Betico_45
31/03/10 02:11
Ha respondido al tema Denuncias anónimas ante hacienda
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EL CORREO DE ANDALUCIA.-27-01-2009
Si usted es una de esas personas que se ufana en público de ser un maestro en el arte de escamotear impuestos, tenga cuidado. Cualquier persona que le oiga puede ponerse en contacto con Hacienda, de manera completamente anónima, para denunciar sus irregularidades. Hasta 1986, los delatores recibían una recompensa. Una parte de la sanción que tuviera que pagar el culpable era para el acusador. Desde entonces, muchas cosas han cambiado.
Por ejemplo, la denuncia ya no inicia de modo automático una actuación inspectora, sino que previamente se valora su importancia. Asimismo, al haber desaparecido el premio para el delator, ha descendido el número de chivatazos que llegan a Hacienda. Aunque la Agencia Tributaria declara no tener datos oficiales del número de denuncias públicas que recibe, los inspectores que las tramitan reconocen que llegan con relativa frecuencia.
Según la experiencia profesional de un inspector, las acusaciones anónimas, sin fundamento y en las que trasluce el ánimo revanchista del acusador se reciben todas las semanas. En su mayoría, se archivan en la papelera. Sin embargo, las denuncias con pruebas sólidas y en las que incluso el delator se identifica aparecen menos de lo que sería deseable. Casi en el 95% de las ocasiones, este tipo de acusación sí da pie a que un contribuyente sea incluido en los planes de inspección si así lo aprueba el inspector jefe.
'Para asegurarse de que una denuncia no cae en saco roto, lo adecuado es dirigirla a la instancia más alta', señala este inspector, al tiempo que reconoce que en sus años de experiencia ha visto denuncias que venían impulsadas desde la secretaría de Estado e incluso desde Moncloa.
Denunciar que el vecino del quinto ha incrementado artificialmente el importe de la deducción por vivienda habitual o que un compañero de trabajo se ha inventado el nacimiento de un hijo para tener derecho a desgravaciones en el IRPF no son aspectos que la inspección vaya a investigar a raíz de un soplo. Pero otra cosa es, si se trata de un propietario de pisos en alquiler cuyas rentas cobra en metálico y de las que no da cuenta a nadie.
Las denuncias públicas tienen que desvelar hechos ocultos con trascendencia tributaria. Por ejemplo, en una ocasión, con las claves proporcionadas por el cuñado de un empresario, Hacienda consiguió descubrir cómo una sociedad manipulaba su cotización en bolsa. También, gracias a una denuncia, se descubrieron promotoras inmobiliarias que exigían a los compradores el pago en negro de parte del precio total de la vivienda.
Los casos de revancha personal son un buen caldo de cultivo de las denuncias. Desde una persona que se cree con derecho a una herencia y que por no recibir nada denuncia que los herederos sólo han declarado una parte del patrimonio adquirido, hasta un trabajador despedido que acusa a su empresa por llevar una doble contabilidad, pasando por un marido despechado que desvela que su ex mujer vende sin factura y no declara todos los ingresos del negocio.
El acusado jamás sabrá si le han delatado o no y aunque lo intuya nunca conocerá la identidad del soplón.