Para diferenciar a los países más desarrollados de los que menos desarrollo han alcanzado, existen diferentes clasificaciones según el organismo que la elabore.
Las Naciones Unidas, a través de su Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), clasifica a los países con su Índice de Desarrollo Humano (IDH), que considera factores como la esperanza de vida, la educación y el ingreso per cápita. Este índice recorre una escala del 0 al 1, en la que el país que mayor desarrollo presenta es Suiza con un 0,962 y el de menor desarrollo es Sudán del Sur con 0,386. Al año 2021 (último dato publicado), según esta escala los países presentaban la siguiente clasificación:
Viendo este mapa, podríamos preguntarnos en qué estarían pensando quienes elaboran esta clasificación, al incluir países como Argentina en el nivel más alto del índice, cuando según las estadísticas del INDEC a finales del segundo semestre de ese año el país alcanzaba casi un 40% de pobres sobre el total de su población.
Este índice no contempla la desigualdad en la distribución de la riqueza, la discriminación por género o el respeto por los derechos humanos. Es por esos motivos que podemos encontrar países cuya población tiene una elevada esperanza de vida y acceso universal a la educación, pero con importantes bolsas de pobreza; y aun así alcanzan una puntuación muy elevada dentro del índice.
Por lo tanto, al momento de buscar geografías donde invertir, es importante saber diferenciar entre países desarrollados y economías desarrolladas, o países emergentes y economías emergentes, por poner los ejemplos más significativos.
En grandes líneas, y sin entrar en detalles por cuestiones de espacio, podemos decir que cuando se clasifica a un país se está considerando un espectro más amplio que involucra tanto el bienestar de los ciudadanos como su desarrollo económico, mientras que al hablar de economías, el enfoque está principalmente en el rendimiento económico y financiero de la nación. Aunque por lo general, un país desarrollado posee una economía desarrollada; pero no siempre es el caso, tal como vimos con las clasificaciones del IDH.
Por ejemplo, cuando se hace referencia a un país desarrollado, a lo que se está haciendo referencia es al bienestar general, infraestructura, sistema de salud, derechos civiles, calidad de vida y nivel de desarrollo social de una nación; mientras que al hacer mención a una economía desarrollada es enfocarse en los aspectos económicos como el PIB per cápita, la sofisticación del mercado financiero, nivel de ingresos y el crecimiento del sector privado e industrialización. En cuanto a los países emergentes, éstos son aquellas naciones en transición que están mejorando su bienestar social, infraestructura, gobernanza y servicios públicos; mientras que economía emergente se refiere al crecimiento económico rápido, la expansión del mercado financiero, y la modernización e industrialización de un país.
A partir de allí, el Fondo Monetario Internacional (FMI) categoriza a las economías como economías avanzadas (anteriormente “desarrolladas”), economías de mercados emergentes y en desarrollo, economías de bajos ingresos, y países pobres muy endeudados (ahí ya se observa la confusión de términos entre países y economías).
La diferencia sustancial entre los dos grupos más relevantes (por su nivel de desarrollo) de esta clasificación, como lo son las economías avanzadas y las economías de mercados emergentes y en desarrollo, es que las primeras son aquellas que han alcanzado un elevado nivel de desarrollo económico, reflejado en un alto PIB per cápita. Estas economías se caracterizan por ser altamente industrializadas y tener sectores de servicios bien desarrollados, así como también sus mercados bursátiles, y con tecnología avanzada. A su vez, suelen aplicar políticas económicas más estables y predecibles, con instituciones fuertes y un marco regulatorio bien establecido. El acceso al capital y tecnología avanzada es relativamente sencillo, lo que impulsa la innovación y el crecimiento sostenido.
Por el contrario, las economías de mercados emergentes y en desarrollo se encuentran en una fase de transición hacia la industrialización y un mayor desarrollo económico. Experimentan un crecimiento rápido, pero aún tienen desafíos estructurales. Su PIB per cápita es más bajo y con una infraestructura en desarrollo, tal como puede ser China, la India o Brasil. La agricultura y la manufactura básica suelen tener un papel más importante, aunque suelen estar atravesando un proceso de diversificación hacia sectores más avanzados. A su vez, estas regiones presentan mayor volatilidad económica y política, con instituciones menos robustas y marcos regulatorios en desarrollo. El acceso al capital y a la tecnología punta presenta mayores dificultades, aunque se vayan alcanzando mejoras en ese aspecto.
Mercados Frontera
En 1992 la economista india Farida Khambata de la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés), una institución perteneciente al Banco Mundial, acuñó el término “Frontier Markets” (Mercados Frontera, o Mercados Fronterizos) creando así una nueva categoría de economías que se sitúan entre las economías emergentes y los países en desarrollo.
Esta categoría se ha incluido también en el índice MSCI (Morgan Stanley Capital International), que clasifica a las economías según su desarrollo económico, la liquidez y el tamaño de sus mercados bursátiles, y la accesibilidad a dichos mercados por parte de los inversores internacionales.
En términos generales, la clasificación que establece el MSCI es la siguiente:
A las economías incluidas en la categoría de Mercados Frontera se las conoce como pre-emergentes, dado que sus tamaños (y por ende, el de sus mercados bursátiles) no son relevantes, pero ofrecen un elevado potencial de crecimiento. Se trata de economías en vías de desarrollo cuyos mercados están más desarrollados que los países en desarrollo de ingresos bajos, pero que aún no logran el estatus de “mercados emergentes” por ser economías de tamaño reducido. Aun así, las agencias de calificación les suelen asignar el grado de inversión; por lo que no están incluidas en el rango de especulación o bonos basura.
Sabiendo ya qué son los Mercados Frontera, posiblemente te estés preguntando entonces: ¿Pero cuál es el atractivo de invertir en estos mercados?
Si esa es tu pregunta, mi respuesta es que los motivos son varios. Uno de ellos, es que poseen un alto potencial de crecimiento. A su vez, ofrecen a los inversores una forma de diversificar sus carteras en regiones y sectores a los que de otro modo, tendrían poca o ninguna exposición; los rendimientos que pueden obtenerse son potencialmente más altos debido al riesgo que se asume, tienen bajos niveles de deuda, las valorizaciones de sus empresas son más atractivas, se trata de economías menos correlacionadas con la economía global, y demás aspectos que generan un cierto atractivo en estas economías.
Existen incluso índices bursátiles que representan este tipo de economías y que sirven como referencia para fondos de inversión, como podría ser el MSCI Frontier Markets.
¿Te estás animando a invertir en este tipo de mercados? Pues tienes que saber que no es nada fácil hacerlo debido a la reducida liquidez que ofrecen, y no siempre están al alcance de los pequeños inversores. Es por ello que para entrar en ese tipo de mercados, lo recomendable será hacerlo a través de algún Fondo de Inversión.
HSBC GIF Frontier Markets
Teniendo en cuenta las oportunidades que ofrecen los mercados frontera, inicié mi búsqueda y análisis comparativo de Fondos que inviertan en esos mercados, y me he decantado por el HSBC GIF Frontier Markets.
Este Fondo de Inversión de renta variable global enfocado en mercados frontera con fecha de lanzamiento en Noviembre de 2011, y cinco estrellas Morningstar, presenta diferentes clases que te detallo a continuación:
Su gestión está a cargo de Ramzi Sidani y Jennifer Passmoor, ambos con más de un lustro de antigüedad en HSBC Investment Funds (Luxembourg) S.A., sociedad gestora del Fondo, y con amplia trayectoria profesional en la gestión de activos.
En cuanto al nivel de riesgo que presenta el Fondo, si se compara con otros Fondos de Inversión de renta variable global no es tan elevado, teniendo en cuenta el tipo de economías en las que invierte. Su beta es de 0,81 y con una volatilidad del 12,58% presenta un nivel de riesgo 4 en escala del 1 al 7.
El Fondo utiliza como índice de referencia el 100% MSCI Select Frontier & Emerging Markets Capped Net para medir su evolución; por lo que puedes ver a continuación la evolución histórica del Fondo con la del índice de referencia (Benchmark).
Concretamente, las rentabilidades alcanzadas durante la última década puedes verlas en el siguiente cuadro:
Otro dato importante es la composición de la cartera del Fondo. Al 31 de Agosto de 2024 estaba compuesta de la siguiente manera:
Y estas eran sus principales diez posiciones:
Pero si quieres ampliar información sobre este Fondo, puedes hacerlo a través del siguiente enlace: https://www.assetmanagement.hsbc.es/es/professional-investors/funds/lu0708055537?t=3
Y como ves, hay mercados para todos los gustos: los avanzados, los desarrollados, los emergentes, en vías de desarrollo, ¡y hasta los “frontera”! Si no encuentras un mercado en el que invertir tus ahorros, es porque no quieres…