España tiene grandes virtudes. Los españoles son gente que sabe organizar, son sistemáticos, son ingeniosos ante un problema con solución desconocida. Son grandes las virtudes de los españoles, en esta crisis de libretas de apuntes en entes financieros que tienen al país en situación dificil. Pero, ¿se beneficiarían al aprender las costumbres de los coreanos?
Generosidad
Es muy dificil pensar en generosidad cuando no tienes nada que dar, y es peor al ver que a alguien le quitan la casa que por siempre pagó puntualmente, por una circunstancia fortuita como perder el empleo, y encima que los bancos (donde laboran españoles) le tiren la mitad de la deuda encima, algo peor los regímenes comunistas que solamente te quitaban la casa y ya, sin dejarte la mitad de la deuda. ¿Cómo puedes pensar en dar cuando miras que unos arrebatan cosas a otros? Dirías que si empiezas a ser generoso vendrán los que le quitan a otros a poner la mano para que les des. En pocas palabras, podrías pensar que frente a la escasez, lo mejor es tirarle la escasez a otro.
Cuando miras la tormentosa historia de Corea, ves a un país que hasta 1950, los que vivían allí sólo habían conocido la dominación y el despotismo del extranjero, y la miseria propia. En 1918 sufren algo similar a los eventos de Tiannamen, fueron esclavizados, su idioma fue prohibido en las escuelas bajo la dominación japonesa, y sus mujeres convertidas en esclavas sexuales por los japoneses. Pasaron hambre, pobreza, pesimismo, desesperanza en una crisis tras otra, y una falta de libertad que no parecía terminar. Y tras 1950 las cosas no fueron fáciles, porque al despotismo y corrupción del extranjero, vino la corrupción y despotismo del líder nacional, que poco a poco fue cambiando a la nación que conocemos hoy. Fueron una especie de España, pero traumatizada por más años de peores desgracias. Pensarías que si en España la situación inspira a ser peor, en Corea deberían ser mucho peores, mucho menos dispuestos a dar. Te equivocas.
En la España moderna la cultura del financiero es una donde se premia el parasitismo, que esencialmente consiste en trabajar menos y ganar más dinero, en ganar dinero sin trabajar, y quitar a otros, y es más exitoso el que recibe más. En Corea la cultura es distinta.
Los regalos
Casi todos los meses tienes una festividad o día de entregar regalos. Por supuesto que no todos son mandatorios. pero el tema de los regalos si es un asunto que se mira bajo la perspectiva de DAR. El coreano valora mucho la privacidad y no te va a invitar a su casa con gran facilidad. Cuando visitas la casa de alguien, se ve bien que lleves un regalo. No se espera que sea caro, pues lo que se mira es el gesto.
La comida
Normalmente al comer, el anfitrión en occidente no vería bien que pidas más comida. Pero los viejos que crecieron en un país que no tenía mucha comida, ven bien que comas mucho. Sentirán que les agradeces lo que prepararon.
Si en España en vez de servir al país, hay funcionarios que se sirven del país, en Corea no se ve bien que te sirvas tu propia bebida. Normalmente alguien servirá la bebida, y todo lo que se da o se reciba, usa las dos manos, para dar o para recibir.
Si llegaste al trabajo con unos bocadillos, y te ven comiéndolos, en occidente no se ve mal que le digas a los demás que está muy bueno, y que lo venden allá afuera a la vuelta de la esquina, y te comas tu solo los bocadillos. En Corea eso se vería como gesto de alguien egoísta y desconsiderado, y te garantizará el aislamiento social de los que te rodean, que es lo que le debería pasar a los egoistas que le quitaron la casa a los desempleados españoles. Lo justo sería que trajeras bocadillos para tus compañeros también, y ofrezcas aunque algunos no los tomen, o que invites a algo barato como un helado o merienda barata. El gesto es lo que importa, no el precio.
Si te invitan a comer, agradece al empezar y al terminar de comer.
Dinero
Por supuesto, si estás en un restaurante, se ve bien que tras la primera ronda de comida, haya una segunda ronda, y si fuiste invitado por la persona de mayor jerarquía (el más viejo o el de mayor estatura social) se ve bien que ofrezcas inovtar una nueva ronda. No significa que necesariamente vayan a tomar tu oferta (aunque podrían hacerlo) pero sí se ve bien que lo hagas.
Los ancianos
En una sociedad donde la premisa es la ley de la jungla, donde reina el más fuerte, los ancianos ocupan una cierta posición de vulnerabilidad. Se ve bien que renuncies a estar sentado en el transporte público para dar campo a una mujer embarazada, o un anciano o un niño. Igualmente ayudar a los ancianos con problemas de movilidad con las escaleras o cargar cosas pesadas, es bien visto. Si te sientas en los asientos prefernciales, aunque haya otros de estos asientos desocupados, es muy probable que te regañen enérgicamente.
En mi post anterior Avaricia: La cultura del vago y el pedigüeño planteaba la pregunta de lo que pasaría si en lugar de luchar la gente por recibir lo más posible, la gente tratara de dar lo más posible.
Si bien Corea no es la utopía perfecta, tiene tratos entre ciudadanos que son interesantes de observar respecto del tema de DAR. Lo más interesante es cómo ha aprendido el que ha pasado necesidad a entender a otros que han pasado necesidad, desarrollando la idea de compartir, y censurar a los egoístas que no comparten.
No quiere decir que no haya oportunistas y ladrones entre los coreanos, como en cualquier país, pero sus tasas de criminalidad son asombrosamente bajas.
Algo funciona distinto. y es algo que vale la pena comparar. El resultado de la escasez no debe ser producir escasez, sino la gran voluntad de producir abundancia y compartirla.