En la entrega anterior me centraba en el largo plazo extremo para advertir que no es oro todo lo que reluce. Existe un riesgo cíclico de quedar atrapado en una de las habituales consolidaciones laterales que se prolongan durante muchos años, limitando la rentabilidad de la inversión. De ahí que mi estrategia de inversión combine la compra periódica de ETF’s con la adquisición de acciones a medio plazo cuando el ciclo económico así lo indica y las señales técnicas lo confirman.
En el más corto plazo, cuentan los principales analistas que apenas hace quince días, más de un tercio de las acciones que componen el SPX se encontraban en niveles inferiores a los de hace un año. También debemos de considerar que la subida del 11,7% registrada durante el 2023 se ha debido al impulso de una docena de empresas entre las que están las sempiternas NVIDIA (+197%), META (+149%), TESLA (+103%), pero también otras que no aparecen tanto en los rankings como ROYAL CARIBBEAN (86%), CARNIVAL (70%), GENERAL ELECTRIC (69%) y otras seis. Dicen los mismos entendidos que se trata de un ascenso débil pues la mayor parte de integrantes del índice no han participado en dicho movimiento como podemos constatar al consultar cualquier ETF Equal Weight del mismo subyacente, cuyo rendimiento exhibirá paupérrimas rentabilidades. No siendo inversor contrarían sino tendencial en la medida de lo posible, no se me escapa que es en mitad del miedo donde nacen los impulsos. Y, hoy por hoy, el ambiente del mercado ha rotado hacia un sentimiento de pesimismo como refleja el Fear & Greed Index.
Si nos remitimos puramente a la información que podemos extraer del gráfico, lo fundamental es quedarse, en temporalidad semanal, con la fotografía a vista de pájaro. Desde el selloff de febrero-marzo del 2020 y tras desarrollar un movimiento alcista con un recorrido del +119’84% (4.801), el precio realizó una corrección, casi al pip, del 50% de Fibo (3.505). Desde ese punto se inicia un nuevo impulso que, a finales de julio, nos lleva hasta la zona de máximos históricos que definen una resistencia. El camino supone un incremento -desde su corrección-, del 31,97%. Lo importante de este último movimiento es que, en su camino ha configurado y confirmado una línea de tendencia alcista que parte de los mínimos de la pandemia (1), que tiene su segundo apoyo cuando se produce la corrección de Fibonacci(2), la tercera (como confirmación) a mediados de marzo del presente año (3) y que, como veremos a continuación, ha vuelto a actuar a principios de octubre (4).
Si nos centramos en este último impulso podemos afirmar que nos mantenemos dentro de un canal alcista, con diferentes retesteos entre sus resistencias y soportes direccionales. Siguiendo uno de los principios fundamentales de Charles Dow, debemos de entender que seguimos inmersos en dicho proceso constructivo en tanto en cuanto no se demuestre fehacientemente lo contrario. Por veces que se repita aún sigo escuchando que el analista técnico debe de predecir lo que hará el mercado. Eso es absolutamente falso. De lo que se trata no es pronosticar qué dirección tomará, sino estar preparados para dicha casuística. Aclarado este punto, me permitirá el lector que -en este corto plazo-, plantee dos posibles escenarios sin orden de prioridad.
Escenario Alcista. Desde los últimos máximos de referencia de finales de julio, la cotización ha realizado una corrección en ABC para retestear la directriz vigente y, desde ahí, impulsarse de nuevo. La corrección de las últimas jornadas se entiende dentro de un proceso natural del movimiento del precio señalando que, sin daño estructural, ni señal de debilidad alguna, es razonable considerar una reentrada en zona de resistencia. Ello tendría el respaldo de la estacionalidad de la renta variable en función del mes en el que nos encontramos y el popular rally alcista (que no raid, como he leído por algún lado), de fin de año. Con una visión optimista para lo que resta de año, no sería descabellado que, más allá de este objetivo. Sin ser ningún experto en ondas de Elliott, sí me he aventurado a elaborar una pequeña tesis. Partiendo de la base de que estaríamos iniciando la quinta onda y que esta, en términos generales, debe de tener la misma extensión que la primera, proyectando dicho recorrido establecemos un objetivo en los 4.958 puntos. Este nivel supondría nuevos máximos históricos para los primeros días de enero, cuadrando así el timming estacional. Cabe resaltar que en dicho supuesto observaríamos notorias divergencias bajistas en indicadores como RSI que nos advertirían del riesgo de una corrección de importancia.
Escenario Bajista. Algunos analistas ven un HCH en la parte alta del canal. De poco sirve considerar que, a mi juicio, el hombro izquierdo no guarde la debida proporción con el derecho, ni en altura, ni en duración. Peores figuras técnicas hemos visto dar la vuelta al ruedo. Su teórica activación se habría producido con la pérdida de los 4.342 y lo que hemos vivido en las últimas jornadas no sería más que un pullback contra la neckline. De esta forma podríamos retomar el camino hacia el objetivo establecido en los 4.082 puntos, completando así una corrección de corto plazo de casi un 50% de Fibo. Explicaciones que justificaran este movimiento podríamos encontrar las que quisiéramos; desde la tensión geoestratégica que el conflicto en Israel ha despertado -y sus consecuencias en el precio del petróleo-, hasta los nuevos datos de inflación, etc…
A lo largo de estos dos artículos hemos viajado del plazo más largo al más concreto. Dejo para próximos días valorar en qué punto estamos, cuáles son las previsiones a medio plazo, para cuándo se espera la recesión -si es que esta llega- y qué ideas estoy considerando.