¡Buenos y felices días, a todos, todos! ;-)
Hoy he amanecido con un montón de mensajes en mi bandeja de correo y parto ya de la base que no voy a poder contestar a todos. Lo siento.
Se dice, se cuenta, se rumorea, que no se me ve el pelo. Estoy dónde estoy y no tengo el don de la ubicuidad todavía. Se andará, ;-)
Sabéis que no soy precisamente de adulaciones gratuitas, más bien todo lo contrario; suelo mostrarme parca en calificativos referentes a mis interlocutores, porque procuro no olvidar que hablo con desconocidos y la experiencia por estos lares virtuales me ha enseñado a escribir con discreción y no a discreción, como hacía cuando entré, hace ya más de un lustro.
Comprendo que un país triste, apagado, desesperanzado tienda a un estado cuasi catatónico, en el que en ocasiones se muestre iracundo y en otras, sencillamente indiferente, pasota. Esto suele acontecer cuando se asocian bajo nivel cultural y fanatismo ideológico. No digo que ocurra siempre, pero con bastante probabilidad y frecuencia, como para especular mi hipótesis.
Es una mezcla explosiva que termina por destrozar valores morales e incluso éticos. Lo hemos sufrido muchos con las estafas bancarias -financieras en general-, las corruptelas políticas -de variopinto color- y el faltar al compromiso electoral, entre otras lindezas.
Lo que mi humilde entendimiento no alcanza tanto a comprender es que la sinrazón y la cerrazón mental, el no querer escuchar a los demás, el ningunearle, nos estén llevando al caos, paulatinamente. ¿Nadie se da cuenta? Espero que sí y que no sea demasiado tarde cuando abran los ojos a la cruda realidad.
Siempre ha funcionado igual y parecen no querer darse cuenta, la primera etapa es la seducción, ofrecer como elemental, lo que siempre has soñado y anhelado, una igualdad a todos los niveles, que jamás se llega a producir porque es imposible por definición; aportar o prometer hacerlo, que esa es otra, una remuneración mínima pero segura, por el mero hecho de existir, -paradójico en un sistema que por no respetar, no respeta ni la vida-, ya que en este sistema se pueden exigir los derechos que la utopía nos brinde y finalmente, una socialización hasta del aire que respiramos... ¡De todo! Alegría al cuerpo, luego llegará el llanto y rechinar de dientes.
Una vez instalada y aceptada la primera, comienza la segunda etapa. Ir probando distintos tipos de tentativas contra la libertad. Casualidad o no, la primera fase suele ser la religiosa. "A ver si podemos anular la Semana Santa y como cuele, a por la segunda fase, la tercera, la cuarta..." Hasta conseguir la disminución de la humana voluntad que domine sobre los instintos más primarios, los animales, anulando la personalidad particular, el raciocinio y aprehendiendo la mentalidad del líder.
Es, bajo mi punto de vista, la más peligrosa de las dictaduras, la del pensamiento. Se nos presenta como un juego democrático de libertades en el que a todos, todos se nos invita a participar y termina anulando estas, para apoyar todo aquéllo que las limite.
¿Qué se le ha estado proponiendo al pueblo como concepto de libertad? Hacer lo que le diera la gana, pisoteando los derechos y libertades del vecino: Recuerdo los tiempos en los que no existía el botellón. Se incitó a beber, prensa, televisión, películas, canciones...; también a fumar (o meterse) cualquier porquería, con la excusa y absurdo pretexto de que no era tan malo como nos lo había dibujado el antiguo régimen. ¿Quiénnnn?
Posteriormente, como era previsible, está claro que no por ellos, se les fue de las manos, no pudieron con este movimiento alcohólico desenfrenado y tuvieron que sacarlos literalmente de las ciudades, habilitando recintos controlados para emborracharles hasta el vómito. Luego les molestará el concepto de manada borreguil a los partícipes al evento.
Es solo un ejemplo, habría mil. In taberna quando sumus, non curamos quid sit humus. (Como bien sabréis, extraído de los Cantos Goliardos)
Cuando vendían que el ser productivo y competitivo era imprescindible no erraban, quizá solo se equivocaron de contexto y ahora resulta que los verdaderamente bien preparados, huyen despavoridos fuera. ¿Les extraña? De Venezuela y Cía, salen corriendo, volando hacia España y de España hacia Alemania. Suma y sigue, resta y desaparece.
Mientras tanto se olvidaron, negligentemente o con toda su mala intención, -me inclino por esta segunda opción-, de alimentar al espíritu, y no me refiero solamente a teoría moral de la vida, ya leer era cansado y muy caro; en contraposición, la caja tonta era fácil y barata; pensar y reflexionar aburrido, desde niños los vídeojuegos fueron sustituyendo a la caja de cartón que nos abrió a muchos todo un mundo de imaginación y abrazo inteligente al raciocinio, y por último, el exponer tus conclusiones públicamente, se fue tornando, cuando menos, en conflictivo.
Aquellos barros, amigos, nos llevan a estos lodos. Pero es por todos sabido que, al hipopótamo le gusta embarrarse. Lo hace con fruición, con impudor y con pericia, incluso, aplastando todo a su paso. Todo con tal de poder equiparse -en el socializado Omnis- a quiénes con mucho trabajo y sacrificio, y con mucho tiempo, casi siempre, generacionalmente, ha llegado a poder disfrutar de un intelecto cultural, moral y socioeconómico, cuyos frutos superan la común mediocridad en las más diversas áreas.
Así nos luce el pelo... y la envidia, que lo pudre todo.
Concluyo, sé que soy políticamente "incorrecta", incorrección medida con los parámetros que se disfrazaron de modernos para tener un arma de desprestigio oficial a quien piensa distinto al lider sistémico; sé que no comulgo con la falsa diplomacia, porque si tengo que criticar a quien defiende teóricamente mis ideas, pero no las mantiene, lo hago con dureza tal, que hasta se ha llegado a interpretar como interesado chaqueteo, nada más lejos de mi realidad; simple y llanamente me gusta ser objetiva e imparcial, característica por lo visto, carente en la otra orilla...
Y, por último, para no aburrir con mis disquisiciones mentales, añadir que no busco el aplauso fácil, ya que me aburre soberanamente, tanto el aplauso, quien lo hace y el mero hecho de que sea fácil. Me crezco ante las dificultades. Inlitteratum plausum non desidero.
(Dicen que es de Fedro, pero también lo sabréis.)
Un saludo que adolece de falta de orgullo, tan necesario a una ideología individualista para sobrevivir ante la masa enlodada y, desgraciadamente, quizá no tan tarde como esperan, también, enlosada.
¡Sed muy felices! (Tic - Tac - Toe)