Cuando hablamos de libertad de prensa, pensamos que la prensa denunciará la injusticia, pero esto no siempre ocurre. La prensa a veces se vuelve un grupo de presión más, un ente completamente parcializado, cuando se antepone el interés o la ideología de directivos o de sus finanzas. La prensa puede tomar bandos y hay que estar vacunado contra la desinformación resultante.
En estos días en que España y Argentina estuvieron enfrentados por YPF. La prensa argentina critica a España y la española critica a Argentina. Más que prensa independiente parecen opinadores comerciales, que sirven como departamento de relaciones públicas para empujar el oficialismo en ultramar, organizaciones que ganan dinero con el odio al extranjero. La prensa tomó bandos y creó barras de hinchas en un enfrentamiento de hooligans políticos fanáticos.
Vemos a la prensa que se saca a relucir el tema de Malvinas que crea muy malas relaciones (innecesariamente) entre Argentina y Reino Unido, los que no hayan vivido los tiempos pasados del conflicto podrían verse arengados por la prensa parcializada de uno u otro bando. ¿Quién tuvo la razón en 1982?
Antes de la guerra de Las Malvinas, el único mérito de la junta militar fue perseguir adolescentes de izquierda y ejercer terrorismo de estado.
Las mujeres de dos desaparecidos reconocieron en el juicio por 44 víctimas, en Santiago del Estero, a un mismo represor que participó en los operativos clandestinos durante la el Terrorismo de Estado. María Rosa Ruiz de Alvarez, esposa de un comerciante santiagueño desaparecido en 1976, pidió hoy que los represores “vivan 50 años más para pagar todo lo que hicieron”, en el marco del juicio oral por 44 víctimas antes y durante la última dictadura militar. - “Quiero justicia, no que mueran, sino que vivan 50 años más para pagar todo lo que hicieron”
Siempre me impactó mucho lo que fue la última dictadura militar que vivió el país, me parece que a partir de ese momento se modificaron, definitivamente, un montón de cosas de la coyuntura de la sociedad y la política de la Argentina. A partir del golpe la deuda externa creció cuatro veces; se desapareció a un montón de gente; hubo un mundial medio arreglado y medio dudoso y estuvo la guerra de Malvinas que fue como la última frutilla del postre de los militares. Malvinas representa el final de la dictadura y la hijaputez más grande que es mandar a soldados sin experiencia a combatir contra una fuerza militar de las mejores del mundo. En la introducción había puesto una frase que luego no publicamos, de una periodista de Clarín, que decía que "esta fue la guerra en que los pibes no llegaron a llorar por sus novias sino que lloraban por sus madres". - Sobrevivir a Malvinas y morir en Cromagnon, dos tragedias atadas con alambre
Para congraciarse con los argentinos que ya empezaban a resentirse por los desaparecidos, la junta decide atacar Las Malvinas. Así crean una euforia colectiva que hace olvidar los pecados.
En Reino Unido, Margaret Thatcher con sus políticas recesivas, guiadas por la ideología Friedmaniana de recorte estatal, empujó el desempleo a niveles nunca antes vistos desde 1930. La ideología fue más importante que el paro, pues al que tiene la panza llena le cuesta entender al que tiene la panza vacía.
The number of people out of work in Britain has risen above three million for the first time since the 1930s. The official jobless total, announced today, is 3,070,621. It means one in eight people is out of work. - 1982: UK unemployment tops three million
Thatcher no comprendía que una de las funciones del Gobierno era la de servir de válvula de liquidez de la economía, de modo que al cerrar el grifo del gasto público, se corta el flujo de dinero estatal, y el país entra en recesión y viene el desempleo. Thatcher se dejó arrastrar por el credo religioso friedmaniano y se olvidó de la realidad. La euforia colectiva hizo que la gente rápidamente se olvidara de los pecados.
La guerra le sirvió a Thatcher para hacer que los británicos se olvidaran de los desempleados y sirvió a Galtieri para que los argentinos se olvidaran de los desaparecidos, toda una cortina de humo en ambos bandos para esconder a los que sufren. La guerra sirvió para que aquellos que podrían ser amigos y disfrutar de un partido amistoso de futbol, se volvieran enemigos y pagaran con sus vidas en la guerra futil. En esta crisis actual entre países, ¿acaso no se está escondiendo a los que sufren también? ¿Acaso las disputas como las de Malvinas no son sino meras cortinas de humo mediáticas para ganar popularidad?
De esta manera lo que la prensa logra a veces no es traer paz y amistad, sino cizaña y división. En lugar de empujar a la cordura, la prensa empuja a la polarización. Cuando vemos a los indignados en Europa, a los de Ocupen Wall Street y a la primavera árabe, vemos que los medios apuntan y critican a los regímenes árabes y nunca al propio. Como que lo que es bueno para el ganso no es bueno para la gansa. Y así en materia política hay una ausencia de autocrítica nacional por parte de los medios.
Uno creería que se trata de algo que los periodistas hacen, pero normalmente no es así. La empresa tiene su ideología y sus intereses, y los periodistas como empleados deben ajustarse o largarse. Los medios rara vez dan libertad editorial a sus empleados.
Con el escándalo de Rupert Murdoch se pone en evidencia un problema de la prensa, que no es particular de un país, sino de muchos países (aunque en este caso se destape en un país determinado). Los patrocinadores que pagan a medios son los que determinan si un político es silenciado o no, si un político es alabado o vilipendiado, de acuerdo con el favoritismo de los medios, que es algo que va contra la imparcialidad periodística que tanto dicen defender los que defienden la libertad de prensa.
El vice primer ministro Nick Clegg sostuvo que compitieron para "hacer reverencias" ante el magnate Rupert Murdoch. Tony Blair reconoció que no enfrentarse con los grandes medios evita ser silenciado. Sobre la llegada a la gente de los periódicos, Blair aceptó que los diarios The Sun y Daily Mail son los dos más influyentes en el Reino Unido y que el primer rotativo era más importante porque estaba preparado para cambiar de bando político. - Políticos ingleses reconocen relaciones "enfermizas" con los medios de comunicación.
Cuando ocurrió la crisis de 2008, CNN en Español a cada rato señalaba que a Latinoamérica le iba a ir peor que a los EE.UU. lo cual espantaría a inversionistas. Pero no se puede tapar el sol con un dedo. Las empresas estaban reportando grandes ahorros en costos al moverse a Latinoamérica. Y en CNN era como si los presentadores de verdad quisieran que a Latinoamérica le fuera mal. ¿Cómo se explica que un medio aconseje así a la audiencia? ¿Pueden los inversionistas confiar en el consejo de los medios de comunicación?
La prensa muchas veces cruza la línea y convierte el sufrimiento humano en espectáculo. De hecho, mientras más muertos haya en Siria, más audiencia tendrá CNN y más dinero cobrará.
Por años la prensa americana ocultó el hecho de que había crisis de sanidad y educación, y antes de 2008 era casi imposible encontrar algún material acerca de este problema en la prensa, excepto claro, el material de Michael Moore. Tuvo que venir la Casa Blanca a apuntar todos los problemas en sus boletines con una actitud autocrítica descomunal (Véase transcripción de boletín aquí), para que la gente tomara conciencia. A mi me resultó extraño que fuera el gobierno y no la prensa, el que denunciara los problemas.
De esta manera, al final algunos medios de comunicación en España, Argentina, EUA o Reino Unido o cualquier otro país, terminan ejerciendo un rol completamente desinformativo en la sociedad. ¿Hay libertad de prensa o hay libertad de los jerarcas de medios de comunicación para desinformar?
Tomar bandos con base en lo que sale en los medios, termina siendo hacerle el juego a los patrocinadores, poner la voluntad propia al servicio de otros y convertirse en un robot al servicio de los intereses de terceros. ¿Podemos confiar en los medios? ¿Podemos confiar en que los políticos gobernarán bien a pesar del "qué dirán los medios"? ¿Pueden los medios sembrar cizaña y poner a pelear a los que deberían ser amigos y podrían alabar y defender a los que deberían ser repudiados por la población?
¿Quién tuvo la razón en 1982? ¿Quién tiene la razón hoy? Nuestra opinión puede estar sesgada por la desinformación de la prensa mainstream. Que sea el lector el que decida a quién le cree.