Al momento de leer este artículo, es muy probable que ya hayas leído u oído hablar de los ETFs (Exchange Traded Fund); productos tan de moda en nuestro mercado bursátil.
Estos productos llegan a España en el año 2006, aunque se originaron en la Bolsa de Toronto a principios de la década de los 90`, debido a la necesidad de lanzar vehículos de inversión cotizados que replicaran índices. Ya en aquellos años se detectó una demanda por parte de los inversores, para tener acceso a cestas de acciones y poder así invertir de forma sencilla y directa, evitando tener que hacerlo mediante los fondos de inversión tradicionales o en los mercados de derivados.
Ahí es cuando surgen entonces estos productos híbridos entre los fondos de inversión y los títulos de renta variable. Por lo tanto, se podría decir que estos productos son fondos de inversión cuyas participaciones cotizan en el mercado bursátil, y su capital está destinado a invertirse en las mismas proporciones y composición que tiene un índice bursátil concreto.
¿Y para qué sirve eso? Pues si por ejemplo, tu intención es invertir en la bolsa española porque has escuchado en más de una ocasión que el Ibex 35 ha superado los 10.000 puntos (y ya rozando los 11.000…), o que las acciones de la Bolsa de Madrid están subiendo, o alguna de esas noticias en las que se menciona una subida de la Bolsa en términos genéricos, y te entran las ganas de beneficiarte de esa subida porque te da la sensación de que todos los inversores bursátiles están festejando, y el único que se está perdiendo la fiesta eres tú, entonces tienes dos opciones: ponerte a comprar acciones de todas las empresas que cotizan en el Ibex 35, siguiendo la misma ponderación del peso que cada una de estas empresas tiene sobre el índice/Ibex, o te evitas de tantas historias y operaciones complejas e inviertes directamente en un ETF que replique al Ibex 35; y así, lo que haga el Ibex 35, hará tu ETF. De esta forma, cuando los inversores estén festejando una subida de la bolsa española, ¡tú también ya podrás formar parte de la fiesta!
¿Y para qué sirve eso? Pues si por ejemplo, tu intención es invertir en la bolsa española porque has escuchado en más de una ocasión que el Ibex 35 ha superado los 10.000 puntos (y ya rozando los 11.000…), o que las acciones de la Bolsa de Madrid están subiendo, o alguna de esas noticias en las que se menciona una subida de la Bolsa en términos genéricos, y te entran las ganas de beneficiarte de esa subida porque te da la sensación de que todos los inversores bursátiles están festejando, y el único que se está perdiendo la fiesta eres tú, entonces tienes dos opciones: ponerte a comprar acciones de todas las empresas que cotizan en el Ibex 35, siguiendo la misma ponderación del peso que cada una de estas empresas tiene sobre el índice/Ibex, o te evitas de tantas historias y operaciones complejas e inviertes directamente en un ETF que replique al Ibex 35; y así, lo que haga el Ibex 35, hará tu ETF. De esta forma, cuando los inversores estén festejando una subida de la bolsa española, ¡tú también ya podrás formar parte de la fiesta!
Habiendo comprendido en qué consiste un ETF, a partir de ahí puedes encontrar una amplia variedad de ETFs que replicarán todo tipo de índices.
Cabe aclarar que los ETFs, forman parte de una familia más amplia de productos denominada Exchange Traded Products (ETP), donde podemos encontrar ETC, ETN, CEF, MF, o ETF.
Desde que los ETFs desembarcaron en España, éstos han tenido sus altibajos en cuanto a volúmenes de contratación y aceptación entre los inversores. A modo de ejemplo, el máximo volumen de contratación alcanzado fue de 12.633.756.897 euros en el año 2015, frente a tan solo 1.297.297.364 euros durante el pasado ejercicio 2023, según datos de Bolsas y Mercados Españoles. No obstante, también es cierto que durante los últimos tres años estos vehículos de inversión han ido ganando terreno entre los inversores, dado que en el año 2020 solo un 5% invertía en ETFs, en 2021 ya suponían un 11%, y en el 2022 llegaron a alcanzar el 14% según un estudio de XTB.
Desde que los ETFs desembarcaron en España, éstos han tenido sus altibajos en cuanto a volúmenes de contratación y aceptación entre los inversores. A modo de ejemplo, el máximo volumen de contratación alcanzado fue de 12.633.756.897 euros en el año 2015, frente a tan solo 1.297.297.364 euros durante el pasado ejercicio 2023, según datos de Bolsas y Mercados Españoles. No obstante, también es cierto que durante los últimos tres años estos vehículos de inversión han ido ganando terreno entre los inversores, dado que en el año 2020 solo un 5% invertía en ETFs, en 2021 ya suponían un 11%, y en el 2022 llegaron a alcanzar el 14% según un estudio de XTB.
Para poder invertir en un ETF, es necesario previamente tener una cuenta de valores; la misma que utilizas para comprar/vender acciones por ejemplo. A partir de allí, ya puedes comprar acciones del ETF que te interese, con la ventaja de que el precio de dichas acciones se actualiza en tiempo real, mientras que el de las participaciones de los fondos de inversión tradicionales se actualiza una vez al día.
Pero esa no es la única diferencia entre un ETF y un fondo de inversión tradicional. Para que puedas comparar uno y otro vehículo de inversión, te resumo las diferencias en el siguiente cuadro:
Ya tienes una cuenta de valores, ya sabes qué es un ETF, y te interesa empezar a incursionar en ese tipo de inversiones, pero… ¿en qué ETF invertir? Y ahí es cuando empieza el siguiente dilema...
Los Roboadvisors
Esta herramienta te puede resultar muy útil si estás ante la duda de seleccionar el ETF que mejor se adapte a tus necesidades, intereses y perfil de riesgo inversor.
El término Roboadvisor proviene de la conjunción de dos palabras: Robo = robot, advisor = asesor. En otras palabras, se podría decir que se trata de un asesor robotizado, o un robot asesor.
Esta herramienta de gestión automatizada suele crear carteras de inversión personalizadas y compuestas por distintos ETFs, siguiendo una serie de algoritmos financieros. Para ello, tendrá en cuenta los datos que se le proporcione acerca del inversor. Por ejemplo, si le informas que tienes un perfil de riesgo conservador, seguramente seleccionará una cartera con activos de renta fija o similares.
Estos sistemas automáticos están regulados por la CNMV, y al registrarse en ese organismo, se le concede una ficha de servicios de inversión que puede consistir en:
· Agencia de Valores (AV).
· Gestor de carteras de inversión si es que solo se limitará a eso (a la gestión).
· Empresa de asesoramiento financiero EAF o EAFI.
Una de las ventajas que presenta esta tecnología, es el reducido coste de las comisiones de gestión que aplica.
A su vez, te puedes encontrar con distintos tipos de Roboadvisor, como por ejemplo, los “Roboadvisors puros” y los “Roboadvisors mixtos”.
Los primeros, son aquellos Roboadvisors que todos sus procesos se realizan solamente siguiendo una cadena de valor denominada ITIL (Information Technology Infraestructure Library), lo que traducido al español significaría Biblioteca de Infraestructura de Tecnologías de Valor. Esta cadena de valor reúne cuatro factores relacionados entre sí de manera secuencial: el diseño del producto financiero, la tecnología y operaciones, Onboarding digital, y la gestión automatizada.
Mientras que los Roboadvisors mixtos incluyen la intervención de expertos en la selección de activos.
Mientras que los Roboadvisors mixtos incluyen la intervención de expertos en la selección de activos.
A estas alturas, si nunca has utilizado esta herramienta es probable que te dé un poco de reparo en hacerlo. E incluso la pregunta que podría surgirte es: ¿y cómo se utiliza un Roboadvisor?
Seguramente el uso de esta tecnología te resultará sencillo. En primer lugar, lo que hay que hacer es ir a la página web de la entidad que ofrece este servicio, y darte de alta mediante la creación de un usuario. Allí se te solicitarán una serie de datos, e incluso tendrás que completar el Test de Idoneidad, tal como lo harías de forma presencial en una entidad financiera. Gracias a ese proceso, se determinará tu perfil de riesgo y objetivo de inversión, y el sistema seleccionará la cartera que considere adecuada para tu perfil de inversor.
Una vez que aceptas la cartera de inversión propuesta, el siguiente paso consistirá en realizar la aportación del dinero que pretendas invertir, asociando tu cuenta bancaria; por lo que no necesitas cambiar de entidad.
A partir de allí, ya será el robot quien se encargue de realizar la selección de los ETFs y del rebalanceo de la cartera, para mantenerla alineada con tus objetivos de inversión.
Otro apartado importante que podrás encontrar es el área de cliente, que es la parte enfocada a mostrar el funcionamiento de la cartera seleccionada y su evolución en el tiempo.
Con todos estos datos aportados, ¡ya solo falta que seas tú el que dé el siguiente paso!
Carteras de Inversión de ETFs InbestMe
Esta firma ofrece servicios de gestión de inversiones automatizada, y es una alternativa interesante si lo que buscas es invertir en ETFs, dado que entre otros productos, ofrece tres tipos de carteras de Exchange Traded Funds:
ETF Estándar
Esta cartera invierte en una cuidadosa selección de ETFs que replican el rendimiento de los mejores índices a nivel global. En este caso, si el comité de expertos de InbestMe considera necesario, podrá realizar ciertas modificaciones en la composición de la cartera, a fin de optimizar la estrategia de inversión. Para poder acceder a esta cartera, la inversión mínima será de 5.000 euros. La comisión de gestión será de 0,41% aunque a partir de los 100.000 euros el porcentaje de comisión disminuye. En lo que va de año, la rentabilidad alcanzada es del 1,4%, y su histórico de rentabilidad acumulada puedes verlo en la siguiente gráfica:
ETF ISR
Esta cartera está orientada hacia las Inversiones Socialmente Responsables; una estrategia de inversión relacionada a los factores ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Por lo tanto, la cartera estará compuesta por ETFs socialmente responsables, a muy bajo coste, y con una inversión mínima de 5.000 euros. La comisión de gestión será de 0,41% aunque a partir de los 100.000 euros el porcentaje de comisión disminuye. En lo que va de año, la rentabilidad alcanzada es del 0,7%, y su histórico de rentabilidad acumulada puedes verlo en la siguiente gráfica:
ETF Valor
Permite invertir en un portafolio personalizado, con un elevado componente de ETFs de sesgo Value. Tanto la tecnología del sistema automatizado como también la intervención de los expertos, se encargarán de monitorizar, rebalancear y gestionar las aportaciones adicionales que puedas realizar. La inversión mínima para poder acceder a esta cartera es de 15.000 euros. La comisión de gestión será de 0,41% aunque al igual que el resto de carteras, a partir de los 100.000 euros el porcentaje de comisión disminuye. En lo que va de año, la rentabilidad alcanzada es del 0,9%, y su histórico de rentabilidad acumulada puedes verlo en la siguiente gráfica:
En cuanto al funcionamiento específico del Roboadvisor de InbestMe, podría decir que al igual que el resto de Roboadvisor, el de InbestMe utiliza algoritmos para crear y mantener las carteras de inversión personalizadas para el cliente, clasificando a este Roboadvisor dentro de la categoría de Roboadvisor mixtos, dado que permite la intervención de los expertos. Debido a la automatización, los costes de gestión serán inferiores a los de las inversiones que no utilizan este tipo de herramienta; por lo que esto afectará de forma positiva a la rentabilidad final de la inversión.
Para mayor información, incluso para conocer la composición de las diferentes carteras, puedes visitar el siguiente enlace:
Y la verdad es que podríamos seguir analizando infinidad de aspectos y detalles de cada cartera; pero a partir de aquí, te dejo para que sigas investigando, y aprendiendo más sobre el funcionamiento de estos vehículos de inversión y las herramientas de gestión automatizada; un nuevo campo por descubrir…
Deseo entonces que tengas una buena semana, ¡y buen negocio!