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Es y ha sido, hora de comprar

Cuentan los que más saben de este negocio que el riesgo de recesión se ha reducido considerablemente. La crisis de la banca regional norteamericano se ha controlado y parece que la estructura económica está soportando, sin grandes brechas, una salvaje subida de tipos de interés. Todo apunta a que la FED realizará una pausa táctica, con una o ninguna subida más de tipos antes de concluir el año; algunos piensan que incluso los bajarán. En Estados Unidos se han experimentado notorios ascensos de más de un 20%, tanto en el Standard and Poor’s 500 como en el Nasdaq-100, marcando un nuevo mercado alcista. Goldman Sachs ha elevado hasta los 4.500 su previsión sobre el SPX para el 2023. A mediados de mayo y en la horquilla de 13.564 a 13.726, el NDX rompió al alza su último máximo decreciente de referencia que, como saben, es aquel que está separado por dos mínimos. Este movimiento estaría a punto de ser completado por el SPX si confirma la superación de la resistencia (4.261 a 4.325). Es probable que, dado el estado de sobrecompra, pudiéramos asistir a algún tipo de corrección a medio plazo, pero en cualquier caso se estaría reestableciendo la tendencia alcista.



SPX. Corrección del 50% y superación último máximo decreciente
SPX. Corrección del 50% y superación último máximo decreciente
 
En la misma línea, el Dow Jones Industrial Average (DJI) está dibujando una clara figura de HCHi que, con su activación a partir de los 34.277, marcaría un primer objetivo más allá de los 37.500 puntos, lo que supondría marcar nuevos máximos históricos. A su vez, el Dow Jones Transportation Average (DJT), con algo más de retraso, también estaría acompañando el movimiento, gracias a una sucesión de máximos y mínimos crecientes desde sus mínimos de finales del pasado septiembre, con ruptura incluida de su último máximo decreciente. 
 
Entre los amigos y colegas de inversión que me he granjeado durante todos estos años de dedicación, destaca uno por su especial intensidad. Y eso es magnífico. No hace mucho y en un extenso correo electrónico me señalaba que, desde los mínimos de la Covid19, el índice tecnológico ha corregido exactamente un 61,8%, mientras que el SPX lo ha hecho en un 50%; niveles realmente interesantes. A resultas de ello, recalcaba el innombrable, que he perdido una espléndida ocasión de incrementar mi cartera de inversión en valores líderes como Alphabet -tras completar una corrección de oro-, Amazon -tras apoyarse en la directriz alcista de largo plazo-, NVIDIA y Netflix -tras activar sendos HCHi-, Microsoft -retesteando ya sus máximos históricos-, o TESLA -rompiendo al alza una última zona pivote previa a sus máximos-. Es y ha sido hora de comprar, titula su incunable. 


NVIDIA. HCHi, con proyección de objetivo mínimo en resistencia estructural y posterior ruptura al alza
NVIDIA. HCHi, con proyección de objetivo mínimo en resistencia estructural y posterior ruptura al alza

 
Pero hay otra forma de observar la realidad. 
Las condiciones macro no han cambiado en absoluto. De hecho, poco a poco y casi de forma imperceptible, continua el lento transitar hacia la cornisa. Alemania -y con ella la Eurozona-, ha entrado en recesión técnica. Podemos minusvalorar esta situación pensando que únicamente se trata de una cuestión terminológica sin importancia, pero como esto acabe mal, recordaremos momentos como este pensando en la soberbia que mostramos al ignorar una variable tan relevante. Porque, tras esa calificación y a pesar del liderazgo indiscutible de Alemania, el país debe de afrontar varios e importantes retos como son la ausencia de un sector financiero y bancario realmente potente, el desafío de la innovación tecnológica que afecta a la dura competencia que a nivel mundial se está librando en el sector automovilístico y, en general, a toda su industria. Pensar que las dificultades del líder europeo es una buena noticia para el resto de los países que conforman la Unión, es simplemente, un mal chiste. Incluso creer que todo va bien porque el Dax-40 o el Stoxx-50 se encuentran en máximos históricos, resulta un ejercicio de miopía francamente preocupante. Más si tenemos en cuenta que, acompañando al gigante alemán, Estonia, Hungría, Irlanda, Lituania y Bélgica han cruzado también el Rubicón. Quizá el relativo petardazo de la economía china no se deba tanto a un problema de producción o consumo interno, sino la expresión de una debilidad creciente del desarrollo económico mundial. 


Eurozona medida en datos por Trader Insight
Eurozona medida en datos por Trader Insight

 
Al otro lado del charco descontamos que Jerome Powell se encuentra realizando una pausa táctica para evaluar el efecto acumulado del proceso de incremente de tipos de interés más acelerado de la historia. El actual nivel de 5,25% (6,00% si consideramos el efecto restrictivo de la crisis bancaria regional), establece un interés prácticamente neutro si tenemos en cuenta que la inflación subyacente es aún del 5,3%. El dirigente de la FED enviará un nuevo mensaje hawkish que, al parecer, dejará abierto el gran interrogante sobre un hipotético aumento de 25 puntos básicos para el próximo mes. Me parece una medida absolutamente prescindible pues, si de verdad el proceso requiere de un último empujón, ¿qué problema hay para no tomarla inmediatamente?. La suerte de la economía norteamericana no va a depender de una última decisión de tan limitado recorrido, sino del proceso destructivo que han liderado. A este respecto, quizá la Reserva Federal pudiera concentrar sus esfuerzos en la reducción del balance, como medida complementaria, más que en si los tipos de interés buscan o no su pivot point. En cualquier caso el mercado descuenta que, como máximo, asistiremos a una única subida más, cosa que pongo muy en duda como comentaré tras la comparecencia del dirigente de la FED.
 
Pero mientras algunos analistas únicamente miran la evolución del mercado y muestran su asombro, entre bambalinas discutimos sobre la profundidad de la próxima recesión. Es una situación que me recuerda a lo vivido en la crisis del 2008 cuando los tipos llegaron al 5,25% en julio del 2006 y hasta un año después no tuvieron que bajarlos a toda prisa. No estoy afirmando que vayamos a vivir lo mismo, solo que estos periodos de espera pueden prolongarse mucho más de lo que nuestra templanza pueda soportar. ¿Y usted está dispuesto a perderse un año en el que el rally alcista puede llegar a ser importante en diversos sectores como el tecnológico?, pensará el lector más crítico. Sin duda alguna. Debería decir que estoy dispuesto a eso y a más, pero a partir del momento en el que todos ustedes conocen mi operativa -compradora de ETF’s en diferentes índices-, detectarían rápidamente mi farol. Otra cosa diferente es que no vaya a incorporar valores en mi cartera de renta variable y, al hacerlo, soy consecuente con lo que desde el puente de mando de mi embarcación estoy viendo: nubes que se aproximan, gaviotas que vuelan hacia la costa, espuma en lo alto de la ola, viento racheado y potente y ese olor característico que solo los viejos marineros son capaces de percibir. 
 
Goldman Sachs cree que el riesgo de recesión se sitúa en un 25%. JP Morgan eleva ese mismo riesgo por encima del 50%. Todo dicho. 
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