: los costes. El coste de la cobertura irá fluctuando en función del diferencial de tipos de interés entre nuestra divisa base (el euro) y las demás divisas. El impacto puede ser significativo, y si por ejemplo analizamos hoy el eurodólar, el coste a un año es cercano al 2%. Teniendo en cuenta que la rentabilidad esperada de la bolsa con las valoraciones actuales es de cerca de un 5-6% anual (inversa del PER Forward del índice MSCI World), ¡estaríamos asumiendo un coste muy significativo!