Dos meses sin una entrada. Creo que es nueva mejor marca personal. Pero vamos, que dejar el blog en barbecho debe ser uno de los derechos inalienables de todo blogger no profesional. Aunque no sé, quizás llega un día un funcionario eurocrata e impone un numero mínimo de posts al mes, en defensa de los intereses de la colectividad lectora (ya sabéis, todo ese rollo de los derechos fundamentales de segunda y tercera generación). Suena a broma, pero también lo parece la noticia de la UE obligará a los bancos a abrir una cuenta a cualquier ciudadano, tal y como lo recogía Cinco Días.
Resulta que el comisario europeo de turno busca establecer por vía normativa el derecho de todo ciudadano europeo a tener una cuenta bancaria, con independencia de su situación laboral, su nivel de ingresos, historial crediticio o situación de endeudamiento. Además, señala que el coste de mantenimiento debe ser razonable (sic), y se reserva el derecho a fijarlo también normativamente. Parémonos un momento aquí y luego proseguimos.
Hoy por hoy, ese derecho no existe. O al menos no existe en la normativa española ni en ninguna de las europeas que conozca. El Banco se reserva el derecho de admisión, de hecho existe o debería existir en todas las entidades una política de admisiones (tal y como veremos a posteriori al tocar otra arista del tema. Sin profundizar en el mismo, me parece de sentido común que dada la naturaleza del negocio bancario esto sea así, aunque el Sr. Barnier no lo vea así. Otra cosa es luego la praxis en cada país. En España, al menos hasta antes de ayer, pocas cosas había más sencillas que el abrirse una cuenta en cualquier entidad financiera. Vamos, que la política de admisión de clientes era mucho más restrictiva en la tasca del pueblo que en la sucursal, salvando casos llamativos o concretos desde un punto de vista de segmento (por ejemplo, Banca Privada, de Empresa, etc...). No había más que viajar al extranjero y comprobar las dificultades y múltiples trabas que te ponían para abrir una cuenta como nacional y residente en un país de la UE frente a la barra libre española.
Habrá quien piense que qué motivos puede haber para no desear a alguien como cliente. Pues de variado tipo, dependiendo del cliente y de la entidad en cuestión. Pensemos en clientes conflictivos en el trato, o con problemas en materia de riesgos, o simplemente que se estima que van a ser permanentemente deficitarios desde el punto de vista del balance cliente/banco. En todo caso, el mismo derecho que le asiste a un cliente de decirle no a un Banco es el que le asiste al Banco de decirle no a un cliente.
¿Cuáles son los motivos que empujan al Sr. Barnier a impulsar esta obligación a las entidades financieras, que sin duda supone un coste añadido, por no hablar de un perjuicio en su política comercial y un atentado a la libertad de empresa? Acabar con lo que ellos definen como un problema de exclusión bancaria. Dicen que hay más de 30 millones de personas mayores de 18 años que se ven expulsados de la bancarización.
Ya me gustaría ver dicho estudio. Uno, que no es sospechoso para nada de no defender la el grado de bancarización y de penetración del sector seguros de un país como muestra de su nivel de desarrollo, le suena a una boutade, y en todo caso con un diagnóstico erróneo. Sostienen que estos señores quedan fuera del sistema al no poder acceder a servicios básicos como la domiciliación de ingresos o pagos o el comercio electrónico. Ya digo que a mi esto me suena a cuento de asustaviejas, pues habría que ver si es voluntaria o no, esa no bancarización. Y cunado hablamos de voluntariedad habría que hablar de quien les obliga a que dichas transacciones sean bancarias y que tipo de operadores son. Me parece inconcebible que un servicio básico, un monopolio de facto, me imponga la bancarización. Me debe ofrecer siempre una solución con dinero en efectivo. Y otro tanto para los ingresos (por ejemplo, si mi memoria no es errónea cabe la posibilidad de, por ejemplo, solicitar la devolución del IRPF en cheque del BdE). En mi modesta opinión es ahí, si hay alguna lapsus donde el legislador debe regular la no bancarización coactiva del ciudadano, en vez de mirar para otro lado para a posteriori, trasladar la carga financiera de esta bancarización por el articulo 33 a un sector financiero donde la competencia es feroz. Donde haya un cliente mínimamente rentable ahí habrá una múltiple oferta para él. No lo sé, pero creo que alguien juega con el deja vu del servicio básico de telefonía de algunos países que para nada guarda semejanza con el tema en cuestión.
Por otro lado, si finalmente tanto desean establecer este derecho a una cuenta bancaria cabe preguntarse por que no la garantizan las propias AAPP. Ahí tienen un BdE que se va quedando sin competencias (primero las de política financiera y ahora las de inspección y control), o un ICO, o lo que quieran. Ahí tienen, en materia de seguros el funcionamiento del Consorcio para cubrir a aquellos que el sector privado no admite, y ahí si que hay seguros obligatorios por ley.
Por cierto, que esta visión financiera del papelesparatodos choca, y bien que lo saben quienes la propugnan, con el marasmo de obligaciones legales que han impuesto al mismo sector en materia de blanqueo. Hablo de un marco legal que siendo peligrosamente ambiguo deja al menos bien claro que toda entidad financiera debe tener una politica de admisión de clientela y un amplio conocimiento de la misma, y, en cierto modo, no comulga con esas aperturas a primera vista tan típicas de nuestro país. De ahí la referencia en el artículo a que ambas normativas serían compatibles. Decirlo es fácil, hacerlo ya es cosa de otra de cantar: no colabore en operaciones sospechosas a su juicio, y abrále Vd. cuenta a todo pichichi. por cierto, ya de paso, sr Banco, paguesé una conferencia sobre la sociedad postmoderna.
De verdad, que a un banco le digan que no puede negarse a dar un servicio por el perfil financiero del solicitante, manda carajo que diría un gallego. Si un banco ha de discriminar por algo es por el perfil financiero. generalmente los bancos que van mal son los que no lo hacen.
Eso si, la risa va por barrios. En Argentina, ese paraíso de la libertad ya se ha impuesto a los Bancos la obligación de poner a disposición del público la Cuenta Gratuita Universal (CGU). Lo que mola es la explicación del Feletti de turno, diciéndole a los empresarios cual debe ser su negocio, en vez de preocuparse por la efectiva competencia en dicho sector.
Para terminar tres apuntes:
1. Todas estas fiestas serán repercutidas convenientemente en el resto de la clientela, o mejor dicho,por la auténtica clientela.
2. Siendo malo, uno puede pensar que es un primer paso en la eliminación del dinero físico. Todo disponible para quien corresponda pueda controlarlo (fiscalidad) e incautarse del mismo (haced memoria con la expropiación de los fondos privados de pensiones por la Sra. K).
3. Me molará ver las colas de ecuatorianos en Banif, ya que supongo que esto afectará a todos, o también debo ser malpensado en este último aspecto?